Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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"No le cambiarás el pañal ni le darás la mamadera, pero tendrás otras experiencias"

La presidenta de la ONG MAMA habla de la importancia de adoptar chicos grandes.

Fotos: Sebastián Cortés-La Nueva.

Por Sol Azcárate / sazcarate@lanueva.com

      Belén Uriarte / buriarte@lanueva.com

   —La mayoría de los chicos que está en situación de adoptabilidad son chicos mayores de 6 años —dice Carolina Recalde, quien preside el Movimiento de Ayuda a Matrimonios Adoptantes (MAMA).

   Es por esa razón que esta ONG que funciona desde 1985 fomenta la adopción de niños mayores.

   —Es abrir un poco la cabeza para pensar si uno quiere tener un bebé o quiere tener un hijo. Si adoptás un chico grande, no le cambiarás el pañal ni le darás la mamadera, pero tendrás otras experiencias.

Mirá el informe completo de La Nueva.

   Carolina, que en 2012 adoptó con su pareja una nena de 9 años, cuenta que en Bahía Blanca hay unas 600 familias que quieren adoptar y los tiempos de espera son variables, porque los juzgados eligen de acuerdo a las características del chico que está en adopción.

   —Cuanto más amplio es el perfil que vos pongas, más rápido va a ser [la adopción], porque hay muchos chicos grandes para adoptar. Pero hoy, el 95 % de las parejas quiere bebés.

   Por eso invita a pensar cuáles son los niños reales.

  —La gente piensa en niños ideales, en el niño que se porta bien, en el niño chiquitito que lo “amoldo a mi manera”. Y el niño que hay es el niño real de 6, de 8, de 10 años, con historia.

   Carolina cuenta que una vez que el juzgado selecciona a una persona o una pareja para adoptar, la vinculación tiene que ser paulatina: un día ir a buscar al niño a la escuela, otro llevarlo al parque y más adelante invitarlo a dormir.

   —Es lo más saludable, porque si no después viene lo mal llamado “devolución”.

   Y también es importante la preparación previa de los adoptantes.

   —El día a día no es fácil y al principio pasan por lo que es “la luna de miel de la adopción”: el chico quiere agradar y los padres también. Cuando el niño se empieza a sentir seguro en esa familia, empieza a mostrarse tal cual es, con sus berrinches, con sus miedos, con sus cosas.

   Carolina aclara que eso no significa que los padres adoptivos hayan hecho algo mal. Es algo lógico: el niño empieza a ser niño.

   —¿Cuáles son las causas de las “devoluciones”?

   —No cumplen las expectativas de los adultos, “no sé qué le pasó a ese niño”, “ese niño no es para mí”, “no estoy preparado para ser padre”.

   Carolina insiste en que en esos casos es necesario pedir ayuda y cuenta que en la ONG hay una biblioteca temática, talleres y psicólogas que trabajan ad honorem. Incluso un SOS para que la persona que está angustiada o atraviesa una situación difícil pueda llamar: está disponible las 24 horas de los 365 días del año.

   Las “devoluciones” son terribles para los adultos, pero sobre todo para los chicos.

   —Cuando empieza una vinculación con una nueva familia, el chico tiene miedo de que pase lo mismo. Incluso pregunta: "Si yo me porto mal, ¿me vas a devolver?".

   Muchas veces el vínculo se rompe por otras razones. Recalde cuenta que a veces son los chicos los que dicen “no quiero estar en esta familia”, “no me siento bien”, “quiero volver al hogar”, y eso se contempla porque “el niño tiene voz”.

***

   Carolina explica que con el cambio del Código Civil con 25 años ya podés adoptar y la diferencia entre adoptante y adoptado tiene que ser de 16 años —antes era de 18—. Además no importa si sos soltero y puede adoptar tanto una pareja heterosexual como homosexual.

   No tener casa propia tampoco es un obstáculo, basta con alquilar. Sí piden contar con los servicios básicos —agua, luz y gas— y un recibo de sueldo que avale que tenés un trabajo estable.

   —¿Hay muchos casos de gente sola que quiere adoptar?

