Una vieja fábrica de Tabacos y un cine recobran vida en Tenerife
Dos edificios contiguos, de usos originales distintos, han sido intervenidos con un nuevo destino de carácter comercial.
Es periodista, ingeniero civil y docente de la Universidad Nacional del Sud en materias relacionadas con el Patrimonio arquitectónico y el planeamiento urbano. Ha publicado notas en revistas Vivienda, Todo es Historia, Obras & Protagonistas y Summa +. Participa en varios micros radiales referidos a la historia de Bahía Blanca. En dos ocasiones recibió primera mención por parte de ADEPA en el rubro Cultura e Historia.
Desde está página siempre nos hemos ocupado de presentar intervenciones sobre edificios antiguos, en desuso y, en muchos casos, con décadas de abandono, para mostrar cómo esos inmuebles “viejos y anticuados” tienen un potencial único y basta una mirada adecuada para plantear su recuperación y puesta en servicio.
Es el caso de la rehabilitación de una antigua Fábrica de Tabacos y del Cinema Victoria, dos inmuebles de gran valor histórico y cultural ubicados en Santa Cruz de Tenerife, en España.
Tras décadas de abandono, una intervención ha devuelto la vida al conjunto, ahora destinado a usos comerciales, tras el cierre de la fábrica en 1975 y del cine en 1979.
La fábrica contaba con la catalogación patrimonial de sus fachadas, mientras que el cine no tenía ningún tipo de protección. Pese a ello, el proyecto apostó por la restauración tanto de los elementos protegidos como aquellos que no.
Las formas
Las fachadas han sido restauradas destacando molduras, capiteles y cornisas mediante un tratamiento cromático diferenciado. También se ha rehabilitado la cerrajería, las carpinterías y se han incorporado vidrios de alta eficiencia.
Se recuperaron los letreros históricos, reforzando la identidad visual original del conjunto. En el interior de la fábrica se restauró el atrio central, respetando su configuración y los detalles art decó. En la sala del cine se mantuvo el muro curvo de toba volcánica roja.
La fábrica de tabacos presenta un sistema estructural compuesto por muros de mampostería de 60 cm de espesor. Los forjados de hormigón están conformados por losas de 15 cm de espesor.
En la planta baja fue necesario demoler el muro perimetral que separaba ambos inmuebles. Para esto se ejecutaron grandes vigas de perfiles dobles. Las plantas superiores se conservaron en su estado original.
La superficie rehabilitada alcanza los 2.325 m², destinados a uso comercial, preservando el carácter histórico por encima de algunas comodidades contemporáneas.
Una escalera de evacuación con piel semitransparente se suma a la fachada, marcando el equilibrio entre lo antiguo y lo moderno.