Chocolate por la noticia: un arco de Comercial ahora se llama Héctor Baley
En Ingeniero White lo conocen como “Chiche” y en el resto del país es “Chocolate”. El campeón del Mundo en 1978 recibió un homenaje del club que lo vio crecer. Fue campeón en quinta en 1967 y es muy querido por todos.
Por Javier Oscar Schwab / [email protected]
(Nota también publicada en la edición impresa)
Cuando “Chiche” atravesó el portón amarillo de entrada del club Puerto Comercial el primer abrazo provino de los amigos del barrio. Allí mismo, como si el tiempo no hubiera pasado nunca, las lágrimas y risas se mezclaron con viejas y espontáneas anécdotas de la infancia.
“Llegaron los Baley”, dijo el doctor Norberto Antozzi, más conocido como “Petaca”, ni bien asomó la figura de Héctor y, detrás de éste, sus hermanos Osvaldo, Horacio y Oscar, quien también jugó al fútbol y tuvo el privilegio de ser parte del plantel que en 1967 fue campeón de quinta división y un año después disputó la Copa Madera.
La fiesta se armó para homenajear a Héctor, ya que en julio se cumplirán 40 años de la obtención del Mundial 1978, cuando Baley, al que afuera de Ingeniero White conocen como "Chocolate", se consagró campeón como segundo arquero del recordado equipo dirigido por el César Luis Menotti.
Emocionado, Baley recibió calurosos abrazos y se sacó fotos con la mayoría de los cientos de hinchas presentes que disfrutaron de un grato momento, cuando se destapó una reseña histórica y se impuso su nombre al arco ubicado sobre avenida San Martín.
"Cómo no voy a estar emocionado si vinieron mis amigos de toda la vida. Y agradecido a Hugo (Andreanelli) y la comisión directiva por este homenaje, que no era necesario", dijo "Chiche", visiblemente emocionado.
"Nos juntábamos para pescar, visitar el muelle de hierro o comprar trigo en los vagones del ferrocarril (risas). Esas compras nos salían caro porque después terminábamos en la comisaría con mis amigos y mi madre (Amalia González) tenía que ir a sacarnos. Es una parte grandísima de mi vida”, recordó.
--¿Qué siente cada vez que vuelve al club?
--Sensaciones muy lindas. Acá jugé básquetbol, al que siempre sigo de cerca, vóleibol y fútbol. Cada rincón está grabado en mi memoria.
--Usted no arrancó como arquero.
--No. Era wing ("7") o "9". Pero un día me mandaron al arco y no salí más. Mi papá (Walter) era un fenómeno, aunque sólo lo pude ver un partido cuando era muy chico. Hablan maravillas de él.
"En quinta alternaba con el Torito Oscar Quiroga (presente en el homenaje) y salimos campeones".
--Heredó lo de su padre.
--Arquero se nace. Me tocó por descendencia, pero luego me fui puliendo.
--¿Qué le dejó cada club donde jugó?
--Estudiantes, la enseñanza. Hice las divisiones inferiores, lo tuve a Poletti de espejo. Una etapa dura, lejos de mi casa siendo muy joven. Por suerte en la Plata estudiaba Petaca (Antozzi) y tenía con quien charlar y matear.
"Debuté en Primera y luego pasé a Colón de Santa Fe, donde me fortalecí en el puesto y pude mostrarme".
--¿Huracán, Independiente y Talleres?
--En Huracán lo tuve a Menotti, un genio, y un equipo que peleaba campeonatos. En el Rojo salí campeón (Nacional 1978, ante River) y mi etapa en Talleres fue de lo mejor, con 7 años maravillosos.
--Fue campeón del mundo, pero estuvo tapado por un monstruo.
--(Risas). El Pato. Jamás tuvo un resfrío. Antes del Mundial '82 pude atajar frente a Alemania (1-1) y lo hice muy bien. El arquero es como estar al frente de un volante: uno es potencia (Fillol) y el otro piensa (risas).
--¿Qué arqueros le gustan?
--Armani, quien además tiene mucha prensa; Marcos Díaz, de Huracán y Germán Herrera (Talleres), quien tiene unas condiciones enormes.
--¿Mira fútbol?
--Me gusta el europeo. Bayern Munich, Barcelona, Real Madrid, Tottenham... Aprecio el buen juego. Como dice Menotti: "Jugar, divertirse, tocar, pensar. Hay técnicos que lo hacen complicado".
El “Matador” y la pesca
--En pleno Mundial '78, después del partido con Perú, usted se fue despuntar un vicio. ¿Es así?
--Jaja. Lo invité a Mario (Kempes) a pescar al río. César dijo que sí, pero que a las 10 de la mañana teníamos que estar de vuelta para la práctica. Salimos a las 5 de la madrugada y yo había conseguido las cañas y el mate. Agarramos 4 bagres amarillos y se los dimos al cocinero para que los prepare para el almuerzo. Nuestra mesa --además de Mario estaban el Conejo Tarantini y (Daniel) Killer, fue un lujo.
--¿En estos días estuvo por Chasicó?
--Sí. Con "Norbi" (Norberto) y un vecino de White. Pescamos 134 pejerreyes. Me llevo a Córdoba. También pescadilla, calamares, de todo...
--¿Extraña el fútbol?
--No. Hoy disfruto a Guadalupe, mi nietita, y a mis hijos: Jonathan y Ayelen. Los sacrificios quedaron atrás.