   —Tenemos varios en el grupo, tanto mujeres como hombres. Está el mito de “soy sola, capaz me ponen última en la lista”. Pero no es así, es de acuerdo a las características del niño. También piensan en “¿qué va a decir el chico?”. Pero los chicos son muy abiertos, los rollos son de los adultos.

   —¿Y se prioriza que adopten a los hermanos juntos?

   —La idea es esa, pero también hay que ver que es difícil adoptar hermanos, porque a veces son cinco. Y no pasa por el dinero, porque la gente te ayuda o podés tener plata, pasa por las herramientas personales o de pareja para sostener cinco niños. A veces lo que se hace es dividirlos en dos familias y que haya un contacto: los vínculos hay que sostenerlos siempre que sean saludables.

***

   Carolina dice que en la ONG no se manejan estadísticas de la cantidad de chicos que están en situación de adoptabilidad y explica que no todos los niños que están en hogares se pueden adoptar.

   —Cuando están en un hogar es porque hay una vulneración de derechos: se lo retira de la familia biológica, va a un hogar y se trabaja con su familia. Si después el niño no puede volver, va con la familia adoptiva.

   Cuenta que existen varios mitos, como pensar que los chicos de la calle están en estado de adoptabilidad o creer que los niños que se adoptan son huérfanos.

   —No es que los padres se murieron, no pudieron ser padres. Es lo que le decimos a los niños: hay personas que pueden engendrar un niño pero no pueden ser padres, no tienen las herramientas; y hay otros que no pueden engendrar, pero pueden ser padres, criándolos, llevándolos al médico...

   Y además de mitos, hay muchas cuestiones a mejorar en el proceso de adopción: desde la falta de preparación de los aspirantes a adoptar hasta la falta de seguimiento de los casos por parte del Juzgado una vez que se concreta la adopción.

   —El Juzgado está con falta de personal, con falta de recursos económicos; los servicios locales están desbordados y los hogares también. Hay mucho por hacer, por trabajar y subsanar.

   Pero más allá de algunos contratiempos, Carolina resalta que en el camino de la adopción se viven los mejores momentos y deja un mensaje para quienes piensan iniciarlo o ya se pusieron en marcha.

   —No hay que quedarse esperando el llamado del Juzgado, sino formarse, capacitarse, aprender, buscar ayuda, hacer una actividad, algo que los saque de ese pensamiento “cuándo me van a llamar” para estar fortalecidos cuando lleguen nuestros hijos.

Objetivos del grupo

   -Fomentar la adopción de niños/as y adolescentes.

   -Facilitar información.

   -Intercambiar experiencias, dudas, temores y alegrías entre los aspirantes a adoptar y los que ya son familia por adopción.

   -Acompañar en la espera, en la vinculación y en la adopción.

   -Ofrecer orientación psicológica y psicopedagógica.

   -Hacer seminarios, talleres, encuentros y jornadas abiertas a la comunidad para insertar la temática.

   -Trabajar en forma conjunta con: Juzgados de Familia, Servicios Zonales, Servicios Locales, distintas ONG del país dedicadas a este tema, diferentes profesionales, Subsecretarías de Niñez, Adolescencia y Familia y Programas de Asesoramiento y Acompañamiento a familias adoptantes.

   -Promover la lectura de material bibliográfico referido a este modo de ser familia.

   -Impulsar: el conocimiento de películas, documentales y páginas web abocados a esta forma familiar.

   -Auxiliar por medio del servicio SOS (Servicio que está disponible las 24 horas, los 365 días del año) para aquellos que deseen compartir lo que les preocupa, lo que les entristece o lo que les alegra.

Contacto

   Quienes quieran contactarse con la ONG pueden escribir al Facebook MAMA Movimiento de Ayuda a Matrimonios Adoptantes Bahía Blanca.

   También pueden llamar a los teléfonos (0291) 154-261125 o 156-422422. O acercarse a las reuniones que la ONG organiza los segundos y cuartos sábados de cada mes —de abril a noviembre— en el salón de prensa de la Municipalidad —Alsina 65—, de 15:30 a 17:30.

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