Condena a perpetua por un crimen en el barrio Rivadavia
-
- copiado al portapapeles
-
- copiado al portapapeles
Andrea Soledad Fernández (29) fue condenada ayer a prisión perpetua, tras ser hallada culpable de golpear y asesinar a Néstor Bauza (73) en su casa del barrio Rivadavia, para finalmente robarle dos teléfonos celulares.
Según los jueces del Tribunal en lo Criminal Nº 3, un cúmulo importante de pruebas determinaron la responsabilidad de la mujer, quien, según declaró una amiga durante el juicio, le confesó que atacó al hombre luego que no le hiciera efecto una droga que le había suministrado.
En su resolución, los magistrados Daniela Castaño, Guillermo López Camelo y Eduardo d`Empaire, hallaron acreditado que el 16 de abril de 2014, en la vivienda ubicada en Piedra Buena 358, para consumar el robo de dos teléfonos celulares y procurar la impunidad, la acusada le provocó a Bauza múltiples traumatismos.
También se determinó que producto de las lesiones el hombre agonizó y falleció entre las 10 y 14 del día siguiente.
En su fallo la jueza Castaño sostuvo que “los elementos de cargo acreditan de manera abrumadora la autoría de la imputada. A esta conclusión arribo luego de desandar una serie de sucesos que evidencian, sin duda alguna, la forma en que ocurrieron y de qué manera se llega al secuestro de los teléfonos de la víctima y la aprehensión de la imputada”.
Entre los elementos reseñados se tuvo en cuenta la declaración de un hombre que alquilaba un departamento ubicado en los fondos de la propiedad perteneciente a Bauza, quien tras el hallazgo del cuerpo sin vida del hombre, le dijo a los policías haber visto a una mujer el día anterior.
Poco después se le exhibieron fotos y señaló a Fernández.
También testificó un efectivo de la DDI bahiense, quien describió las tareas investigativas y los entrecruzamientos de llamadas realizados para lograr hallar los teléfonos sustraídos al fallecido y la forma en que llegaron a la sospechosa.
En tanto, una amiga de “Coca” Fernández declaró que la propia detenida le envió un mensaje de texto diciéndole que “se había mandado una macana” y que posteriormente arribó en un taxi a su casa, presentando la ropa ensangrentada y sus manos lastimadas.
Mencionó que la procesada le indicó que forcejeó con la víctima, le pegó con una botella en la cabeza y hasta lo asfixió con un cinturón que le colocó en el cuello.
Incluso sostuvo que su amiga llegó con los dos celulares y le dejó uno en su casa.
En tanto, un análisis genético demostró que manchas de sangre halladas en la casa de Bauza pertenecían a la procesada.
Por todo ello, los jueces le impusieron la pena de prisión perpetua.