Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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Tolerancia Cero, un proyecto que sigue postergado en el Concejo

La incompatibilidad con la ley provincial y nacional, la fecha indefinida para el plenario, las "restricciones por pandemia"... Por distintos motivos, la iniciativa no se trata. A la espera de definiciones, los siniestros viales no dan tregua.

Foto ilustrativa: radio3cadenapatagonia.com.ar

Por Belén Uriarte / buriarte@lanueva.com

 

   A un abril con récords de contagios e internaciones en terapia intensiva COVID, se le suma la problemática de los accidentes viales, que tuvieron un marcado descenso durante el aislamiento estricto de 2020 y luego comenzaron a aumentar con la mayor circulación de gente.

    De acuerdo con el mapa de accidentología del Municipio, del 20 de marzo de 2020 —cuando empezó a regir el aislamiento estricto— al 20 de abril de ese mismo año, se registraron 76 accidentes con 29 derivaciones a hospitales; y en el mismo período de 2021 se contabilizaron 157 accidentes, con 54 derivaciones y un desenlace fatal en la ruta 33.

   Lógicamente la menor circulación tuvo un impacto positivo en materia vial. Si se comparan los datos de Gobierno Abierto del primer año pandémico con los 12 meses anteriores, se observa que los accidentes se redujeron al 60 %.

   Siguiendo con los datos oficiales, entre el 20 de marzo de 2020 e igual fecha de 2021 hubo en la ciudad 1.514 accidentes, con 616 derivaciones y 4 víctimas fatales. Y en ese mismo período de 2019-2020 se registraron 2.519 accidentes, con 973 derivaciones y 6 víctimas fatales.

   Esos números no son del todo precisos en cuanto a fallecimientos porque solo contemplan las muertes en los lugares de los incidentes. En el mapa, todos están catalogados como accidentes pero, como se remarca desde Seguridad Vial, aquellos que pueden prevenirse y por consiguiente evitarse son siniestros viales.

   El médico emergentólogo del Hospital Municipal, Nicolás Muñoz Cruzado, indicó que alrededor de un 70 % de los incidentes viales tienen que ver con el consumo de alcohol, cifra que aumenta hasta un 90 % "si nos referimos a aquellos que se producen desde la tarde del viernes hasta la noche del domingo".

   Según detalló el profesional, la mayoría de los pacientes que reciben con alcoholemia positiva son jóvenes de entre 16 y 35 años. 

   Conducir alcoholizado es la principal causa de los siniestros viales que copan las portadas de los medios cada semana. Por eso, para el emergentólogo el proyecto de tolerancia cero es "positivo" para la ciudad: "Los principales países que lograron disminuir la mortalidad por traumas plantearon la tolerancia cero y también el estricto control respecto a las velocidades y las normas de tránsito", destacó.

   Según un estudio de Seguridad Vial nacional de 2018, el 43 % de las víctimas fatales fueron jóvenes de entre 15 y 34 años. Y desde el sitio del Gobierno nacional se remarca que "el alcohol está presente en al menos 1 de cada 4 siniestros viales con fallecidos".

   En Bahía Blanca, el titular de Fiscalización municipal, José Luis Montanaro, indicó que el 90 % de los conductores alcoholizados que detectan en los operativos son hombres y que el promedio de edad es de 34 años. Especificó que en los tres primeros meses de 2021 se realizaron 12.033 controles y hubo 249 alcoholemias positivas.

   Montanaro destacó que "se aumentó tres veces la cantidad de operativos" —en comparación con octubre de 2020, año en el que no se hicieron controles durante más de 7 meses, tal como se informó en La Nueva.—, y reconoció que "operativamente es difícil aumentar, por el momento, los 5.000 controles de alcoholemia" que se realizan desde febrero.

   En Bahía hay una lucha sostenida contra el alcohol al volante. Uno de sus mayores referentes es el papá de Facundo Saccoccia, el chico de 17 años que murió en 2018 tras ser atropellado por un conductor alcoholizado.

