Bahía Blanca | Lunes, 11 de agosto

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Una despedida como "Bebe" Storti se merecía: con el Casanova a pleno y una final en juego

La noticia de su fallecimiento, a los 93 años, llegó mientras Napostá y Olimpo disputaban el segundo punto de la serie de Primera.

"Bebe" Storti. Foto: archivo-La Nueva.

Twitter: @rodriguezefe

Instagram: ferodriguez_

No fue una crónica más. Definitivamente. Costó enfocarse en lo que había sido el juego y, aún más, ponerle el punto final. Porque en ese cierre se venían a la memoria imágenes de "otros" partidos. De esos que tenían a "Bebe" como protagonista.

Napostá le había ganado a Olimpo con contundencia, con una verdadera demostración de autoridad para recuperarse del primer golpe, venciendo 82 a 68 y empatando la serie final de Primera.

En el Casanova quedábamos unos pocos. Después de dos largas horas escuchando bombos y trompetas, con un estadio que se vistió de amarillo y negro, el silencio empezaba a  retumbar.

Y en medio de intentar transmitir lo que había sucedido en la cancha, la noticia que llegó desde afuera borró todo: "falleció Bebe Storti".

Ahí se terminó el juego. Y empezó a escribirse el final de la historia de esta jugada que armó la dirigencia de la Asociación Bahiense, teniendo como principal protagonista a Bebe, cuyo nombre lleva el actual torneo de Primera.

Una verdadero guiño del destino que, al lado de su casa, más precisamente en su segundo hogar, el Casanova, se estuviera jugando una gran final.

Ninguno de los equipos era su querido Estudiantes, el club que lo vio nacer, la institución que lo tenía como referente histórico.

De todos modos, aunque hace tiempo que no se lo veía por los pasillos del Casanova ni en la platea, su presencia seguía firme en cada rincón y su nombre inmortalizado en una de las tribunas.

En uno de los clubes emblemáticos de la ciudad "Bebe" no llegó a jugar en la Primera, y acaso eso pone en evidencia que todo lo que cosechó no fue justamente por destacarse dentro de una cancha, sino algo aún más importante, por los valores que inculcó afuera.

Alcanzó, como mejor resultado, el título de Segunda, siendo el capitán del equipo en 1948.

¿Cómo no quererlo a "Bebe"? Ese hombre buenazo, respetuoso, memorioso que vivió desde los máximos logros del albo hasta los peores momentos institucionales. 

Ese hombre que se aferró al amor incondicional de sus nietos (entre otros Lucas, el "preferido", según confesó alguna vez) y su yerno Jorge Faggiano cuando más solo se sintió en el último tramo de su vida.

"Bebe" quedará en la memoria de cantidad de chicos que crecieron junto a él, picando una pelota por el club.

"Bebe" fue, es y será por siempre sinónimo de Estudiantes, este emblemático estadio que, sin saberlo, lo despidió vestido de fiesta, en otra noche de básquetbol.

Se terminó el partido. Claro que esta serie continúa. Y el campeón, a fin del torneo, tendrá el honor de quedarse con la Copa que lleva su nombre.

Hasta siempre "Bebe" querido...

El video hablando con La Nueva, para los 100 años de Estudiantes: