Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

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Días de tensión política sobre el término “tierra arrasada”

La columna semanal de Ricardo Salas, corresponsal de La Nueva. en La Plata.

Archivo La Nueva.

   La difícil negociación paritaria con el sindicalismo docente para asegurar un inicio de clases sin conflicto, y básicamente el tratamiento legislativo en torno del Presupuesto y la Ley Impositiva 2020, son los problemas más urgentes que deberá enfrentar Axel Kicillof en los primeros meses de una gestión con “urgencias económicas”.

   El gobernador electo prepara un fuerte discurso de asunción ante la Asamblea Legislativa como “respuesta” al balance de gestión que acaba de hacer públicamente María Eugenia Vidal. Apelará a la "pesada herencia" y a lo que ya calificó como "tierra arrasada".

   Por eso, el mensaje tendrá una parte dedicada a presentar una radiografia del estado actual de la PBA, una parte del contexto sobre el resultado que siempre generan las “políticas neoliberales” y por último, los objetivos de su gestión de corto, mediano y largo plazo.

  Lo concreto es que Kicillof está inquieto por cómo resolver algunas cuestiones puntuales del rumbo económico Sabe que deberá afrontar “primeras obligaciones de caja” de la Gobernación, tanto en materia de vencimientos de deuda en dólares, como preocupantes atrasos con proveedores de organismos como IOMA.

   Si el gobierno que viene no cumple con ese pago, la Provincia entrará en default. De ahí que las preocupaciones centrales están vinculadas a la economía y las finanzas para administrar el territorio.

   En tanto, desde la óptica legislativa de Juntos por el Cambio aseguran que seguirán “defendiendo cada paso de la gestión de Vidal”, a la vez que remarcan que los bonaerenses saben que la Provincia “está mejor que hace cuatro años, dejando de estar relegada en materia de coparticipación impositiva respecto de 2015”.

   “Lo que hay que destacar es la visión política de un gobierno que cambió mucho de lo que parecía imposible, porque había una inercia que siempre nos llevaba a la corrupción, al pacto con las mafias, a la impunidad. Eso, después de María Eugenia, no tiene lugar en la Provincia”, agregan desde la UCR.

   El carro no comenzó a andar aún, pero los melones empezaron a acomodarse. Salvo algunas excepciones como las de Augusto Costa y Fernanda Raverta, y un par de nombres más que aún restan confirmar en el futuro gabinete de Kicillof –como Teresa Parodi o Javier Faroni en Cultura-, los apellidos que circulan con mayor asiduidad por estos días podría decirse que son ilustres desconocidos. “Sé que ahora vendrán caras extrañas”, tararean en La Plata.

   De todos los noveles apellidos que suenan, quizás el que más trascendencia ha tomado es el de Carlos Bianco, al que todos ubican como futuro Jefe de Gabinete. Igual que la vocera Jésica Rey en la Secretaria de Medios de Comunicación.

   Hay nombres que suenan para todos los cargos, y que en la realidad aparecen en algunas fotos. En esa zona gris se podría colocar al exsenador Sergio Berni, pensado para el ministerio de Seguridad, o el de la actual senadora Teresa García para el ministerio de Gobierno.

   Aunque este caso en particular se está evaluando con mayor detenimiento, por el rol que García sostiene en la Legislatura provincial.

   Dato no menor: la senadora es de extrema confianza de Kicillof, y su tarea en la Cámara Alta bonaerense, donde la oposición será mayoría a partir del 9 de diciembre, será fundamental. Junto a la otra espada legislativa predilecta del Gobernador electo, en este caso en Diputados, el tresarroyense Carlos "Cuto" Moreno.

    Justamente en el Senado, por citar un caso del “tradicional” reparto por espacios de poder, tanto el Frente de Todos como Juntos por el Cambio pretenden la vicepresidencia 1ª. El sentido común indica que para respetar la línea sucesoria de Kicillof, debería corresponderle al PJ.