Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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Se reiteran los delitos virtuales y desde la policía alertan y aconsejan

En Bahía como en la región se reportan hechos en distintas modalidades. Para las autoridades de la fuerza se trata de "llamados al voleo".

   Como se registra de manera cíclica, en los primeros meses de este año se produjo un recrudecimiento de los llamados delitos virtuales en sus distintas modalidades, tanto en nuestra ciudad como en Punta Alta y otras localidades.

   De hecho, la policía de Coronel Rosales emitió un comunicado para saber de qué manera actuar ante un secuestro virtual, cuento del tío o extorsión, información que puede ser de utilidad para todos los vecinos de esta región, en particular los adultos mayores, que son los principales damnificados en estos casos.

   El comisario inspector Gustavo Cheppi, jefe de la Policía Comunal rosaleña, explicó, en el caso de los secuestros virtuales en forma de maniobra extorsiva, que se inician con una llamada al azar para informarle al receptor sobre el (supuesto) secuestro de un familiar.

   Luego exigen el pago de un rescate a una cuenta bancaria abierta al efecto (se cancela una vez que se logra la operatoria) o la compra de tarjetas de celular, bajo amenaza de matar al rehén si alguien llama a la policía.

   Estos delincuentes, por lo general, se hacen pasar por policías, inspectores municipales o médicos.

   La técnica: "Hola, llamo desde una empresa de emergencias médicas. Tenemos a un familiar suyo herido en un accidente. Está inconsciente. ¿Sabe quién puede ser...?". Inmediatamente la victima da un nombre.

   Otro caso: "Por ejemplo, le dicen 'tenemos a su hijo'. Y la persona, tal vez medio dormida, pregunta '¿A Martín?'. Con ese dato el delincuente tiene todo lo que necesita para extorsionar a la gente".

Dar un nombre falso

   "Si uno tiene la lucidez suficiente en ese momento puede intentar darles un nombre falso. Si el delincuente contesta que sí, que esa es la persona secuestrada, se desmantela el engaño y ahí pueden cortar la llamada con tranquilidad", dijo Cheppi.

   La comunicación, por lo general, es en horario de mañana o de tarde, es decir cuando algún integrante de la familia falta: ya sea por trabajo o por estudio.  

   Algunos llamados sí se dan los fines de semana por la noche, cuando los jóvenes suelen estar fuera de casa en fiestas o boliches.

   Ante estos casos, el comisario aconsejó no brindar datos o información sobre ningún otro miembro de la familia y menos aún de familiares ausentes.

   También recomendó pedir un teléfono fijo (no celular) de contacto de la presunta empresa o institución a la que aparentemente representa. 

   Si el llamado es procedente de un teléfono público de la cárcel, suele ser comunicado en un mensaje previo de cobro revertido. En ese caso hay que rechazar la comunicación.

   Cheppi, a su vez, consideró importante no agendar en los celulares a familiares con las palabras "mami" o "papi" y en cambio poner los nombres porque, en caso de extravío o robo del celular pueden facilitar ese tipo de maniobras.

   Una alternativa, ante situaciones de llamados extraños, es directamente cortar, ya que "la policía informa personalmente en caso de accidentes".

   "Apenas escuchen que le dicen que llaman desde tal o cual comisaría u hospital, corten. No permitan que lleguen al momento de la amenaza. Ni la policía ni los médicos hacen esos llamados en la vida real; van a sus domicilios", informó.

   Si por el nerviosismo reinante la conversación continúa, simultáneamente se debería procurar contactarse con el familiar aludido a través de un celular.

Engaño y amenaza

   Lo ideal es no dejar que el delincuente logre superar la etapa del engaño porque de inmediato avanzará hacia la amenaza y al pedido de un rescate, ya sea de bienes materiales (joyas) o dinero "en una bolsa en alguna esquina cercana a su casa".

  "El extorsionador se aprovecha de la vulnerabilidad que produce en la gente un llamado con supuestas noticias trágicas y en un horario en que las personas no están muy lúcidas", sostuvo el uniformado.

   También remarcó que este tipo de hechos "no son personalizados sino al voleo".

  "Los delincuentes eligen números de la guía de zonas donde hay un poder adquisitivo bueno y llaman. La información con la que cuentan es el nombre y apellido y la dirección. Es esencial no brindarles más datos, no responder a las preguntas del desconocido", insistió.

   Otras modalidades son el fraude de los premios, consistente en notificar a una persona que "ganó" un premio otorgado por una "empresa telefónica" y que para recibirlo debe comprar tarjetas de celular y facilitar los números al interlocutor.

   También se da con suma frecuencia el cuento de los dólares vencidos. Generalmente convencen a personas mayores haciéndose pasar por nietos o hijos, que tienen que cambiar los dólares ahorrados porque caducan y que un empleado del banco va a pasar por el domicilio a retirarlos.

   En cualquiera de los casos la policía recomendó formular la denuncia.