   Santiago Saccoccia propuso en 2019 un proyecto propio de tolerancia cero que no prosperó porque chocaba con la ley nacional que permite manejar habiendo consumido hasta 0,2 (motos) y 0,5 gramos de alcohol cada litro de sangre (autos). 

   A finales de 2019 el titular de la Secretaría de Movilidad Urbana y Espacios Públicos, Tomás Marisco, anunció que el Municipio iba a avanzar con otro proyecto sin perder el objetivo de que los conductores con alcoholemia detectada, sea cual sea el consumo, no puedan seguir manejando.

   En marzo de 2020 ese proyecto se presentó en el Concejo, pero estuvo parado prácticamente todo el año: solamente se pidieron informes a la Agencia de Seguridad Vial y asesoramiento al Tribunal de Faltas para evaluar su compatibilidad con la ley provincial y nacional. Un año después retornó al Concejo, aunque su tratamiento se volvió a dilatar...

 

Qué pasa con el proyecto

  En el Concejo se pasan la pelota.

   La oposición, que pidió un plenario para que la comisión de Salud se sume a las de Tránsito y Legales en el tratamiento del proyecto, manifestó que el expediente está dando vueltas "hace un montonazo" y reclamó una fecha para reunirse.

   Por su parte, la concejala radical Gabriela Schieda —abandonó Cambiemos en 2018 tras haber sido electa en 2017— sostuvo que el plenario solicitado por el Frente de Todos atrasa el tratamiento.

   Schieda contó que el proyecto tenía "algunas cositas que pulir para no chocar con leyes de mayor jerarquía, por lo que se envió a la Agencia Nacional de Seguridad Vial y al Juzgado de Faltas. Se exigieron modificaciones mínimas, cuestiones de términos, pero al pedir el plenario se dilató el tratamiento en sesión". 

   La concejala consideró que "lo más rápido hubiese sido que de la comisión de Tránsito pase a Legales, pero quisieron agregar la de Salud. Los pasos se podrían haber seguido como en cualquier otro proyecto, pasando por distintas comisiones cuando abarca más de un tema. El plenario no hace más que dilatar un proyecto que necesita premura por los siniestros viales que tenemos todos los días".

   Cuando finalmente se haga el plenario, surgirá el tratamiento en la sesión. Pero es muy difícil hablar de fechas: "Si hay buena voluntad y se entiende que es un tema de cuidar vidas debería ser un plenario donde se pueda debatir, modificar lo que haya que modificar, llegar a un consenso, tratarlo a la próxima sesión y aprobarlo por unanimidad", indicó Schieda.

   Sin embargo, advirtió: "Si, por el contrario, hay una intención de sacar un rédito político quizás nos encontremos con algunas trabas y no podamos tratarlo a la brevedad [...] Esperemos que llegue a buen puerto cuanto antes porque los siniestros cobran vidas, ocupan camas, dejan familias destrozadas y gente con lesiones de por vida; no es un tema para hacer especulaciones políticas ni electorales".

   "No puede estar un año parado un proyecto que se hizo de conformidad con todas las partes en la mesa de Seguridad local —aseguró Schieda e insistió— No entiendo por qué pidieron un plenario cuando había consenso".

   El concejal Pablo Rosenfelt, del Frente de Todos, explicó que "el proyecto fue elaborado por el Ejecutivo en enero de 2020 y en la mesa de Seguridad Vial —con la participación de Estrellas Amarillas, Saccoccia y los concejales que conforman la Comisión de Tránsito— acordamos tratarlo en la primera sesión ordinaria de ese año, teniendo en cuenta que contábamos con el consenso de todos los presentes. A raíz de la demora, y entendiendo la urgencia del tema, desde nuestro bloque presentamos un proyecto para avanzar, en un plenario de comisiones, en la sanción de una ordenanza de alcohol cero al volante". 

   A propósito de ese pedido, la concejala Gisela Ghigliani —también del Frente de Todos—, señaló que "siempre pedí que pueda pasar por la comisión de Salud porque considero que la siniestralidad es un problema de salud pública. Por eso, propusimos un plenario incluyéndola, lo que significa poner un día para juntarnos, mirar el expediente y ponernos de acuerdo para llevarlo a votar".

