Bahía Blanca | Martes, 23 de abril

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Crimen de Agustina: “Hoy en día una vida no cuesta más que un celular”

Así describió Aníbal Bustos, padre de la chica asesinada en 2018, el “desprecio” por las personas de quienes matan para robar, en referencia al presunto homicida de su hija, Matías Moreno. Además se siente desplazado por la Justicia.

Bustos manifestó su malestar a raíz de la tardanza para juzgar al único imputado por el asesinato de su hija de 19 años. (Archivo-LN.)
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Audionota: Mariano Muñoz

   A casi 4 años del asesinato de su hija por el cual aún no se juzgó al único imputado, el padre de Agustina Bustos expresó su malestar a raíz de esta situación, dudó de la aptitud de un jurado popular para juzgar al acusado de un delito tal como ocurrirá en este caso, y dijo sentirse desplazado por la Justicia.
   Para explicar esta última impresión, Aníbal Eduardo Bustos puso el foco en el atentado cometido días atrás en el domicilio del director de Región Sanitaria I, Maximiliano Núñez Fariña, y como consecuencia del cual rápidamente intervinieron las autoridades, entre ellas el ministro de Justicia bonaerense, Julio Alak, quien viajó a Bahía por este motivo.
   Sin embargo -remarcó el entrevistado-, desde hace 4 años él y su familia esperan que se juzgue y eventualmente se condene al detenido Matías Diego Moreno (22) por el homicidio de la joven en el barrio Rucci.
   “El ministro de Justicia no vino a Bahía Blanca por lo que le hicieron a mi hija, o sea que tenés que ocupar un cargo público para que la Justicia acceda a defender nuestros derechos. Siento que a mí, a mi familia y a todo el entorno de Agustina nos hicieron a un lado, y hoy la prioridad es un ataque contra un inmueble (en referencia al caso de Núñez Fariña), por el cual toda la cúpula bajó a esta ciudad”, resaltó Bustos.
   “El hecho no está justificado porque la violencia no sirve de nada, pero me siento apartado (por la Justicia). Es mi opinión”, agregó.
   "Es una sensación feísima, sumada a todo lo que estoy viviendo", continuó.
   Por otra parte, el papá de la víctima de 19 años mostró indignación a causa del “desprecio” por la vida de quien mató a la chica para robarle unos pocos bienes materiales de escaso valor.
   "Hoy en día una vida no cuesta más que un teléfono celular y la Justicia le pone valor a la vida humana, porque si una persona va presa y va a pagar por el hecho, quiere decir que la vida de la víctima tenía un precio", reflexionó Bustos.
   "La Justicia, para los pobres, no es Justicia. Otro claro ejemplo de esto es el caso del chico (Facundo) Sacoccia. (Alexis) Sturzenegger (quien atropelló y mató a Sacoccia cuando conducía en estado de ebriedad) fue condenado, pero está en la casa y anda manejando otra vez", acotó.
   "Uno se pone en el lugar de los familiares de Sacoccia y se da cuenta de que esto no debería ser así, porque no corresponde. No sé si estoy en lo correcto, pero es lo que siento.
   "Siempre el victimario tiene muchos más derechos que la víctima. Moreno goza de derechos que yo no tengo y obviamente mi hija tampoco. Los derechos de Agustina se terminaron el día que él los violentó".
   "Como imputado exige que se respeten todos sus derechos", afirmó el vocero.

"Son personas que no están preparadas"

   Bustos también se refirió a la decisión del causante de ser juzgado por ciudadanos comunes, modalidad prevista para los delitos graves con penas de prisión a partir de 15 años, y se mostró reticente sobre esta vía procesal.
   "Ponen a personas comunes para juzgar, pero es como si me llevaran a mí a un juicio relacionado con algo que desconozco porque ignoro las leyes", opinó.
   "A los jurados los instruyen unos días antes del juicio y son personas que no están preparadas para administrar justicia. Ellas pueden tener una visión distinta a lo que fue el hecho, porque ni siquiera son testigos".
   "Los jurados que en ese momento estén sentados en la sala de audiencias van a ver a un pibe de 22/23 años y van a pensar `pobre chico, no lo vamos a condenar´", prosiguió Bustos.
   No obstante, confía en que el crimen de su hija no va a quedar "impune" porque tiene "plena fe" en el fiscal de homicidios, Jorge Viego, y en la abogada de su familia, Viviana Lozano.
   "Todas mis esperanzas están puestas en ellos, que están seguros de que esto va a tener un resultado positivo", pronosticó.
   El doctor Viego le imputó a Moreno homicidio criminis causa (matar para ocultar otro delito), que prevé pena de prisión perpetua.


   Al procesado con prisión preventiva se lo acusa de ser el autor de la puñalada que mató a Agustina, durante un robo cometido el 3 de abril de 2018, en Piedra Buena al 1700.
   Primero la Policía le atribuyó el hecho a tres adolescentes, pero luego recuperaron la libertad.
   La investigación del caso dio un giro con la declaración de un testigo que aseguró haber presenciado el hecho y vinculó a Moreno, quien negó los cargos en su contra. Otros dos testimonios comprometen al encartado.
   El juicio por jurados en el que se analizará la conducta del encausado se suspendió dos veces debido a la pandemia, y se reprogramó para los días 14, 15 y 16 de junio próximos.

Su cable a tierra

   Para atenuar el dolor por la pérdida de su hija, Aníbal suele reflexionar acerca del trance vivido a través de la escritura.

   "Tengo que descargar de alguna forma porque internamente se me hace insostenible, por eso generalmente los días que estoy mal, que son los cercanos al mes o la fecha en la que pasó lo de mi hija, escribo algo", explicó el transportista.

   A continuación se reproduce el texto escrito por Bustos, quien lo compartió mediante WhatsApp.

   "Pensar que mis mayores me inculcaron que la vida no tenía precio. Y llegamos al punto donde la vida de una persona sí tiene precio; hasta diría que la vida `cotiza´ según el punto de vista de cada actor de esta sociedad.

   Para los delincuentes, la vida de la víctima vale una sidra, un par de zapatillas, un teléfono, unos pocos pesos y hasta una mochila, como en el caso de Agus. Y si entregás todo lo material, quizá igual pierdas la vida a modo de trofeo.

   Para la Justicia, la vida vale unos pocos años de prisión (...).

   Los Derechos Humanos y el resto de las organizaciones que pregonan por la vida nunca se ocupan de víctimas y/o familiares, están muy ocupados atendiendo a los asesinos y su prole; doy fe.

   Los familiares seguimos adelante con las rodillas rotas, los ojos con lágrimas, la garganta dolida de tanto rogar, rogar a la Justicia que haga su trabajo y rogar a Dios por un poco de paz y sosiego.

   Personalmente pienso que la pena de un homicida en prisión debería terminar cuando la víctima se levante de su tumba. ¿Parece mucho?, ¿parece inhumano?, ¿parece perverso?. Mucho más es asesinar a una persona y condenar a su entorno a sufrir su pérdida de por vida".