Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Sansinena conquistó la gloria de la mano de dos hombres de la casa

Leandro Donayevich y Emiliano Ortiz, hinchas y exjugadores del Tripero, conforman la dupla técnica que guió al elenco albirrojo al ascenso al torneo Federal A. Ambos contaron las sensaciones que les generó el histórico logro.
Por el sentimiento que los une a Sansinena, Donayevich y Ortiz vivieron el ascenso de una manera muy especial.

Federico De Marco

fdemarco@lanueva.com

El 17 de diciembre de 2016 no será un día más en la historia de Sansinena. Aquella tarde de primavera, el Tripero venció 2-0 a Germinal de Rawson, en Cerri, y consiguió el ascenso al torneo Federal A, algo impensado para el club hace algunos años atrás.

Dos de los principales responsables de que el albirrojo pudiera materializar ese objetivo fueron Leandro Donayevich y Emiliano Ortiz. Ambos, hombres de la casa e hinchas de la institución, conformaron la dupla técnica que comandó al barco cerrense hacia la gloria.

—¿Cómo vivieron este logro histórico?

—L. Donayevich: Muy contento, por ser hincha del club y por haber vivido el principio de este proceso en 2014. Deseo, como hincha de Sansinena, que todos se sientan parte. Me nace decir que lo disfrutemos todos, los jugadores de menores, la gente de Cerri. Que el pueblo disfrute de esto porque es de ellos y merecido lo tienen.

-E. Ortiz: Es difícil resumirlo en palabras. Me crié en el club desde los 5 años, pasé por todas las categorías formativas hasta llegar a Primera. En su momento me tocó alejarme para ir a trabajar a Tiro Federal, donde estuve 4 años y crecí muchísimo. Volví para trabajar en menores y que nos hayan dado la posibilidad de dirigir la Primera es muy especial. Dejamos más horas de lo normal de lado para poder abocarnos al club. Estoy muy contento, somos del pueblo y la gente de Cerri siempre nos apoyó.

—¿En que momento del torneo se dieron cuenta que el ascenso era posible?

—LD: El partido bisagra fue el de Olavarría (ante Ferro), donde teníamos que ganar sí o sí para no desprendernos del lote de arriba y lo cumplimos. A partir de ahí agarramos la confianza necesaria para encarar la parte final del torneo.

—EO: Coincido. En Olavarría hicimos un click. Veníamos de 2 empates y 2 derrotas y teníamos que ganar. Arrancamos perdiendo, pero lo dimos vuelta con personalidad y creo que ahí nos convencimos de que se podía. Después de ese partido empezamos a ser más regulares y en la primera prueba difícil que tuvimos, que fue ante All Boys (Santa Rosa) en Cerri, destrabamos el encuentro con total normalidad.

—¿Cuál fue la clave?

—LD: Tratamos de hacer hincapié en que disfruten todos. Hacemos sentir importantes a los titulares, a los que van al banco y a los que quedan afuera. Por eso el grupo estuvo tan unido, que es algo fundamental.

—EO: El trabajo en el día a día. Varios jugadores dejan a la familia y muchas cosas de lado, faltan al trabajo para entrenar o viajar. Esas cosas nos fueron fortaleciendo.