Bahía Blanca | Lunes, 11 de agosto

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Y se hizo la paz: el Museo y Archivo Histórico vuelve a poner en valor a la cultura bahiense

“Con este proyecto procuramos continuar descripciones e inventarios de documentos que ya tienen casi 200 años”, dijo la Lic. Ana Miravalles, titular del MyAHBB, la entidad que fue premiada por las fundaciones Willliams y Bunge y Born.

Algunos de los integrantes del equipo de trabajo: Cecilia Richat (izq.), Julieta Ferraggine, Ana Miravalles, Federico Brown y Daniel Caico. / Fotos: Andrea Castaño-La Nueva.

“¡Haya paz! Entre los documentos del Juzgado de Paz y los de la Municipalidad de Bahía Blanca (1832-1920)”.

Tal es la denominación de la propuesta presentada por el Museo y Archivo Histórico de nuestra ciudad para el concurso Desempolvando Archivos que promueven las Fundaciones Williams y Bunge y Born, que fue elegido —juntos a otros 7— entre los 160 presentados de todo el país en la categoría Proyectos para Organización y Descripción.

“El mayor valor es el convencimiento de que se trata de capitalizar nuestra cultura. No es algo efímero o espectacular y lo que se aprecia es el resultado del trabajo de investigación. Desde que abrimos el Archivo, en mayo del año pasado, muchísimas personas han venido y lo siguen haciendo para consultar por distintas temáticas. El buen funcionamiento se nota en que esos trabajos se escriben, se publican y luego se difunden”, dijo la Lic. Ana Miravalles, titular del Museo y Archivo Histórico de Bahía Blanca, ubicado en la calle Saavedra 951.

“Nosotros mismos, en el Museo, estamos todo el tiempo consultando y utilizando la información que nos brindan los propios documentos. Es toda una vida de la ciudad, de la localidad, de los vecinos y de la comunidad que necesita del trabajo y la lectura de quienes nos dedicamos a la investigación para ser pensada, elaborada, transmitida y comunicada”, agregó.

“¿Para qué? Se trata de entender, en definitiva, en qué ciudad nos encontramos y por qué estamos como estamos con todo lo bueno y todo lo malo. Por ejemplo, la inundación: así como nos pusimos al día siguiente (el sábado 8 de marzo último) a limpiar los papeles que se habían mojado, inmediatamente estudiamos la historia de las inundaciones en Bahía Blanca. Encontramos mucho material y detalles interesantes, como que hubo muchas desde 1883. Y observamos las distintas respuestas, las políticas adoptadas, los proyectos presentados y cómo el poder local se articuló con el nacional y el provincial para gestionar soluciones, así como el rol de las empresas ferroviarias. Este es un ejemplo de cómo el Archivo sirve para responder a una cuestión absolutamente coyuntural”, sostuvo.

Desempolvando Archivos es un proyecto promovido por las Fundaciones Williams y Bunge y Born que, desde hace más de 10 años, trabajan en la preservación, el acceso y el uso de archivos del patrimonio cultural y científico del país. En tal sentido, en 2021 lanzaron el programa integral Iniciativa para el Fortalecimiento de Archivos y una plataforma web, Iniciativa de archivos, que da cuenta de las acciones desarrolladas.

“Lo que hacen es otorgar una ayuda económica para un trabajo que consiste en la identificación, la descripción y la generación de condiciones para que los documentos del archivo sean accesibles al público y puedan consultarse. Para nosotros, elaborar el proyecto fue el resultado de un año y medio de trabajo, siempre en colaboración con Julieta Ferraggine, quien es la archivista encargada”, relató.

El equipo de trabajo del MyAHBB está integrado —además de Miravalles y Ferraggine— por Pablo De Beistegui, Daniel Caico, Cecilia Richat, Juan Soria, Federico Brown, Alberto Freinquel y Roberto Borda, en tanto que, a partir del venidero septiembre, se incorporará Emiliano Randazzo.

“El Archivo Histórico Municipal existe desde 1933 y a lo largo de los años ha tenido distintas intervenciones y direcciones. Nosotros venimos trabajando hace un año y medio con el objetivo de presentarnos a estas convocatorias. Y este premio nos permitirá completar el equipamiento a nivel de estanterías y material de conservación”, añadió.

—¿Qué significado tiene para ustedes?

—Más allá de la cuestión económica, que cubre una necesidad muy puntual e importante en este momento, se trata también de un reconocimiento a la tarea que hacemos, ya que, incluso, desde 2021 Julieta Ferraggine estaba trabajando en la preparación, identificación y descripción de documentos.

