Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

Ciudad-Puerto o Puerto-Ciudad, desde siempre juntos

Su ubicación privilegiada convirtió a Bahía Blanca también en una ciudad marítima desde el día que fue fundada.

   El nombre de Bahía Blanca, dada la profunda y angosta entrada del mar en el continente definiendo un estuario de planicies costeras, se debió a las eflorescencias blancas, salinas, que cubren sus bajas orillas, cuando la marea se retira y el sol evapora la humedad. 

   No se sabe exactamente quién le dio el nombre, pero tal vez fueron los indígenas, grandes observadores de los accidentes geográficos.

   La primera mención en un mapa aparece con la designación de Bahía de los Buenos Cables. También se la denominó como la Bahía de los Bajos Anegados.

   Pero ya cuando la gobernación de Buenos Aires tomó la decisión de mandar a crear una nueva ciudad en el sur de la provincia, en las orillas de la “bahía blanca”, se consolida su nombre definitivo.

   La expedición del coronel Ramón Estomba, con el Regimiento 7, llegó el 9 de abril de 1828 al campamento, donde lo recibió Parchappe, encargado de determinar el lugar exacto donde se erigiría el puerto, el fuerte y el poblado.

   Luego de recorrer el paraje, Estomba formalizó la elección del emplazamiento con una solemne acta y denominó al fuerte “Fortaleza Protectora Argentina” y al puerto lo llamó “De la Esperanza”. 

   El ministro de Guerra Juan Balcarce dispuso que la población se llamara “Nueva Buenos Aires”, aunque se impuso por costumbre el de “Bahía Blanca”. 

   Y el 11 de abril de ese mismo año fue reconocido como el de la fundación de la ciudad que, según reza en el acta fundacional, “está llamada para ser algún día uno de los establecimientos de más interés para la provincia de Buenos Aires”. 

   La Fortaleza Protectora Argentina era un bastión destinado a sostener tácticamente a la Primera Campaña al Desierto, pero su ubicación la convirtió también en una ciudad marítima o “Ciudad-Puerto”, acompañándola hasta el presente con esa existencia compartida entre la tierra y el mar, y necesariamente comprometida con ambos.

   Por eso nos gusta decir que, ya desde su origen, el proyecto de establecer en la Bahía Blanca una estación marítima partía del objetivo estratégico de servir a la defensa nacional y al desarrollo. 

   La visión y la obra de los fundadores es una realidad presente que hoy sigue proyectando futuro desde aquella natural identidad de ciudad-puerto-región con la que fue concebida: “Una Ciudad-Puerto, una Región para desarrollar al País”.

   Bahía creció con su puerto, junto a su puerto y desde su puerto. Por eso la integración entre la ciudad y su puerto es una necesidad estratégica ya comprendida en todos los lugares del mundo, y las acciones deben encaminarse a desarrollarla, profundizarla y a hacerla cada vez más estrecha.