Bahía Blanca | Jueves, 14 de agosto

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Sospechan que Toro pudo ser arrojada en un pozo petrolero

La posibilidad que la bahiense Sonia Esther Toro (34), misteriosamente desaparecida hace poco menos de un mes en Comodoro Rivadavia, haya sido arrojada en uno de los muchos y profundos pozos petroleros existentes en esa zona, es una de las hipótesis que maneja la familia de la mujer, según admitió ayer su padre.


 La posibilidad que la bahiense Sonia Esther Toro (34), misteriosamente desaparecida hace poco menos de un mes en Comodoro Rivadavia, haya sido arrojada en uno de los muchos y profundos pozos petroleros existentes en esa zona, es una de las hipótesis que maneja la familia de la mujer, según admitió ayer su padre.


 En diálogo con "La Nueva Provincia", Juan Toro aseguró que a 24 días de iniciado el caso, no surgió ninguna pista sobre el paradero de la vendedora de cosméticos de la firma Mary Kay, madre de dos hijas de 8 y 13 años, quienes quedaron a la guarda de su padre, Nelson Haag, separado recientemente de la persona desaparecida.


 El hombre anunció que, por gestión de Silvia Braun --representante provincial del Centro de Protección de los Derechos de las Víctimas--, podrían enviar a territorio chubutense una decena de canes adiestrados para rastrillajes, teniendo en cuenta que en aquella provincia sólo existe un perro entrenado por la Aeronáutica para el control de drogas en el aeropuerto.


 "Lo que estuve recabando y encontré es que el diámetro de un pozo de petróleo abandonado es de 80 centímetros y la profundidad es de 1.500 a 2.000 metros. De las veinticinco personas desaparecidas en Comodoro no encontraron a nadie. ¿Dónde están? Yo soy un padre consciente y las conjeturas son esas, de gente que sabe. Puede estar en un pozo de esos o bien que la hayan enterrado muy bien, porque han rastrillado cualquier cantidad", opinó Toro.


 El hombre manifestó, no obstante, que las esperanzas de hallar con vida a su hija se mantienen latentes, aunque reconoció que es muy difícil que "esté escondida o privada de la libertad, porque ni ella ni nadie se comunicó con su familia".


 Sonia Toro desapareció la mañana del 17 de mayo último, cuando dejó a sus hijas en el colegio y se dirigió hasta una panadería donde había encargado una torta para el cumpleaños de una de ellas.


 Poco después de las 13 de ese día apareció su coche, un Ford Galaxy, totalmente incendiado y la madrugada siguiente corrió igual suerte la casilla rodante en la cual vivía, en una zona forestal de la población patagónica.

Analizan rastros.




 Al no encontrar respuestas de los investigadores chubutenses, el padre de la mujer logró --también gracias a la intervención de Braun y del superintendente de la policía bonaerense Héctor Iglesia--que una comisión de la Policía Científica local actuara en el lugar y levantara rastros que hasta el momento no habían sido obtenidos.


 "Encontraron lo que no encontraron los otros en el auto: el reloj quemado, papeles, porque lo prendieron con papeles y gasoil; también pelos craneanos y púbicos, botones quemados, posiblemente de vaqueros; pedazos de ropa incendiados y la rueda de auxilio con unas manchas. Todo eso lo iban a mandar a Bahía Blanca, para hacer las pericias", detalló.


 En cercanías de la casa de Augusto Nowasenski, vecino de la mujer, con quien ésta habría mantenido una relación sentimental, y que es el principal sospechoso, "habrían encontrado un bidón, todo apretado y con huellas. Casi seguro que la casilla la prendió Nowasenski, pero hay que ver cómo se lo involucra con el hecho".


 También estaba prevista la búsqueda en una zona de cavas, donde aparentemente algunos delincuentes suelen ocultar sus botines y se aguardan listados de la empresa Unifón, para rastrear las últimas llamadas desde los teléfonos celulares de su hija, su nieta y de los sospechosos.



"Esa posibilidad existe", dijo el juez José Rago












 El titular del Juzgado de Instrucción Nº 3, de Comodoro Rivadavia, doctor José Rago, encargado de la causa que se inició por la desaparición de Toro, reconoció que hay una probabilidad de que la mujer haya sido arrojada en un pozo petrolero, aunque no descartó otras hipótesis.


 "Aquí el mar está cerca, pero parecería que, debido a donde explotó el coche, si bien no es una zona muy lejana al mar, se podría manejar esa hipótesis. En la ciudad, en los alrededores, hay una zona de campos grandes, así que esa posibilidad existe", afirmó el magistrado, en contacto telefónico con "La Nueva Provincia".


 Respecto de los acusados, respondió que "no hay medida procesal relativa a alguno de ellos" y que las sospechas "no van más allá de un estado conjetural, no hay una prueba como para imputar a alguien".


 Si bien no se pudo probar el cuerpo del delito, porque la mujer no fue hallada, Rago explicó que puede existir hasta el momento "una privación ilegal de la libertad e incendios intencionales".


 Rago aseguró que las sospechas recaen sobre tres personas y, sin mencionar sus nombres, dio a entender que se trataría de Nowasenski, Haag y otra persona que habría mantenido recientemente una relación con la víctima.


 Preguntado sobre los motivos de la intervención de la Policía Científica bonaerense en el caso, dijo que "se ofrecieron voluntariamente a participar en el levantamiento de rastros y también los designamos peritos en la causa; fue un ofrecimiento desinteresado, porque tienen algunos elementos técnicos de mayor sofisticación. Acá estuvieron dos días y se llevaron una serie de objetos para analizar".


 En lo que todos coinciden, según el juez, es en que "no fue algo preparado por ella, no hubo ningún preparativo para ausentarse".


 Respecto del cotejo de llamadas, manifestó que "va a demorar un poco", dado que "antes estaba concentrado en Telefónica y ahora está disgregado en compañías particulares. Me falta obtener algunas sábanas de llamadas producidas desde algunos teléfonos".


 Negó Rago que el caso tenga vinculación con otras extrañas desapariciones en Comodoro Rivadavia.


 "Ahora hay un auge delictivo, de violencia, hay más homicidios, pero es producto de la situación de intolerancia que se está viviendo. Acá hubo casos de gente desaparecida misteriosamente, y a diario ocurre con jovencitas que se van de su casa, pero en este hecho hay un rastro violento detrás, por la forma en que quemaron el coche y la casa", concluyó el magistrado.