Bahía Blanca | Miércoles, 30 de julio

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Argentina comienza a acelerar su estrategia de exportación de GNL

Ya hay un contrato por 30 años, nuevas obras en gasoductos y acuerdos con firmas como ENI para transformar a Vaca Muerta.

En el cambiante tablero energético global, Argentina busca consolidar su lugar como exportador de Gas Natural Licuado (GNL), apalancada en el potencial de Vaca Muerta y una batería de proyectos que comienzan a destrabarse bajo el paraguas del Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI). 

El impulso se traduce ya en inversiones concretas, legislaciones provinciales alineadas, acuerdos con compañías internacionales y un renovado optimismo en el sector, que comienza a mostrar superávit en la balanza cambiaria.

Una de las novedades más destacadas fue presentada en el Encuentro de Energía y Producción 2025 que se llevó a cabo en Bariloche. 

Allí, el consultor Juan José Carbajales, titular de la consultora Paspartú, confirmó que ya se aprobó el primer contrato de exportación de GNL con vigencia de 30 años, en el marco del RIGI. 

El proyecto está encabezado por Southern Energy LNG, un consorcio integrado por Pan American Energy (PAE), YPF, Pampa Energía y Harbour Energy, con una inversión estimada en 7.000 millones de dólares.

Según explicó Carbajales, el proyecto cuenta con un procedimiento aprobado para la emisión de certificados de exportación y establece como premisa la libre exportación del gas. No obstante, se incluyeron mecanismos de salvaguarda para asegurar el abastecimiento interno. 

"Cada cinco años habrá una revisión por parte de la Secretaría de Energía, que podrá objetar o suspender exportaciones si se compromete el mercado interno", detalló.

Este avance representa un punto de inflexión: por primera vez, Argentina establece un marco de estabilidad fiscal y normativa por tres décadas, lo que responde a una histórica demanda del sector privado para motorizar inversiones de largo plazo.

Río Negro se mueve 

El otro gran anuncio provino de la provincia de Río Negro, donde la Legislatura aprobó una ley específica para habilitar el desarrollo del Gasoducto Vaca Muerta Sur (VMOS). 

Se trata de una obra clave para evacuar el crudo no convencional con destino a la exportación. Según lo informado, la contraparte del acuerdo —compañías interesadas en operar el ducto— deberá abonar una tasa de 1.000 millones de dólares por año, además de una contribución adicional de 40 millones anuales durante 13 años. 

El proyecto tiene como meta alcanzar una capacidad de transporte equivalente a más de un millón de barriles diarios.

En paralelo, la empresa TGS trabaja en una propuesta para ampliar la capacidad del gasoducto Perito Moreno, como parte de una iniciativa privada también enmarcada en el RIGI. 

Esta expansión permitiría optimizar el transporte de gas desde la cuenca neuquina hacia centros de consumo y, eventualmente, hacia plantas de licuefacción para exportación.

El GNL como estrategia de desarrollo

El creciente interés por el gas argentino no es casual. El GNL se consolida como vector de transición energética global, y países con exceso de producción —como es el caso argentino— encuentran allí una oportunidad estratégica. 

Vaca Muerta, que hoy representa casi la mitad del gas producido en el país, podría transformar a Argentina en un jugador relevante en los mercados asiáticos y europeos, hoy ávidos de diversificar proveedores tras la crisis energética generada por la guerra en Ucrania.

En este contexto, YPF dio otro paso clave con la firma de un memorando de entendimiento con la italiana ENI, una de las principales compañías energéticas de Europa. 

El acuerdo, que busca explorar oportunidades conjuntas en el desarrollo de infraestructura de licuefacción y comercialización de GNL, representa una señal de confianza internacional en el potencial argentino.

El entendimiento incluye la posibilidad de construir una planta modular de licuefacción con tecnología flexible que permitiría comenzar con una capacidad inicial reducida y ampliarla progresivamente.

La estatal argentina, bajo la presidencia de Horacio Marín, apuesta fuerte a consolidar una hoja de ruta exportadora que combine infraestructura de transporte (gasoductos troncales), plantas de licuefacción y acuerdos de largo plazo con compradores internacionales. 

El modelo, de hecho, replica en parte lo realizado por países como Australia o Qatar, que consolidaron su lugar en el mercado internacional de GNL a partir de alianzas estratégicas y marcos regulatorios estables.

Un nuevo ciclo exportador en ciernes

Los actores del sector coinciden en que se está gestando un nuevo paradigma para el desarrollo energético argentino. 

“El RIGI no es sólo un instrumento de promoción de inversiones, es la puerta de entrada a una política de largo plazo centrada en la exportación, con reglas claras y previsibilidad”, sostuvo Carbajales durante el encuentro en Bariloche.

Además, el experto señaló que el aporte del sector energético al balance cambiario ya comenzó a ser positivo y se espera que esta tendencia se consolide en los próximos años. 

Con un mercado interno maduro y con crecimiento moderado, la clave estará en ampliar la frontera exportadora y posicionar al país como proveedor confiable en los mercados globales.

Para que ese escenario se concrete, aún restan desafíos importantes: completar el Gasoducto Néstor Kirchner (ahora Perito Moreno) hasta el norte argentino y su eventual extensión hacia Brasil, cerrar acuerdos de financiamiento para las plantas de

GNL y garantizar la sostenibilidad ambiental de los proyectos.