—¿De qué se trata exactamente Haya Paz?

—Nos proponemos trabajar con los dos fondos más antiguos que existen en el Archivo Histórico de Bahía Blanca, que son los del Juzgado de Paz y de la Municipalidad. Con este proyecto, buscamos hacer una descripción y un inventario completo y actualizado. Además, vamos a generar las condiciones de guarda adecuadas, ya que son papeles de casi 200 años, trabajando en la creación de cajas y sobres con los materiales de conservación correctos para que se mantengan en buen estado y se preserven a lo largo del tiempo.

Desde el punto de vista archivístico, la posibilidad de tener nuevos materiales de conservación es clave para la conservación.

“También elaboraremos herramientas para que, a través de la página web del archivo, se conozca el material disponible. Es importante aclarar que no es un proyecto de digitalización de documentos, sino de descripción analítica.

“El título elegido (Haya Paz) surge porque a lo largo de los años ese conjunto de documentos fue intervenido y reordenado de diversas maneras. Las funciones del Juzgado de Paz, la primera institución civil de la ciudad, casi un protomunicipio, y la comisión municipal se forma en 1865 y la intendencia más tarde, en 1890. Es decir, hubo un período de superposición de funciones.

“Es crucial distinguir entre estas dos instituciones, aunque sus funciones se superpusieran, para comprender cómo se generaron los documentos y por qué ciertas informaciones aparecen o no. Esta es una forma de enfocar y acercarnos al estudio de la historia de nuestra ciudad a nivel institucional y social, ya que los documentos reflejan la vida de la localidad, cuando aún no era ciudad, desde múltiples puntos de vista”.

—¿Qué criterios archivísticos se aplican?

—Es fundamental que, aunque los materiales son siempre los mismos, quienes nos dedicamos a la historia y a los archivos renovemos las preguntas que les hacemos a los documentos. Desde el punto de vista archivístico, la posibilidad de tener nuevos materiales de conservación es clave pero, sobre todo, la aplicación de criterios modernos resulta esencial.

“Esto implica elaborar lo que se llama un cuadro de clasificación, que es como un mapa conceptual que permite comprender los documentos como un conjunto y no como papeles sueltos. Así se entiende qué institución o funcionario generó esos documentos y cómo se relacionan con otros papeles de otras instituciones o funcionarios vinculados. Todo ese entramado constituye un fondo documental.

“En los últimos años, se aplican las normas internacionales ISAD(G), que son criterios estandarizados en archivos que nos permiten hacer descripciones de los fondos documentales que pueden ser comprendidas y leídas por cualquier persona que desee consultarlos, ya sea en Bahía Blanca, Buenos Aires o cualquier otro lugar. Estas descripciones, hechas con esos criterios, facilitan la accesibilidad y la comprensión universal de los materiales”.

La inundación del 7 de marzo

“Por suerte nuestro edificio está elevado unos 50 centímetros (respecto de la línea de calle)”, dijo Miravalles, respecto de la trágica inundación que padeció la ciudad el último 7 de marzo.

“El barrio sufrió gravemente la inundación en la calle Saavedra pero, debido a la altura y a la calidad de las puertas de nuestro edificio, sólo entró una capa de agua de unos 5 o 6 centímetros de altura”, agregó.

“En realidad, del archivo sólo se humedecieron, ni siquiera se mojaron, unas cajas con papeles que estaban apoyadas sobre una base de madera terciada que absorbió la humedad”, recordó.

Julieta Ferraggine (izq.) y Ana Miravalles, en el frente del Museo y Archivo Histórico de Bahía Blanca, en Saavedra 951. 

“Todo el equipo de trabajo acudió al museo, el 8 de marzo, al día siguiente de la inundación para hacer el tratamiento necesario a esos paquetes de documentos; incluso, antes de limpiar nuestras casas. Por suerte no se perdió nada y todo ya está en buenas condiciones”.

—¿Qué consultas se realizan actualmente en la institución?

—Quienes desean consultar el archivo se pueden poner en contacto a través del mail [email protected], el teléfono 456 3117 o nuestras redes sociales (IG: @museohistoricobahiablanca). No necesariamente tienen que ser investigadores universitarios, ya que cualquier persona que esté desarrollando algún tipo de investigación y necesite acceder a documentos originales puede contactarse.

“Asimismo, muchas personas nos escriben para preguntarnos por cuestiones genealógicas, ya que desean saber sobre el origen de sus parientes. En este caso no hace falta que vengan hasta el archivo, ya que tenemos bases de datos y podemos ayudarlos con la información por medio del correo electrónico”.