   "Que digan que el plenario atrasa el tratamiento del expediente me parece una tomada de pelo porque tampoco lo han puesto a consideración para que lo tratemos en sesiones", disparó Ghigliani, quien aseguró que "la decisión política de nuestro lado está y hay que tratarlo de alguna manera: estamos sesionando con los protocolos y también se podría hacer de forma virtual, no veo impedimento".

   Desde el Frente de Todos indicaron que si bien el proyecto para avanzar en un plenario fue aprobado por unanimidad, todavía la presidencia del Concejo no fijó el día y horario para que se concrete.

   Al ser consultado por La Nueva., el presidente del Concejo, Fernando Compagnoni (Juntos por el Cambio), dijo que estima que se hará en mayo, "una vez que salgamos de esta fase restrictiva por COVID". Y en coincidencia con Schieda, consideró que el proyecto se puede trabajar de forma más dinámica en comisión que llamando a un plenario. 

   "Si cada uno da su mirada, luego el cuerpo puede analizar cada cosa. En plenario, se disipa. Pero insisto, todas las miradas son válidas", remarcó.

   También se consultó por este tema a la presidenta de la comisión de Tránsito, María Laura Biondini (concejala de Juntos por el Cambio), aunque no se logró establecer contacto.

   En medio de tanto peloteo, Saccoccia manifestó que "esperaba que el proyecto avanzara más rápido, sobre todo porque Biondini me dijo en dos oportunidades que salía a la brevedad".

    A su vez, indicó que el Comité Consultivo de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), del que forma parte, y el Sedronar presentaron dos iniciativas nacionales que "vienen avanzando bien":  el proyecto Alcohol 0 y una reforma del Código Penal para agregar sanciones y delitos en materia de seguridad vial.

   Sobre el primero, explicó que "pone tolerancia cero a nivel nacional, impulsada desde el Ministerio de Salud para que sea una ley de orden público y no necesite que cada provincia adhiera”. De todas formas, reconoció que puede tardar años porque “recién está presentado y después debe pasar por Diputados y por el Senado".

 

Los puntos salientes

   La norma vigente prevé sanciones para quienes sean detectados manejando con 0,5 gramos de alcohol en sangre o más en el manejo de automóviles y de 0,2 o más en la conducción de motos.

   El proyecto del oficialismo pretende incorporar sanciones no económicas para quienes estén por encima de 0 pero debajo de los límites mencionados, dado que como vienen manifestando "es la única alternativa que tenemos para no ir a contramano de lo que establecen las leyes provinciales y nacionales".

   Su principal punto pasa por impedir la circulación de quien conduce habiendo consumido alcohol, cualquiera sea el consumo: establece que, al ser detectado, no podrá continuar la marcha y deberá ceder el control del vehículo a un acompañante que no haya consumido y esté en condiciones físicas y legales de tomar la conducción. En caso de que nadie pueda hacerlo, el infractor deberá afrontar los gastos de acarreo y depósito del vehículo.

   El proyecto indica que el conductor alcoholizado o bajo el efecto de estupefacientes deberá realizar un curso de educación vial; y se menciona la posibilidad de hacer tareas comunitarias.

   También contempla la creación de un registro de antecedentes interno que compute las infracciones cometidas y sea objeto de consulta por parte de médicos y psicólogos dependientes de la Dirección de Tránsito y Transporte a la hora de extender la renovación de la licencia de conducir: "La existencia de antecedentes facultará a los profesionales a restringir en cantidad de años y/o categorías la licencia de conducir a expedir", señala el proyecto en uno de sus artículos.

 

Una problemática social

   El jefe del Departamento de Salud Mental y Adicciones del Municipio, Hugo Kern, consideró que el proyecto de tolerancia cero "habla de una necesidad concreta, que es la necesidad de tomar conciencia de la responsabilidad social que implica el uso del espacio público".

   "No se trata de una estrategia prohibicionista que usualmente se utiliza con el tema de consumo de drogas, que en general da un resultado adverso; se trata de ‘no’ a la conducción de vehículos bajo el efecto de sustancias, algo que debería ser obvio pero a todas luces no lo es, o sea que marca la necesidad de que haya pautas claras y controles", manifestó el psicólogo.

