Es fotógrafa, fue misionera en Angola y ahora voluntaria en Bahía
Evangelina “Peque” Martínez viajó desde Patagones para ayudar de forma particular y terminó sumándose a la Fundación Sí. “Nadie se salva solo, nadie salva a nadie: nos salvamos juntos”, reflexionó.
Licenciada en Comunicación Social egresada de la Universidad de La Plata. Docente en nivel superior. Redactora de La Nueva desde 2010. En LU2 Radio Bahía Blanca tiene la columna "Buenas buenas" y se desempeña como redactora creativa. Es especialista en cubrir historias humanas de superación. Además, es profesora de yoga.
Fotógrafa, misionera salesiana, maragata. A Evangelina “Peque” Martínez no le costó nada decidirse a venir desde Patagones a Bahía Blanca para ayudar a los afectados por la inundación. Sin embargo, 16 días después de realizar distintas tareas como voluntaria (primero de forma particular y luego a través de la Fundación Sí) lo que más le costó fue regresar a sus pagos.
“Me costó volver pero me traje tarea para el hogar: el contacto con gente de bibliotecas, ya que hay muchas que necesitan ayuda, y también algunos casos puntuales de gente de oficio”, dijo.
Quedaba mucho por hacer y ella es de las que hace. Y también es de las que siente pudor por hablar de lo que hace como toda persona que concibe al amor como una expresión espontánea hacia el prójimo y no como una hazaña.
Pero decidió hablar de su experiencia solidaria porque hay mucha gente que está colaborando, y se requieren estas manos y relatos aunque más no sea para motivar a más voluntarios y por la esperanza de que las palabras y las imágenes nos ayuden a entender el caos y a documentar lo ocurrido para así dimensionarlo.
“Solo hice lo mismo que hicieron tantos vecinos –dijo- ofrecerme en lugares a colaborar en lo que necesiten. Como tantas personas que se ofrecieron a contener a los más afectados en esos primeros momentos”, señaló.
Entre sus tantas tareas le tocó compartir duplas con voluntarias como Ana, Lu, Susana y Gaby, quienes a pesar de tener familiares o amigos afectados se tomaban la mañana o tarde para ir a relevar casas en Ingeniero White. También estuvo codo a codo con Ángel, un amigo de su hermano a quien no conocía, pero que se ofreció de chofer y puso su vehículo a disposición para repartir las donaciones que iban llegando.
Además estuvo en contacto con Lorena, la suegra de su sobrino, quien desde Patagones le reenviaba las historias con pedidos especiales que descubría en las redes sociales.
En 2015, durante seis meses Evangelina recorrió, cámara en mano, remotos poblados de Angola y documentó la labor misionera de los salesianos en este país arrasado por las guerras y el autoritarismo. También registró las duras realidades que viven muchas familias de los pueblos del interior, atravesadas por la pobreza, la desocupación, las enfermedades y las altas tasas de mortalidad infantil.
Luego publicó el fotolibro "Cuando das….Amas" un libro de relatos de voluntarios realizando tarea humanitaria en Angola.
Ahora, en Bahía Blanca, la tarea es otra, no menos ardua.
“Lo que encuentro en común con el voluntariado de Angola es la solidaridad de la gente. Quedó demostrado que nadie se salva solo y nadie salva a nadie: nos salvamos juntos”, remarcó.
--¿Cuándo llegaste a Bahía y adónde fuiste?
--Llegamos con mi hermano, cuñada y mi sobrino menor, el domingo 9 de marzo. Ese día habilitaron la ruta 3 y pudimos ingresar. Ellos buscaban a Santiago, mi sobrino, que vive y estudia en la ciudad, aunque está en un piso 10 y no sufrió pérdidas materiales. Y de paso me dejaban a mí, para colaborar como voluntaria independiente.
Lo primero que hice fue salir a la calle y ayudar a la gente a sacar barro mover muebles separar lo que servía de lo que no. También subí baldes de agua por escaleras en edificios que no tenían agua ni luz y en donde vivían personas mayores. Después de eso recorrí las capillas y casa Belén, en Güemes 250, que fue un lugar donde acudí cuando necesité cosas puntuales. Ellos son refugio para evacuados y un gran equipo que pone el corazón en lo que hace. En todas las oportunidades que les pedí ayuda con necesidades específicas la respuesta fue inmediata, como frazadas y leche de fórmula.
--¿Imaginabas el alcance de las lluvias y los destrozos provocados o te sorprendió?
--Me sorprendió el destrozo, siento que la descripción que pueda hacer no está a la altura de lo que vi. No entra en una imagen. Cuando estás ahí y observás, te quedás sin palabras.
--Llegaste y te ofreciste como voluntaria ¿Qué tareas fueron surgiendo?
--Sí, salí a la calle y ofrecí ayuda. Saqué barro y agua de casas. Con otros voluntarios separábamos lo que podía recuperarse y tirábamos lo que no servía. Llevé ropa de mis padres al Hogar de ancianos Adelino Gutiérrez, en Sixto Laspiur 1800, porque mi mamá había visto por tv que el agua había ingresado al hogar y habían tenido que evacuar, entonces me dijo ‘Llevales ropa seca’.
Esto fue muy especial para mí. Mi papá falleció en junio 2023 y tenía un especial afecto por Bahía además de familiares viviendo allí. También los proveedores de su imprenta son de la ciudad, así que siempre lo acompañábamos y nos hacía caminar de aquí para allá. Y fue movilizador caminar por calles tan familiares pero con otro escenario.
