Bahía Blanca | Miércoles, 25 de junio

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Las enfermeras de Neo del Penna, heroínas en medio de la tragedia

Con valentía y dedicación, en medio del caos y la inundación, se convirtieron en rescatistas con la única misión de proteger y evacuar a los bebés en peligro.

Con la evacuación, llegó el alivio. Las enfermeras de Neo fueron rescatadas por el Ejército

El 7 de marzo de 2025 será recordado por los bahienses como el día de una tragedia histórica. El total de lo que llueve en casi 7 meses cayó en unas pocas horas logrando desbordar e inundar no solo a Bahía Blanca, sino también a las localidades de Ingeniero White y Coronel Cerri.

El agua no perdonó al hospital público más grande la ciudad y la zona. Cerca de las 6, en el Hospital Interzonal "Dr. José Penna", el agua comenzó a filtrar por todos lados y en el sector de Neonatología -ubicado en el subsuelo del edificio- tuvieron que empezar a organizar la evacuación de los bebés internados.
"Mi turno era de 24 a 6, pero a las 6 no pude irme, así que me quedé junto con mis compañeras de la noche y las de la mañana. Éramos 11 enfermeras y 2 médicas cuidando a los bebés y ya con el agua a la cintura nos pusimos a sacarlos del peligro del agua", contó Lucina Marrero, enfermera neonatal.

Luciana, con Amely en CoPaP

Además de Luciana, las "héroes sin capa" que dejaron todo por salvar a los bebés son las enfermeras Rocío Lagos, Belén Salazar, Valeria Chillemi, Mercedes Careddu, Romina Moya, Marianela Coronado, Andrea Ávila, Carolina Cari, Ruth Flores y Clarisa Marcos. Las dos médicas que acompañaron este desafío fueron Sonia Scardapane y Mariana Calahorra.

Según cuenta, en ese sector había 15 bebés, algunos de ellos en estado de prealta y otros más complejos.

"Los bebés menos complejos fueron alojados en la Residencia de Madres con sus mamás, mientras que los más complejos, cinco en total, fueron trasladados al sector de pediatría. Una de ellas es Amely, que nació de 27 semanas y pesaba un kilo 25 al momento de la inundación. Estaba con Cpap (oxigenoterapia) y la tuvimos que pasar a una canulita de bajo flujo con una alimentación de 7 mililitros de leche cada 2 horas. La llevamos junto con los otros bebés al sector de pediatría".

El estado de la Sala de Neo

Mamás evacuadas en la Residencia

Hasta las 17 todos los bebés permanecieron en ese sector, ya que nadie podía acceder al centro de salud por el nivel del agua.

"A esa hora, nuestro jefe -Ezequiel Trombetta- nos trasladó en su vehículo particular, pero no pudimos seguir debido a la altura del agua y nos pasaron a una ambulancia, que tampoco pudo salir. Finalmente, logramos llegar a destino con el camión del ejército, y todas las sonrisas que se ven en las fotos reflejan el alivio de haber logrado con éxito el traslado de los bebés, manteniéndolos en buen estado, con temperatura y vías conservadas, hacia la clínica Matera de Osecac, que si bien tienen una Neo más chiquita que la nuestra, poseen toda la aparatología necesaria y profesionales excelentes".

Una de las fotos que poco tardó en viralizarse, se la ve a Luciana con Amely en su pecho, aplicando la técnica CoPaP, que implica tenerla en contacto de piel con piel, ya que al ser tan prematura no regula su temperatura.

Las incubadoras bajo el agua

Para colaborar con la sala de Neo, el alias de Nacer

La lista de todo lo perdido


"Normalmente es algo que realizan las madres, pero en ese momento Saira -la mamá de Amely- no estaba en el hospital. Así fue como llevamos a cabo el traslado y logré reunirme con ella en Osecac, quien solo tuvo palabras de agradecimiento cuando nos vimos".

En este momento, la neonatología del Hospital Penna está completamente inutilizable debido al agua y el barro. Las pérdidas incluyen incubadoras, bombas, respiradores, heladeras, y mobiliario, entre otros.

"La recuperación será un proceso largo, pero gracias a la Fundación Nacer, la colaboración de la comunidad y el apoyo de las autoridades, confiamos en que pronto podremos salir adelante".

La Residencia de Madres fue por unas horas la Neo de los bebés

Camino hacia la clínica Matera

Además de Neo, también resultaron afectadas por la inundación otras áreas que se encuentran en el subsuelo, como la terapia de adulto, el quirófano, laboratorio, partos, el comedor, la cocina, el depósito y el lavadero. 

"La realidad es que no imaginamos que la ciudad estaría así, cuando salimos fue una horrible sorpresa la que nos llevamos. Y si bien esta situación nos ha afectado profundamente, seguiremos trabajando con dedicación para atender a los bebés que lo necesitan y recuperar nuestra capacidad de brindar atención neonatal en el Hospital Penna. Ayer me comuniqué con mi jefa, Fabiana Castillo, y ella me refirió que era tristísimo ver cómo se llevaban en un camión todas las incubadoras que ya no sirven. Entiendo que lo que se ha salvado son algunas bombas y respiradores que estaban ubicados en una mayor altura. El resto del equipo y mobiliario, incluyendo gasas, jeringas, agujas, algodón, pañales, leche, ropa de bebé y sabanitas, se perdió todo".