La misa por el papa Francisco reunió a Villarruel, Kicillof y Jorge Macri: "Murió el padre de todos"
Ante referentes de distintas fueras políticas, el arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, pidió insistir con la fraternidad en una sociedad "donde garpa más hablar mal de los demás, insultar y agredir".
La misa exequial que el Arzobispado de la ciudad de Buenos Aires realizó este sábado en la Catedral Metropolitana por el fallecimiento del papa Francisco unió a la vicepresidenta Victoria Villarruel; al gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, y al jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri.
El encuentro, convocado por el Arzobispado y presidido por monseñor Jorge García Cuerva, hizo coincidir en ese templo a tres referentes de distintas fuerzas políticas que no suelen cultivar el diálogo, por lo que la circunstancia cobró especial relevancia.
"El Papa Francisco fue un gran impulsor del diálogo interreligioso entre católicos, judíos y musulmanes. Nos enseñó que la diferencia nos une cuando somos capaces de observar con una mirada inclusiva, algo que nos convierte en mejores personas y mejores ciudadanos. Y también nos enseñó a abrazar", comentó a su llegada Jorge Macri.
Kicillof y Villarruel, que estuvieron ubicados uno muy cerca del otro durante la ceremonia, no hablaron ante la prensa.
Después de las lectura del Evangelio, y durante la homilía, García Cuerva expresó su pesar por la desaparición física de Bergoglio: "Lloramos porque no queremos que la muerte gane, lloramos porque se murió el padre de todos y porque ya sentimos su ausencia física, lloramos porque no terminamos de comprender su liderazgo mundial, lloramos porque ya lo extrañamos mucho".
"Y lloramos porque no queremos que nos pase lo que cantaba Carlos Gardel, ´Las lágrimas taimadas se niegan a brotar, y no tengo el consuelo de poder llorar´. Que nuestras lagrimas rieguen nuestra patria para hacerla fecunda en reconciliación y en hermandad", agregó el arzobispo.
García Cuerva destacó también el acercamiento de Francisco a los "excluidos" y su advertencia por la "ebullición de formas insólitas de agresividad".
"Nos costó creer lo que significaba tener un papa argentino y porteño, nos costó creer que a pesar de los años que tenía animara a los jóvenes a hacer lío, nos costó creer que con todas sus dificultades físicas siguiera visitando países muy alejados y muy pobres, clamando siempre por la paz y la justicia", recordó.
"No nos dejemos robar la alegría en una sociedad donde garpa más hablar mal de los demás, insultar y agredir, insistamos con la fraternidad. uno de los ejes principales del papa Francisco. Y recordemos cuando nos pedía soñar con una única humanidad, como hijos de la misma Tierra que nos cobija a todos", resaltó el arzobispo.
"Como pueblo, queremos decirle al papa Francisco ´gracias, perdón y te quiero mucho´. Sabemos que como sociedad nos debemos muchos abrazos, los que necesitamos para vivir la tan anhelada fraternidad entre los argentinos", concluyó. (El Cronista)