Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Por qué para Macri no hay golpe de Estado en Bolivia...

La columna semanal de Eugenio Paillet, corresponsal de La Nueva. en Casa Rosada.

Archivo La Nueva.

   El presidente Mauricio Macri reafirmó hoy su postura en torno al grave conflicto institucional que afecta a Bolivia e insistió en que el desplazamiento de Evo Morales de la presidencia por presión de las fuerzas armadas no puede ser calificado de "golpe de Estado".

   Macri se mantuvo en la misma línea que había trazado, en clarísima oposición a la mirada de su inminente sucesor, Alberto Fernández, que se convirtió en voz oficial del gobierno saliente a través de los comunicados de la Cancillería y de la palabra del jefe de la diplomacia argentina, tan criticada y vapuleada por el presidente electo, Jorge Fourie.

   Para el presidente, un argumento que repitió casi calcado esta mañana al dirigir un mensaje en el marco de apertura de las Jornadas del Cuerpo de Abogados del Estado, en Bolivia hay una "crisis institucional" de la que el propio pueblo del país hermano debe salir "con más institucionalidad", a través de un proceso eleccionario que determine quién será el sucesor de Evo y siguiente ocupante del Palacio Quemado, como se conoce a la sede del Poder Ejecutivo boliviano.

   ¿Por qué Macri y la primera plana de su gobierno se niegan a calificar lo ocurrido en Bolivia como un golpe de Estado? Una aproximación a la respuesta para tamaño interrogante la ofrecieron hoy en dialogo reservado funcionarios del entorno presidencial y de la Jefatura de Gabinete. Donde, cabría tener en cuenta antes de avanzar, también se escucharon críticas para los socios radicales de Cambiemos, quienes en posturas más o menos duras coincidieron en calificar de ruptura del orden constitucional lo ocurrido en el país del altiplano.

   Dicen las fuentes que Macri decidió desde el sábado, cuando estalló lo peor de la crisis boliviana que motivó la renuncia de Morales por "presiones" de las fuerzas armadas, desechar la calificación de "golpe" porque "las instituciones de alguna manera siguieron funcionando".

   En todo caso, se permiten reconocer que Macri separa lo ocurrido este fin de semana en Bolivia y la renuncia de Morales junto al resto de su gobierno con un "golpe de Estado clásico", como los que asolaron la región en los años setenta. "El presidente dice con razón que hoy no hay un general sentado en el Palacio Quemado" a cargo del gobierno de facto, como ocurrió aquí y en otros países en aquellos años", sostiene un funcionario con pasado diplomático que hoy tiene despacho en la Casa Rosada.

   Otro elemento que aportaría a la visión política del presidente, que destacaban esta mañana aquellas fuentes, es que la Asamblea Legislativa boliviana en ningún momento se disolvió, que los diputados y senadores continúan en ejercicio de sus mandatos, más allá de que por razones de preservación personal por la gravedad de los incidentes muchos de ellos, en especial los que pertenecen al oficialista MAS, hayan buscado asilo político o directamente abandonado el país junto a sus familias.

   "Hoy es posible que Bolivia tenga un presidente constitucional interino con el mandato de llamar en plazos perentorios a elecciones libres y con controles de organismos internacionales para elegir al fututo presidente, sin injerencia de los mandos miliares", dicen en la Casa Rosada. Se refieren a la posibilidad de que la senadora opositora Jeanine Añez Chávez sea ungida presidente interina hasta el llamado a elecciones y la entrega del poder a quien los bolivianos elijan en las urnas.

   Macri, al hablar esta mañana en el Salón Blanco de la Casa Rosada, reiteró su repudio a "todo tipo de violencia" en Bolivia y se pronunció por el "llamado a elecciones libres", una postura que lo coloca en las antípodas de la posición de Fernández, que ha reclamado sin éxito que el gobierno saliente califique lo ocurrido en el país vecino como un típico golpe de Estado.

   "Quiero dejar claro que repudiamos la violencia de cualquier signo y bajo cualquier circunstancia. Creemos en el dialogo como único mecanismo de salida de cualquier crisis que pueda tener una nación", se atajó Macri frente a las críticas de sus opositores.

   A su lado, voceros habituales dijeron que Macri "no ha hecho ni va a hacer uso político del conflicto en Bolivia", en obvia referencia a la postura asumida por quien lo reemplazará dentro de algo menos de un mes.