Fernando Bonivardo, otro que retorna al Midget: "Se presentó una oportunidad y no lo dudé", contó

Redacción de La Nueva.

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Por Tomás Arribas / tarribas@lanueva.com

   Diciembre de 2015, duodécima serie de la 6ª fecha del campeonato estival midgístico. Un fuerte encuentro con el paredón de la recta opuesta dejaba en "stand by" la carrera deportiva del bahiense Fernando Bonivardo (34). 

   Pero como bien sabemos, el Midget siempre da revancha. Y gracias a una imperdible oportunidad, Fer prepara su anhelado reencuentro con el óvalo "Héctor Evaristo Plano" de Aldea Romana.

   Así, Bonivardo, quien hizo su estreno en el Invernal 2004 con un viejo auto de Gustavo Zennaro, se suma a una interesante lista de pilotos retornados de cara a la próxima cita veraniega del Club Midgistas del Sur. 

   "Las ganas de volver siempre estuvieron. Y viste cuando se tienen que dar las situaciones, esto fue así. Se presentó una oportunidad, no lo dudé y decidí volver. Todo se lo debo a Carlitos Fornerón, quien me llamó un día ofreciéndome un auto completo, a pagar como pueda", contó. 

   "Fue una lástima haber dejado de esa forma, con un accidente tan fuerte. Después, por cuestiones laborales, la vuelta se fue postergando y siempre iba quedando en los pendientes. Pero ahora está todo encaminado para hacerlo bien", agregó. 

   Aquel fuerte tumbo, que lo dejó inconsciente unos minutos y motivó una inmediata internación en el Hospital Privado del Sur, frenó abruptamente lo que, a una primera impresión, asomaba como un auspicioso proyecto competitivo.

   "Siempre había sido un sueño correr con un chasis Saldamando. Y ese año, si bien mecánicamente nos preparamos con lo mejor (contaba con motores de Patricio Venturino), no estaban dadas las condiciones ideales para correr. Lo laboral me tenía muy atareado, y estaba prácticamente todo la semana sin parar. Llegaba el viernes e iba a correr casi sin dormir", recordó Fer. 

   "Después de eso me di cuenta que, más allá de la pasión, todo no se podía hacer. Pasó lo del accidente y me bajaron el pulgar. Estuve un día entero internado y una semana en reposo, con muchos mareos y sin poder dormir. Mi viejo, el que más me ayudó y apoyó siempre, me dijo: 'Vos estás loco, yo no te ayudo en más nada'. Pero con el tiempo lo convencimos (risas)", agregó. 

   En su tercera etapa en la categoría (tuvo otro intervalo anteriormente), Bonivardo acelerará un flamante chasis Saldamando, con apenas dos competencias invernales encima, antiguamente propiedad de Carlos Fornerón.

   La negociación con Carlitos, quien aguarda para tripular un chasis Altamirano 0 km de primera línea, esconde una pequeña devolución de gentilezas.

   "Cuando me bajé después del palo, Carlitos adquirió ese auto y anduvo muy bien. Y antes del Estival pasado, me llamó diciéndome que iba a seguir con ese chasis porque se sentía más cómodo, y preguntándome si me interesaba el nuevo. Me lo cedió de la misma forma que yo hice con él en su momento, con la posibilidad de pagárselo en cuotas", detalló. 

   "Lo único que definimos es que del motor se encargará Juan Ignacio Vallasciani. Con respecto al chasis, aún no decidimos nada con Franco (Bianchini, expiloto), quien se hizo cargo del proyecto. Hay un nombre dando vueltas, pero todavía no cerramos nada", explicó.

   Sobre los objetivos deportivos, Bonivardo aclaró que tiene los pies sobre la tierra y que respetará el paso del tiempo, admitiendo que le espera un importante período de readaptación. 

   "Viste que uno dice que no se olvida, pero pasó mucho tiempo y no tuvimos tiempo de girar ninguna vuelta, sumado a que correré con un auto nuevo. Encima, con todo esto de la pandemia tampoco puedo ir a probar a ningún lado. Por eso trataré de tomármelo con calma, para hacer las cosas bien", destacó.

   "Pretender algo ambicioso sería muy descabellado. La idea sería agarrar ritmo lo más rápido que se pueda y, en una primera instancia, disfrutarlo a más no poder. En todo caso, si las cosas salen bien, sentiríamos las bases para poder encarar algo serio el próximo año", cerró.