Bahía Blanca | Jueves, 20 de noviembre

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Paso Urbano: ¿habrá prioridad para terminar una obra clave de la ciudad?

El Gobierno nacional asignó $ 27.000 M en el presupuesto 2025 (que aún no se aprobó). Mientras tanto, no alcanzan los fondos para el mantenimiento.

Cruces peligrosos en los primeros 11 kilómetros de la RN 33. / Fotos: Rodrigo García-La Nueva.

Entre los años 2022 y 2023 se trató de la obra vial de mayor presupuesto de la Argentina.

En tan sólo 11 kilómetros, con otros tantos puentes y hasta un intercambiador en triple altura, la mega proyección —controlada por el Distrito XIX de la Dirección de Vialidad Nacional— derramó una inversión, hasta mediados de 2023, de unos 17.000 millones de pesos.

Se trata del denominado Paso Urbano, el primer tramo de la ruta nacional 33 desde el paraje El Cholo hasta la rotonda de Bosque Alto, pasando por la Sociedad Rural de Bahía Blanca, por las intersecciones con Castelli, avenida Alem y Zelarrayán y por el complejo de la FISA.

Tras abandonarse los trabajos hacia fines de aquel mismo año —la empresa a cargo era una UTE controlada por Esuco SA, en la que participaban Centro Construcciones SA y Tecnopisos SA, que adujo falta de pago de las certificaciones—, el tramo se encuentra en pésimo estado de circulación.

En tal sentido, las tareas de mantenimiento y de recuperación, que se realizan por administración desde la sede local de Vialidad Nacional, no alcanzan para cubrir la demanda de un tramo estratégico de conectividad y de alto tránsito permanente.

La obra quedó en el 43 % de concreción. Y aquí hay que considerar que el paso del tiempo, en forma inexorable, hace caer ese porcentaje mes a mes y se aprecia, por ejemplo, en la erosión de los terraplenes como consecuencia del viento y de la lluvia.

Asimismo, se proyectaban —más allá de los puentes— 27 kilómetros de calles colectoras (referencia: unas 270 cuadras de hormigón elaborado), 9 pasarelas peatonales, una rotonda y la iluminación con 1.500 artefactos LED y la plantación de más de 1.000 árboles.

En realidad, la propuesta original ya ha sido desestimada por las actuales autoridades nacionales que la abordaron —fue considerada “faraónica— y se decidieron por la concreción de trabajos más adecuados a un presupuesto viable.

Así entonces, este nuevo proyecto se calculó —en septiembre del año pasado— en 27.000 millones de pesos y, además, se lo incluyó en el Presupuesto de la Nación correspondiente a 2025; así figura en la página web de la Oficina Nacional de Presupuesto.

Como se sabe, es un presupuesto que aún no se aprobó en las Cámaras de Diputados y de Senadores de la Nación (actualmente se aplica una prórroga del correspondiente a 2023) y esta es una de las razones por las cuales se genera incertidumbre respecto de la eventual reanudación de Paso Urbano.

Aun así, existe la posibilidad que, en caso de que se ejecute el presupuesto prorrogado, esa partida de 27.000 millones de pesos se pueda priorizar y destinar a la recuperación de la obra. El tema se está debatiendo por estos meses, aunque sin conclusiones aparentes.

Hoy, la imponencia de Paso Urbano se aprecia a unos 800 metros al noreste del paraje El Cholo, donde se encuentran la ruta nacional 3 y el denominado Camino Sesquicentenario, por un total de 6,7 kilómetros.

Con una extensión de 3.496 metros, otro espacio se encuentra en la autopista de la ruta nacional 3 que rodea a Bahía Blanca. El enlace entre ambos tramos es de 886 metros, para un total de 11,082 kilómetros.

La gran mayoría de las cuestiones complejas de Paso Urbano ya está resuelta. De hecho, se construyeron los 11 puentes, casi todas las losas están hormigonadas, con vigas montadas y terraplenes armados.

También se reubicaron cañerías de gas, cloacas y electricidad, las que no estaban contempladas en el anteproyecto original. Pero no fueron pocas las complejidades adicionales de labores que no estaban consideradas en el anteproyecto original.

Así, por ejemplo, se realizó el corrimiento del 85-90 % de los servicios que se encontraron a medida de que avanzaba la obra, desde poliductos, gasoductos y electroductos que no estaban previstos y que debieron ser relocalizados.

Si bien la decisión no es de injerencia directa, desde el municipio de Bahía Blanca existe gestión y diálogo permanente para avanzar en las gestiones que posibiliten la reanudación de la obra.

Mantenimiento con equipos y personal de VN

Si bien existen programas que aseguran el mantenimiento y la rehabilitación cíclica de la red vial nacional (RVN), en el caso de Bahía Blanca el presupuesto asignado no contempla el mantenimiento de un trabajo abandonado desde hace tanto tiempo, al no existir contratos de rehabilitación y mantenimiento; es decir, tal como sucede en obras donde el contratista tiene la obligación de mantener un adecuado nivel de servicio de una malla de la red durante un determinado período de tiempo.

Con personal y equipos propios del Distrito XIX de Vialidad Nacional con sede en nuestra ciudad, las tareas que se realizan no alcanzan para cubrir las demandas mínimas para un tránsito medianamente adecuado por el sector, especialmente desde el paraje El Cholo hasta el cruce de la ruta nacional 35, en la zona de Villa Bordeu.

En el sector se debe circular por la banquina, en caminos de tierra, bordeando una elevación —con escamas—situada, casualmente, casi frente a la ubicación de la Verificación Técnica Vehicular (VTV), con todos los riesgos que eso implica para vehículos de gran porte, así como los de transportes de pasajeros local, regional y nacional.