--¿Cómo fue el acercamiento en las distintas iglesias y centros de evacuados?
--En las iglesias, en todas, cuando les decía ‘Vengo de Patagones a ayudar’, me decían ‘Pasá y sumate’. Eso me hizo acordar a Angola: no importa tu religión lo importante es ayudar.
También formé parte del grupo humano de Fundación Sí y compartí tareas improvisadas en la calle con personas que no conozco, de quienes no sé sus nombres. Sin dudas lo más valioso en estos dieciséis días fue encontrarnos personas desconocidas unidas por un solo objetivo: dar una mano a quien lo necesite.
--Había mucho por hacer y fuiste pasando por distintos lugares…
--Sí, en la capilla Pueblo Nuevo, en Soler 400, por ejemplo, me sumé para hacer entrega de viandas y donaciones, ya que estaba habilitada para la asistencia alimentaria. Como había grupos armados iba rotando donde hacía falta: descargando donaciones, separando mercadería, armando pedidos de alimentos o abrigo, etc.
--¿Iban surgiendo casos más específicos de ayuda concreta?
Si, por ejemplo, a Amaral , una bebé que se alimenta por sonda le llevé dos latas de la leche de fórmula que ella necesitaba y su mamá me dijo ‘Con una estamos súper bien así que la otra la vamos a donar a otra bebé que también se alimenta con esta leche’.
--¿Cómo llegaste a Fundación Sí, coordinada por Manuel Lozano?
--A la Fundación Sí la tengo en redes sociales y subieron una historia que necesitaban voluntarios . Llené una planilla por mail y en respuesta me invitaron a una reunión informativa en el club Bahiense del Norte. Nos explicaron que era necesario relevar casa por casa los daños sufridos por el temporal para tener idea de la necesidad y en la medida de lo posible acercarles una ayuda. Así que al otro día, viernes 14 , a las 9 am, arrancamos con el relevamiento en Ingeniero White.
Nos designaban una manzana cada dos voluntarios y salimos. Luego volvíamos a buscar otra nueva y así según el tiempo que tenía cada voluntario. De ahí en más repetimos la tarea de relevamiento en Bahía blanca hasta que llegaron las heladeras, cocinas , colchones , etc. y fue momento de repartir.
Así que el pedido fue explícitamente de voluntarios con vehículo. Le comenté a mi hermano y me dijo llamalo a Ángel y preguntale si puede . Es un amigo suyo que vive en Bahía y se puso a disposición . Así que sin conocernos armamos dupla con Ángel y fuimos voluntarios en el reparto.
--¿Cómo fue la experiencia con Fundación Sí?
Sinceramente es un orgullo poder colaborar con Fundación Sí donde todo es transparente, simple, inmediato. La gente no lo podía creer. El viernes los relevamos y el martes estábamos acercando algo de lo que habían perdido. Estaban sorprendidos, emocionados y con la esperanza de que pronto estarán nuevamente de pie. Estoy súper agradecida de haberlos encontrado y poder colaborar.
--¿Cómo te impactó todo esto, esta realidad, en lo personal?
-- Fue fuerte porque sólo habían pasado horas del temporal y me encontré con gente en shock, personas con la necesidad de contar cómo lo vivieron y en ese momento solo podía escucharlos, abrazarlos y hacerles saber que no están solos, que el país los estaba acompañado y que al habilitar el ingreso a Bahía iban a recibir toda la ayuda humana y material.
Sos fotoperiodista, pero estabas en otro rol ¿Tomaste imágenes para documentar lo sucedido?
--En muchos momentos no hice fotos, me quedé en el momento que estaba viviendo. En otros, hice algunas fotos con la cámara de mi celular.
--¿Cuál es tu impresión final de lo que encontraste?
--No quiero dejar de decir algo: por lo vivido siento que la reconstrucción emocional es tan urgente como la material.
Evangelina Martínez nació en Carmen de Patagones el 28 de agosto de 1978. Es reportera gráfica, socia de ARGRA (Asociación Reporteros Gráficos de Argentina) y trabajó en medios gráficos locales y regionales de Río Negro, Neuquén, Catamarca, Bahía Blanca –fue corresponsal en La Nueva.--, en revistas de turismo sobre la Patagonia Argentina y en medios digitales de Argentina, África e Italia.
En octubre de 2017, visitó el Vaticano invitada por el Papa Francisco a la Audiencia Pública –tras recibir respuesta a una carta que le envió-- y pudo hablar con él y entregarle su libro “Cuando das…Amas”, con relatos de voluntarios misioneros salesianos en Angola.
En proceso de armado e imprenta está actualmente “Kusandeleli", que es un foto libro sobre el cuidado del medio ambiente y el cambio climático basado en experiencias vividas como la sequía del partido de Patagones (2013), el difícil acceso al agua potable en Angola (2015-2016), los sistemas actuales para recolectar agua de lluvia en zonas rurales y agregará un espacio para el temporal de lluvia e inundación en Bahía.
En la actualidad, vive en Carmen de Patagones y desde hace nueve meses tiene su emprendimiento “Hormiga Negra" en el que era el antiguo taller de imprenta de su papá. Allí estampa con técnica DTF remeras de algodón, bolsos de lona reutilizables fotografías de su autoría y también realiza algunos trabajos como fotógrafa independiente.