Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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Se recibió en la UNS y será reconocido por la Academia Nacional de Ingeniería

Pedro Querejeta Simbeni completó la carrera con uno de los promedios más altos del país. "No me esforcé por la nota en sí, me preocupaba por hacer las cosas bien y aprender, para eso vamos a la Universidad", señaló.

Por Mauro Giovannini / mgiovannini@lanueva.com

   La Academia Nacional de Ingeniería instituyó en 1993 un premio orientado a distinguir anualmente a los egresados sobresalientes de las carreras de Ingeniería que se dictan en Universidades del país. 

   En esta oportunidad, fue reconocido Pedro Querejeta Simbeni, exalumno de la Universidad Nacional del Sur.

   "Fue una sorpresa. Empecé a ver de qué se trataba y me dio una alegría bárbara, sobre todo por el reconocimiento porque me parece valioso que se premie y se reconozca a la gente que se esfuerza", le contó Pedro a La Nueva.

   En 2017, la ANI resolvió nominar a estos galardones como Premios “Ing. Isidoro Marín”, fiel colaborador de todas las ediciones desde 1994 y excoordinador del jurado.

   "El hecho de haberme ido a Bahía Blanca y de saber que donde vivo y lo que como me lo bancan mis padres, en cierta forma tenía que retribuírselos. Debía hacer lo que tenía que hacer, no podía ir a pasarla de fiesta", señaló el viedmense, ahora radicado en Bariloche.

   Los candidatos considerados para la adjudicación de estos premios deben ser ingenieros egresados con un promedio de calificaciones de las asignaturas del plan de estudios de sus carreras, igual o superior a ocho puntos. Y a Querejeta Simbeni le sobró.

   "No me esforcé por la nota en sí, me preocupaba por hacer las cosas bien y aprender, que a fin de cuentas para eso vamos a la Universidad. Le ponía bastante garra porque me gustaba, lógicamente alguna materia más que otra, algunos profesores más que otros, pero iba porque quería, era lo que quería estudiar y tenía la posibilidad. El 9,31 es una consecuencia, nunca fue un objetivo", relató.

   Para Pedro, el logro individual tiene un sustento colectivo: sus compañeros y el ámbito de estudio.  

   "Conocí gente, amigos; formamos un grupo bastante grande de chicos muy aplicados. Tuve la suerte de tener un grupo que se acompañó en todo, no solo en lo académico sino también en lo personal, entonces se hizo mucho más llevadera la carrera. Si bien fui solo (a Bahía Blanca), nunca me sentí solo", admitió.

   Querejeta Simbeni, uno de los 51 galardonados —también tendrá el honor Tomás Salgado, recibido de ingeniero civil en la Universidad Tecnológica Nacional— comenzó a trabajar rápidamente cuando en enero de este año se pusieron en contacto desde INVAP.

   "Se contactaron desde la empresa, empezamos a evaluar la posibilidad de ir y tuve varias entrevistas hasta que me ofrecieron un puesto. Me gustó, me cuadraba todo, así que en marzo me vine a Bariloche", contó.

   Allí trabaja en el área satelital, en el puesto de diseñador electrónico. "Hacemos el diseño de los proyectos que tiene la empresa", acotó.

   Como a casi todo el mundo, la pandemia le modificó los planes.

   "No tuve mucho tiempo de comparación porque empecé el 2 de marzo y el 19 decretaron la cuarentena. Fui poco a la sede y solo alcancé a conocer a mis compañeros. Ni siquiera había tenido tiempo para contratar el servicio de internet, pero como pude me acomodé y empecé a trabajar en mi casa. Me gustaría volver porque extraño el trato diario con la gente", completó.