Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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Ariel Schale: “Las restricciones cambiarias no deberían afectar la recuperación industrial”

Para el funcionario, el Gobierno tiene muy en claro que las divisas son para producir, por lo cual es clave cuidarlas a través de un comercio exterior administrado.

Francisco Rinaldi/frinaldi@lanueva.com

Afectado por la pandemia y la falta de divisas, el sector manufacturero argentino acumula caídas preocupantes, las que se amplifican si se tiene en cuenta que se trata de una actividad con importantes niveles de empleo protegido, algo que no abunda en nuestra Argentina.

Pero más allá del Covid y la restricción externa, la industria afronta importantes desafíos a futuro, entre los cuales, la automatización y la posible pérdida de empleos sectoriales es uno de los más complejos.

Para hablar sobre estos temas, La Nueva. entrevistó al licenciado Ariel Schale, secretario de Industria, Economía del Conocimiento y Gestión Comercial Externa. Los tramos salientes, a continuación.

--Hubo una caída de la industria del 7% en agosto según INDEC, ¿se espera una recuperación?

--Es verdad que la caída fue notable, pero nosotros seguimos el consumo de energía eléctrica, al que consideramos un muy buen proxy del nivel de actividad industrial, y que desde agosto vemos en los niveles de la pre-pandemia.

“Por otro lado, la asistencia que prestamos desde el sector público permitió evitar caídas de mayor magnitud, sobre todo en el empleo, ya que en la cuarta versión del programa ATP (N de R: hay anunciada una sexta) desembolsamos 204 mil millones de pesos para 304.000 pymes, lo que permitió sostener el salario de tres millones de trabajadores privados, alrededor del 40% del total”.

--Las restricciones cambiarias ¿afectan esas perspectivas de recuperación que menciona?

--Las restricciones cambiarias no deberían afectar a la recuperación industrial, porque nosotros tenemos muy en claro que las divisas son para producir. Es verdad que nuestro país hoy enfrenta una necesidad de cuidad sus divisas, de allí que sostengamos un sistema de administración del comercio exterior…

--De eso se habló durante el gobierno de la actual vicepresidenta, entre 2011 y 2015, con resultados polémicos, en el mejor de los casos…

--Por eso creemos que tenemos que aprender de los errores del pasado. De todas formas, en la etapa que menciona, con esa política comercial, tuvimos récord de importaciones en el año 2011, con más de 70.000 millones de dólares comprados en el extranjero.


--Sin embargo, hubo quejas de automotrices brasileras con respecto a estas restricciones…

--Por las reuniones semanales que mantengo con todas las automotrices radicadas en la Argentina, estoy en condiciones de afirmar que esas quejas tienen más que ver con el lobby industrial del vecino país que de una queja real.

“Nosotros no podemos resolver los problemas económicos que hoy afectan a nuestro vecino. Por la situación actual, el mercado automotor argentino no da para más de 320.000 autos, y en este momento, no podemos, insisto, absorber la crisis de Brasil”.

--Cuando se miran las cifras oficiales, la participación de la industria en el PBI es baja desde hace muchos años ¿qué se debería cambiar?

--Entender que salimos por el lado de la economía real, no por el de la especulación. Hoy el mundo está en un proceso de desglobalización, porque la industria, a diferencia de lo que ocurría en el proceso anterior, busca estar cada vez más cerca de los eslabones de la comercialización, al tiempo que los países centrales están tratando de proteger a sus empleos industriales.

“La guerra comercial China-EE. UU. es una muestra patente de eso, con una batalla con el mercado laboral como principal objetivo a preservar. Además, en Argentina, tenemos niveles de pobreza alarmantes y de ese flagelo, salimos con más y no con menos industria”.

--¿Estamos preparados para los desafíos del mañana en una economía tan cambiante como la nuestra?

--Nuestro objetivo es sustituir las importaciones del futuro. Por eso, estamos trabajando en un marco normativo para estimular la producción de autos eléctricos, ya que, de otra forma y en diez años, volveremos a encontrarnos con el problema recurrente del faltante de divisas para importarlos.

“Pero es la inestabilidad política y económica lo que nos impide lograr mejores resultados, porque vamos de una banquina a la otra. Son obviedades que, lamentablemente, siempre tenemos que repetirnos como sociedad, porque no las hemos aprendido”.

--¿Y la legislación laboral? ¿es acorde a esos nuevos desafíos?

--Argentina tuvo una prolongada etapa de crecimiento y de recuperación de empleos con la legislación actual, por lo cual, no me parece que sea el escollo más importante.

“Ahora, es verdad que ciertos institutos y convenios deberían ser revisados y adaptados a los tiempos actuales. Pero me reúno en forma periódica con referentes de la actividad industrial, y veo mucha madurez en los sindicatos, que muestran gran disposición a dialogar y negociar para resolver los problemas de competitividad sistémica que afrontamos en la industria nacional”.