Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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Anthony Johnson, la obsesión por las gomitas y los cinco meses y seis días

Cumplió un mes desde la operación de la rotura del tendón de Aquiles derecho. Decidió recuperarse en nuestra ciudad, cerca de sus compañeros de Bahía Basket. Ya bajó seis kilos. Y trata de no pasar por el kiosco. Quiere jugar playoffs.

Foto: Sebastián Cortés-La Nueva.

Por Fernando Rodríguez / ferodriguez@lanueva.com

   Lo pensó una, dos y tres veces hasta decidirse: “Cruzo”, dijo  Anthony Johnson. Apoyado en sus muletas, el estadounidense dejó su departamento de calle Santa Fe para ir hasta el Casanova, donde jugaba su equipo, Bahía Basket frente a Salta Basket, en lo que terminó siendo la mejor producción de la temporada.

   Fue la primera vez que el Gordo se hizo presente en un partido, desde que sufrió la rotura del tendón de Aquiles de la pierna derecha.

   “Lo veo siempre por la computadora; es mejor para mí. Puedo expresarme solo, sin tener que explicarle a las personas lo que pienso. Es muy difícil para mí estar mirando cómo juegan mis compañeros y sabiendo lo que deben hacer para poder ganar, aunque sin poder hacer nada desde afuera”, justificó.

   Las rutinas de Anthony son bien marcadas, es metódico y cuidadoso.

   “Pedí vivir enfrente de Estudiantes porque tengo cerca la cancha; también acá retiro la comida y me queda cómodo para el gimnasio”, argumentó, sentado en la soledad del Casanova.

   La actuación colectiva del viernes, acaso ayudó a olvidar por un momento la ausencia de Johnson. Aunque él sigue acá, trabajando en silencio, donde eligió recuperarse.

   “Preferí quedarme, porque es mejor para mí; tengo a Lea (Amigo, el kinesiólogo) a Emilio (Corinaldesi, el médico) y, además, estoy cerca del equipo. Puedo ver las prácticas y hablar con mis compañeros”, explicó.

   “Además -agregó-, tengo cerca a Sepo (Ginóbili), Puma (Montecchia), Mauro (Polla), Pepe (Sánchez)... El Puma ya sufrió la misma lesión y me habló de la recuperación. Me siento contenido; es mejor para el equipo que esté acá".

   Acaba de cumplir el primer mes desde la operación y empezó a pisar con la bota, ayudado, claro, por las muletas.

   Ni bien sufrió la lesión, empezó a investigar cuánto tiempo estimativo le demandaría la recuperación, descubriendo que el más rápido lo había logrado en cinco meses y seis días. Ese es su plazo.

   “Mi cabeza está bien. Ahora sólo pienso: 'yo puedo regresar antes de los cinco meses y seis días... Yo puedo regresar antes de los cinco meses y seis días... Yo puedo regresar antes de los cinco meses y seis días... Soy todo el tiempo positivo. Podré estar bien para los playoffs (a fines de abril)”, se ilusionó.

   Lógicamente, el ritmo diario le cambió por completo y empezó a generar otros hábitos.

   “Ahora no pienso más que en estar mejor. Cambié la dieta; bajé seis kilos (está en 126, con la bota). Como menos, porque al no jugar tengo menos hambre”, contó.

   Los cambios en su conducta alimentaria incluyen: “No pastas, no azúcar, no alcohol... Antes yo comía pollo con arroz y ahora estoy comiendo menos arroz y más vegetales y frutas, además de tomar más agua”, detalló.

   Claro que su debilidad pasa cuando visita el kiosco.

   “Ufff... Lo que más deseo me genera son las gomitas (azucaradas), je, je”, admitió. 

   El vínculo Bahía Basket-Johnson se fortaleció a través del tiempo.

   “Bahía es como mi familia”, aseguró.

   Y lo están cuidando para tenerlo en plenitud. Cuándo, se verá. Su deseo de llegar a los playoffs el cuerpo médico lo ve como una posibilidad cierta. Y durante cuánto tiempo, también será motivo de análisis. En principio, el acuerdo firmado es  hasta finalizar la temporada.

   “Este año termina mi contrato, pero necesito ponerme bien para poder jugar. Durante la temporada -aclaró- no hablo del futuro, sólo antes y después. Ahora únicamente pienso en el regreso”.

   —Es decir, hoy sólo pensás en los cinco meses y seis días para volver...

   —¡No, no...! Ahora quedan cuatro meses y seis días, ja, ja...