Impuesto a la soltería
Hace 77 años, en mayo de 1939, el senador Alfredo Lorenzo Palacios solicitó un recargo impositivo a las personas solteras.
La disminución de la natalidad era, en 1939, “el tema del momento”, porque afectaba “la posibilidad de colonizar la amplia geografía nacional”. Ya Domingo Faustino Sarmiento había mencionado que el gran problema de la Argentina era su extensión y durante mucho tiempo la consigna de “hay que poblar la Patagonia” formó parte de los objetivos del país.
De allí que se exigía la intervención del gobierno para combatir esa “desnatalidad” con políticas que mejoren un hecho que “afecta las bases vitales de la nacionalidad”.
Uno de los proyectos presentados ante el Congreso corrió por cuenta del mencionado legislador socialista, preocupado por el descenso del 50% del índice de natalidad respecto de 1914. Palacios señaló que la disminución de la cantidad de matrimonios era una de las principales causas de declinación. Presentó entonces un proyecto de ley denominado Fomento de la Natalidad.
La misma establecía que los empleados estatales tendrían beneficios por cada hijo menor de 16 años, al tiempo que esos padres recibirían ventajas en las promociones y ascensos laborales. Por otra parte, los solteros o casados sin hijos deberían donar un día de trabajo cada tres meses para financiar esta ley.
La medida tenía su sustento en considerar como cierto que los matrimonios también tenían pocos hijos por una cuestión económica. De allí que se considerara “justo” que los solteros cargasen con obligaciones impositivas, “para estimular la fecundidad” de esos hogares.
Palacios fue una figura relevante en la historia política argentina. Su austeridad le valió una vida de privaciones en sus últimos años, falleciendo en absoluta pobreza.