   Kern remarcó que "no estamos hablando de las libertades individuales, sino de las responsabilidades sociales: no puedo hacer lo que a mí se me ocurra con un vehículo ni transitando por la vía pública. El ordenamiento del espacio público es central para que sea un espacio que permita la subsistencia de todos y sin dudas es necesaria una estrategia de tolerancia cero frente a la conducción bajo el efecto de cualquier tipo de sustancia".

—¿Cómo se explica que sabiendo los riesgos una persona maneje alcoholizada?

—Tiene explicaciones desde varios puntos de vista. Lo primero a tener en cuenta es que tiene que ver con un enfoque social del problema: socialmente hay una relativización de este tipo de comportamientos y queda librado a que sea algo de la esfera individual. Y desde el punto de vista psicológico ocurren dos cosas: bajo los efectos de una sustancia es muy factible que la persona pierda la posibilidad de controlar algunas de sus funciones, entonces muchas personas no tienen conciencia en ese momento de que no se encuentran en condiciones de manejar; y por otro lado, la omnipotencia que te lleva a pensar "a mí esto no me va a pasar". 

   Kern consideró que, como el modelo prohibicionista con respecto al consumo de sustancias "no ha dado los resultados esperados y se ha mantenido el incremento sistemático del consumo de todo tipo de drogas, hay que pensar en el desarrollo de estrategias de reducción de daño".

   "La tolerancia cero propone justamente reducir los daños asociados a determinadas conductas de nuestra sociedad: no prohíbe el consumo, sino busca terminar con la tolerancia con respecto a la conducción de vehículos bajo la influencia de sustancias. En ese sentido estamos absolutamente de acuerdo por el impacto que tiene en todos los ámbitos la cantidad de accidentes y sus consecuencias", sostuvo.

   Por último, el profesional señaló que si bien lleva un tiempo, la norma de por sí tiene un efecto ordenamiento. Y remarcó que, más allá de la sanción, también es importante la tarea preventiva que "permita generar conciencia y conocimiento sobre la responsabilidad social de las decisiones individuales".

 

Resultados positivos

   La reglamentación del tránsito no está delegada al gobierno nacional. Por lo tanto, si bien hay una ley nacional que establece un límite de 0,2 gramos de alcohol en sangre para motociclistas y 0,5 para automovilistas, las provincias y los municipios legislan sus propias normativas. Eso hace que en muchos sectores esté vigente la tolerancia cero.

   Tal es el caso de las provincias de Córdoba, Salta, Tucumán, Entre Ríos, Jujuy, Río Negro y Santa Cruz. También hay ciudades con alcohol cero dentro de provincias con tolerancia 0.5, como por ejemplo Mar del Plata, Neuquén y Rosario, donde ayer se promulgó la ordenanza de Alcohol Cero.

   En la ciudad de Neuquén los resultados fueron muy positivos: con un trabajo de casi 4 años se logró una reducción de muertes del 76 % entre 2015 y 2017, siendo puesta como ciudad modelo en seguridad vial.

   En tanto, un reciente informe de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) destaca que en las provincias con Alcohol Cero al volante, la cantidad de conductores testeados que dio 0 fue notablemente mayor que en aquellas que tienen 0,5 como máximo permitido, datos que surgieron de un análisis realizado sobre 50 mil casos en todo el país durante las alcoholemias federales entre diciembre y marzo.

   El director ejecutivo de la ANSV, Pablo Martínez Carignano, sostuvo que esos resultados "reflejan que la tolerancia cero al volante influye positivamente en los conductores para que no tomen alcohol antes de manejar. El límite de 0,5 permite la especulación y es el momento de entender que conducir con cualquier graduación alcohólica es peligroso para la propia vida de quien maneja y para los demás".

   En el marco de esta crisis sanitaria también remarcó que "estamos viviendo un contexto donde las camas de terapia intensiva no alcanzan, y no podemos seguir ocupándolas con víctimas de hechos viales evitables".