Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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De la mano de la avicultura, el sector agroalimentario es el más resiliente frente a la pandemia

Desde la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) se advierte, de todos modos, que los mercados no dejan de estar expuestos a la incertidumbre para la campaña 2020/21.

Guillermo D. Rueda / grueda@lanueva.com

   “Las consecuencias de la pandemia de Covid-19 se han dejado sentir, en diversos niveles, en todos los sectores alimentarios evaluados por la FAO”, aseguró Boubaker Ben-Belhassen, director de la División de Comercio y Mercados de Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.

   “Si bien el Covid-19 ha supuesto una grave amenaza para la seguridad alimentaria en general, nuestro análisis muestra que, desde la perspectiva global, los mercados de productos agrícolas están demostrando ser más resilientes a la pandemia que muchos otros sectores”, agregó.

   “Debido a la magnitud del desafío y a la enorme incertidumbre que se plantea, la comunidad internacional debe permanecer vigilante y preparada para reaccionar, si hace falta y cuando sea necesario”, sostuvo.

   Ben-Belhassen se basa en un nuevo informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), sobre perspectivas alimentarias, donde se ofrecen previsiones iniciales sobre las tendencias de la producción y el mercado en 2020-2021 para los productos más comercializados del mundo, entre ellos cereales, cultivos oleaginosos, carne, productos lácteos, pescado y azúcar.

¿Por qué las aves?

   Frente a los 127,3 millones de toneladas de carne de aves producidas en todo el mundo en el año 2018, y los 133,6 M/T de 2019, para el corriente año las previsiones apuntan que se batirá el récord histórico de 136,8 millones de toneladas.

  Según la FAO, la producción de carne de aves crecerá un 2,4 % más, aun considerando los efectos negativos en el consumo de la pandemia.

   Por su parte, la producción global de carnes bajará un 1,7 % en el presente 2020. Esto se dará por las enfermedades de los animales; las perturbaciones del mercado relacionadas con el Covid-19 y los efectos persistentes de las sequías, según las previsiones.

   Es probable que el comercio internacional de carne registre un crecimiento moderado, aunque considerablemente más lento que en 2019, sostenido en gran medida por las voluminosas importaciones de China. En este sentido, la Argentina tiene depositadas muchas expectativas respecto de la carne vacuna, sustentadas en el incremento de los últimos meses en las exportaciones respecto del año 2019.

   Los precios internacionales de la carne han bajado un 8,6 % desde este enero, con la caída más pronunciada en la carne de ovino, seguida de la de aves de corral, cerdo y bovino. Todo esto también como consecuencia de las medidas relacionadas con el Covid-19, incluidas las consiguientes dificultades logísticas; el fuerte descenso de la demanda mundial de importaciones y los grandes volúmenes de productos cárnicos sin vender.

Las perspectivas son positivas

   En el informe semestral de la FAO, se compara la actual crisis sanitaria del Covid-19 con la alimentaria del período 2007-2009, identificando diferencias y similitudes entre los países y productos alimentarios, y donde se examinan los efectos actuales y probables de la pandemia, centrándose en los mercados internacionales de alimentos.

   También ofrece indicadores sobre cómo volver a la normalidad en el funcionamiento de los mercados; incluso, si las tasas de contagio siguen sin controlarse.

   Así, entonces, se llega a la conclusión de que, en comparación con la crisis global de los precios de los alimentos de 2007-2008, el mundo se encuentra ahora en situación mejor, ya que las perspectivas de la producción son positivas; las existencias están elevadas; los precios internacionales son bajos y el comercio cuenta con una base más amplia, con más países importadores y exportadores.

   Además, los responsables de la formulación de políticas tienen ahora más experiencia para hacer frente a las crisis mundiales, así como más información y preparación.

   Igualmente, y aunque en el mundo hay alimento suficiente para todos, de acuerdo con el informe de la FAO la fuerte contracción del crecimiento económico por la pandemia se ha traducido en un problema de acceso.

   Se entiende que esto ha limitado la capacidad de la población de obtener alimentos suficientes, o suficientemente nutritivos, sobre todo en los países que ya se veían afectados por el hambre y otras crisis, incluso antes de la aparición de Covid-19.

   En el informe se anuncian mejoras en los índices de precios de los alimentos de la FAO, en particular en el índice de carácter mensual (FPI, por sus siglas en inglés), que cuenta con amplio reconocimiento como uno de los principales indicadores de la evolución de los precios en los mercados alimentarios internacionales.

Los cereales, en el sube y baja

   A pesar de los dilemas que plantea la pandemia, los pronósticos iniciales de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura para la temporada 2020/21 apuntan a una situación holgada de oferta y demanda de cereales.

   Las primeras perspectivas sugieren que la producción mundial de cereales en 2020 superará el récord, del año anterior, en un 2,6 %.

   Así entonces, se prevé que el comercio mundial de cereales en 2020/21 se sitúe en 433 millones de toneladas, lo que supone, con respecto a 2019/20, un aumento del 2,2 % (9,4 millones de toneladas) y un nuevo récord, impulsado por la expansión prevista del comercio de los principales cereales.

   A pesar de las menores perspectivas de demanda asociadas, entre otros factores, a la pandemia, las últimas previsiones de la FAO para las semillas oleaginosas —y sus productos derivados— en 2019/20 apuntan a una situación de menor oferta y demanda a nivel mundial. ¿Por qué? Por una marcada contracción de la producción.