Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

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La otra lucha diaria de los médicos: la desinformación de las redes sociales

Especialistas en esta área reconocieron que nunca vieron un volumen semejante de información falsa por internet.

   El rol de los médicos, y de casi todo el personal del sistema de salud, no sólo han tenido que luchar este año denodadamente frente al Covid-19, sino también se ennfrentaron a otra pandemia, pero en este caso virtual: la desinformación.

   Antes de la pandemia, los profesionales de la salud ya estaban acostumbrados a tratar pacientes que se habían desinformado en alguna red social o utilizando buscadores por internet, un fenómeno al que llaman “Dr. Google”. 

   Sin embargo, en entrevistas, más de una decena de doctores e investigadores especializados en desinformación señalaron que nunca habían visto un volumen como el relacionado con el virus. 

   Responsabilizaron a líderes gubernamentales (como al presidente estadounidense, Donald Trump, de amplificar teorías alternativas); a las plataformas de redes sociales por no hacer lo suficiente para acabar con la información falsa, y a las personas por creer con tanta facilidad lo que ven en una página web.

   Así, un grupo de investigadores europeos mencionó que al menos 800 personas habían muerto a nivel mundial en los primeros tres meses del año y miles más habían sido hospitalizadas por haber leído en línea aseveraciones, sin fundamento obviamente, que aseguraban que el alcohol en altas concentraciones podía matar al virus. 

   Sus hallazgos, realizados a partir de los rumores que circulan en la red, fueron publicados en American Journal of Tropical Medicine and Hygiene.

   Las frustraciones de los médicos llenan grupos de Facebook y foros en línea. Aseguran que la información falsa que se difunde en línea perjudica la respuesta de las instancias de salud pública frente a la enfermedad. 

   En ese sentido, la Organización Mundial de la Salud desarrolla métodos para medir el daño de la desinformación relacionada con el virus que se encuentra en línea y organizó un congreso virtual con doctores, expertos en salud pública e investigadores especializados en internet para encontrar la manera de abordar el problema.

   Entre otras cosas, la información falsa ha perjudicado los esfuerzos para que la gente use cubrebocas, mencionaron varias veces los médicos.

   E incluso, aseguran que por lo regular los pacientes se resisten a sus consejos, pues tienen una mayor inclinación a creer lo que leen en Facebook que lo que les dicen los profesionales de la salud. 

   Según los doctores, las mentiras han alimentado la idea de que la gravedad de la enfermedad es exagerada. De acuerdo con algunos doctores, enfrentan abusos cuando participan en debates en línea para aclarar el asunto.

   “Esto ya no es una observación anecdótica que algunos doctores han hecho de manera individual”, dijo Daniel Allington, profesor titular de King’s College de Londres y coautor de un estudio reciente en el cual se descubrió que había una mayor probabilidad de que la gente que obtiene sus noticias en línea, en vez de hacerlo de la radio o la televisión, creyera en teorías conspirativas y no siguiera los lineamientos de salud pública. 

   “Es un patrón estadísticamente significativo que podemos observar en un muestreo grande”.

   Otros médicos dicen que discuten con pacientes que exigen recetas para obtener hidroxicloroquina, el fármaco sin respaldo científico que defendió Trump. En algunos hospitales han llegado personas a pedir que algún doctor les dé un certificado para no tener que usar mascarilla porque creen que llevarla dañará sus niveles de oxígeno, otro rumor que corre en línea.

   Ante esta situación, las plataformas en línea, como Facebook y YouTube, presentaron políticas para limitar la desinformación sobre el coronavirus y para que la información de fuentes confiables como la Organización Mundial de la Salud sea más relevante.

   “Hemos sido agresivos al momento de eliminar aseveraciones falsas y perjudiciales, y de dirigir a la gente hacia información acreditada”, aseguró Facebook en un comunicado. 

   La empresa dijo que había eliminado más de siete millones de artículos de desinformación sobre el virus y había agregado etiquetas de advertencia a millones más.

   YouTube señaló que estaba “comprometida con proporcionar información útil y oportuna sobre la COVID-19” y había eliminado más de 200.000 videos engañosos o peligrosos.

   Sin embargo, se sigue difundiendo información falsa. El mes pasado, un video de un grupo de personas que se hacen llamar America’s Frontline Doctors fue visto millones de veces. Compartían información engañosa sobre el virus, por ejemplo, que la hidroxicloroquina es un tratamiento efectivo contra el coronavirus y que las mascarillas no detienen la propagación del virus.

   Y actualmente, cada vez hay más temor de que las teorías conspirativas en contra de las vacunas puedan socavar los futuros esfuerzos de vacunación.

   “Las redes sociales producen muchas cosas geniales, pero también brindan una plataforma para sembrar las semillas de la duda, y eso es lo que ha sucedido”, señaló un médico.