Bahía Blanca | Jueves, 18 de abril

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El buen precio enmascara las pérdidas del girasol regional

El último año se cosechó con $ 4.200 la hectárea; hoy cotiza $ 6.250. Las caídas fueron en rinde y en producción. Sólo restan algunos lotes del sur para cerrar la zafra 2017/18.

Girasol en el SOB. / Fotos: Pablo Presti y Sebastián Cortés-La Nueva.

Guillermo D. Rueda
grueda@lanueva.com

   El precio promedio del girasol, en la primera quincena de abril de 2017, rondó los 4.200 pesos la tonelada. En la víspera, la pizarra de la Cámara Arbitral de Cereales de Bahía Blanca anotaba 6.247 pesos por los 1.000 kilos.

   El dato no es menor respecto de la actualidad del cultivo que, a falta de algunos lotes en el sur, está a punto de concluir la cosecha 2017/2018 en la región cercana a Bahía Blanca.

   Esto es porque la consecuencia de la sequía, que se extendió por todo el país, provocó caídas en las producciones (promedio de —16%) y en los rindes (-12% en promedio).

Julián Borisov (izq.) y Juan José Ajis Blasco. / Foto: Sebastián Cortés-La Nueva.

   Los datos surgen del Reporte Agrícola Quincenal elaborado por los ingenieros agrónomos Juan José Ajis Blasco y Julián Borisov, de la Dirección de Estudios Económicos de la Bolsa de Cereales y Productos de Bahía Blanca.

   Siguiendo la misma secuencia de precio, este incremento del 41% compensaría las demás pérdidas de producción.

   Además, los 7.100 millones de pesos que se generan prevén superar, en un 16%, a los $ 6.070 millones correspondientes al ciclo anterior.

   El rendimiento promedio final de los 43 distritos/departamentos de la provincia de Buenos Aires y de La Pampa, cercanos a Bahía Blanca, es de 2.100 kilos por hectárea, un 5% superior a la campaña anterior.

   Entre ellos, sobresale el partido de Carlos Casares, con un promedio de 3.200 K/H, mientras que en Bahía Blanca y en Coronel Rosales fue de 500 K/H. 

   “Para el rinde, en general, los lotes cosechados presentaron una gran variabilidad en sus rendimientos como consecuencia de precipitaciones sectorizadas”, dijo Ajis Blasco.

  La zona norte, con Bolívar, Casares, Daireaux, Villegas, Irigoyen, Pehuajó, Rivadavia, Trenque Lauquen, Chapaleufú, Maracó, Pellegrini, Salliqueló y Tres Lomas, tuvo un rendimiento promedio de 2.600 kilos por hectárea, un 4% superior a la campaña 2016/17.

   En la zona centro, integrada por Adolfo Alsina, Azul, Dorrego, Pringles, Suárez, La Madrid, Adolfo Gonzales Chaves, Guaminí, Laprida, Olavarría, Saavedra, Tres Arroyos, Catriló, Conhelo, Quemú Quemú, Rancul, Realicó y Trenel, disminuyó un 10% finalizando en 1.900 kilos por hectárea.

   Finalmente, la zona sur (Bahía Blanca, Rosales, Patagones, Puan, Tornquist, Villarino, Atreucó, Capital Anguil SR, Guatraché, Hucal, Toay y Utracán), fue la más afectada, generando, con 1.100 kilos por hectárea, una caída del 30% en su rendimiento.

   “Al ser implantado en forma temprana y tener un desarrollo radicular que aprovechó la acumulación de agua de las napas, el girasol fue el cultivo estival que mejor ha soportado la fuerte sequía”, agregó el ingeniero Borisov.

   “Sin embargo, su aceptable rinde no pudo compensar la caída del área implantada (—12%) finalizando, la producción total, en 1,20 millones de toneladas, un 17% inferior a la campaña anterior”, sostuvo.

   La zona central fue la responsable del mayor impacto en esta disminución, al pasar de 860.000 a 680.000 toneladas, con un 21% de pérdida.

   “Respecto de la calidad se comprobó que el contenido de materia grasa de los lotes fue mayor a lo esperado. De este modo, se obtuvo la correspondiente bonificación”, mencionó el ingeniero Ajis Blasco. 

En el resto del país

   Con pérdidas de 60.000 hectáreas en todo el país y recolectado casi el total del área cosechable, se ha alcanzado una producción 3,32 millones de toneladas y un rinde medio de 2.080 kilos de girasol por hectárea.

   Si se excluyen las pérdidas registradas en la zona antes comentada del sudoeste bonaerense y el sur de La Pampa, los rendimientos son de 2.240 K/H, superiores a los 2.030 K/H obtenidos en la campaña anterior y a los 2.200 K/H del récord de la campaña 2014/15.

   Así se observó desde la Asociación Argentina de Girasol (Asagir), de acuerdo con informes de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.

Jorge Ingaramo, de Asagir.

   “Las cifras logradas demuestran que el girasol merece pertenecer al portafolio de los cultivos de los agricultores pampeanos, principalmente en los años donde las dificultades por sequía son más significativas”, dijo Jorge Ingaramo, asesor económico de Asagir.

   “La particularidad de esta campaña estuvo marcada por el déficit hídrico, que fue muy importante, pero de magnitud irregular”, amplió.

   “Por ejemplo, fue extremo en el SOB de Buenos Aires y sur de La Pampa, donde los rendimientos medios no superaron los 1.470 K/H", manifestó.

   "Sin embargo, en otras zonas como el NEA, centro-norte de Santa Fe, norte de La Pampa, oeste de Buenos Aires y Cuenca del Salado, los rendimientos medios superaron los 2.200 K/H y, en algunos lotes, incluso superaron los 3.000 K/H”, detalló Ingaramo.

   “La disponibilidad hídrica fue mejor, aunque no necesariamente óptima", dijo.

   "Pero la baja humedad relativa y alta radiación contribuyeron a evitar el desarrollo de las llamadas enfermedades de fin de ciclo, manteniendo la planta verde por un tiempo más prolongado, un factor que contribuyó a un mejor llenado del grano y, consecuentemente, a mejores rendimientos”, comentó.

   “Este hecho ha sido advertido por el productor quien, en más de un caso, lo considerará al momento de planificar su próximo portfolio de cultivos”, aseguró el licenciado Ingaramo.

Siguiendo la misma secuencia de precio, este incremento del 41% del precio compensaría las demás pérdidas y que, por ende, los 7.100 millones de pesos que generaría el girasol superarían, en un 16%, a los $ 6.070 millones correspondientes al ciclo anterior.