Tiene 8 años, vive en la zona y fue reclutado por Independiente
La historia de Augusto Rodas y su llegada al Rojo de Avellaneda. "Jugar al fútbol es lo que ama hacer", dijo la mamá.
Periodista de La Nueva desde 1995, especializado en rugby y básquetbol; con colaboraciones en casi todas las secciones de la redacción (locales, policiales, regionales, Ritmo Joven, revista Nueva, Espectáculos)
En el marco del trabajo de búsqueda de talentos que los clubes que juegan en la Liga Profesional (AFA) extienden inclusive al interior, se produjo en los últimos días un caso singular y que toca de cerca a nuestra región.
Independiente de Avellaneda seleccionó a un chico de tan sólo 8 años, que vive con su familia en Claromecó (234 kilómetros de Bahía). Se llama Augusto Rodas (categoría 2017) y lo vieron en una prueba a la que se presentó en Lobería.
El DT a cargo no dudó: "Su puesto es de 9". De ahí que desde el Rojo lo convocaron a presentarse a entrenamientos en el predio de Wilde, donde Augusto se está mostrando esta semana, acompañado por sus padres (Maximiliano Rodas y Romina Leonardi).
"Siempre hizo fútbol, desde que empezó a caminar. A los 4 años me permitieron anotarlo en la escuelita del `Recre´", dijo la mamá, en relación a la pasión de su hijo por el fútbol y de su formación en el Club Recreativo Claromecó.
La noticia de las últimas horas fue que Augusto resultó fichado por Independiente, en su tercera prueba con un club de Liga Profesional, tras mostrarse con Argentinos Juniors el año pasado y con River este año en Tres Arroyos.
"Nosotros estamos felices por él, porque la de Lobería fue la tercera prueba a la que concurrió. El año pasado su papá le prometio que este año iba a ir a todas las pruebas de fútbol que se pudira. Sabíamos que había posibilidades de que algún club lo aceptara. ", agregó.
Una vez que pasó el primer filtro en Lobería, lo convocaron a las instalaciones del Rojo a principios de mes, donde hubo muy buena devolución.
"El técnico nos había dicho que lo querían seguir viendo y nos pidieron volver (al predio Wilde) porque tenía muchas cosas buenas. Así que el lunes pasado volvimos y bueno, el miércoles nos informaron que lo iban a fichar, que tiene muchas condiciones. Tiene que viajar una vez por mes quedarse una semana a entrenar y jugar un partido los domingos", dijo.
Como suele ocurrir, a veces los clubes no tienen divisiones completas. No obstante, no dejan de brindarle formación y competencia a sus jugadores y jugadoras, como ocurrió con Augusto.
"En su club no tiene categoría para jugar así que siempre lo hizo con chicos más grandes. Este año por ejemplo jugó en Predécima, con compañeros de 11 años. El año pasado había participado en la Novena con chicos de 14. Nosotros veíamos que tenía condiciones pero bueno, somos los papás y a veces los papás tenemos otra visión de nuestros hijos", dijo Romina.
"Tomamos la decisión de apostar a lo que él ama hacer. Y él juega todo el día a la pelota, no importa si hace frío, calor o llueve... Juega y entrena igual. Augusto está contento, pero creo que no se da cuenta de lo que realmente significa, de las puertas que se le abren y las posibilidades en un club de Primera. Jugar al fútbol es lo que ama hacer. En cuanto a la escuela, seguramente le tenga que meter parejo cuando volvamos a Claromecó", agregó.
Augusto es hincha de River. Y aunque el cambio de colores pudiera significar motivo de decepción, teniendo en cuenta su corta edad, su mamá no dejó dudas.
"El ayer me dijo: `mamá, no tiene importancia´. Se entrena muchísimo y va al gimnasio. Tiene mucha personalidad; es muy extrovertido para ser tan chiquito", dijo.
Este viernes le realizarán los exámenes médicos para continuar con el proceso del fichaje.
"Los técnicos acá son muy amorosos con los chicos, se ve que son un gran equipo", concluyó.
El sueño de Augusto está en marcha.