Bahía Blanca | Domingo, 14 de diciembre

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Puan celebra los 15 años de una obra emblemática de la fe cristiana

Se trata del Templo Mirador Millennium, una magnífica construcción iniciada en 1998 con motivo del Jubileo del año 2000 de la Iglesia Católica.
 

Fotos: Archivo La Nueva.

   La comunidad de Puan celebra hoy el 15º aniversario de una de las obras más importantes ejecutadas en los últimos años en el distrito: el Templo Mirador Millennium, un poderoso y significativo atractivo turístico-religioso, símbolo de la profunda fe cristiana que distingue a sus habitantes.

   Las actividades se desarrollan desde las 10, con la concentración en el templo, para iniciar la misa a las 10.30 con fieles de una amplia región, autoridades invitadas y vecinos.

   Durante el transcurso de la jornada se efectuará el descubrimiento de placas en homenaje a los benefactores que hicieron posible la obra y se entregarán presentes.

   Finalmente, alrededor de las 13, se compartirá un gran almuerzo fraterno en el denominado Hoyo 19 del predio de la Fiesta Nacional de la Cebada Cervecera. Las tarjetas tienen un costo de 35 mil pesos (por reservas, se puede llamar al teléfono 2923-422046).

   El Templo Mirador Millennium fue inaugurado el 24 de octubre de 2010, luego de 12 años de labor y muchísimo esfuerzo por parte de un grupo de entusiastas vecinos.

   La obra religiosa, emplazada sobre el Cerro de la Paz, se convirtió casi desde su inicio en un atractivo turístico e ícono de Puan.

   A fines de los ’90, cuando los padres italianos Pascual Di Saverio y Lamberto Francioni (radicados en la localidad) lanzaron la idea a la comunidad, muchos creyeron que estaban locos. Claro, hablaban de levantar una mole de 20 metros, sobre un cerro, en un pueblo que apenas superaba los 4 mil habitantes.

   Encarar una construcción de tales características, por la cantidad de insumos que requería y de mano de obra, implicaba pensar en una suma de dinero que parecía imposible generar en una comunidad chica del sudoeste bonaerense.

   Sin embargo, todo camino empieza por un paso, y la decisión estaba tomada. Era una sugerencia de Juan Pablo II, de los obispos y del arzobispo de entonces, Rómulo García, quienes anhelaban erigir este signo visible en la tierra por el Jubileo de la Era Cristiana, marcada por el nacimiento de Jesús.

   Así fue como, con este impulso, se formó una Comisión ad hoc que tuvo el desafío de generar el grueso de los fondos para encarar la obra.

   Con entusiasmo, un reducido grupo generó la adhesión de unos 500 socios benefactores que colaboraron mensualmente durante los 12 años que duró la obra. Al principio, la cuota era de 10 pesos mensuales para pagar a los albañiles que trabajaban allí.

   A cambio participaban de sorteos mensuales y anuales tan destacados como un chalet a estrenar o 7 mil dólares, por citar los últimos.

   Así, con el esfuerzo y aporte de tantas personas se fue levantando esta construcción que mide 20 metros -uno por cada siglo de la era cristiana- y que se emplazó sobre el denominado Cerro Grande o de la Paz, desde donde se tiene una vista única de las bellezas del lugar.

   El monumento es de libre acceso todo el año y los fines de semana la iglesia está abierta.

   La gente puede visitarlo, quedarse allí a pasar la tarde, tomar unos mates o hacer un picnic, disfrutar de las vistas y de sus distintos atractivos. En este momento, se deben cumplir los protocolos de distancia entre los visitantes y acceder con barbijo.

   En el mismo cerro se encuentran la Gruta de la Virgen de Lourdes, una santería, una pequeña casita de piedra con una cascada artificial y el Jardín de las Naciones, con plantas representativas de la mayoría de las colectividades de distintos países que se encuentran en Puan.

   Frente al Millennium, solo separado por la ruta, está el Cerro Chico o de la Fe, en el que se encuentra el Monasterio Santa Clara, de las Hermanas Clarisas, la Porciúncula –una capillita réplica de la de San Francisco de Asís- , la Cruz Monumental y el Vía Crucis.

   “En su momento, parecía una locura y hoy es una maravilla ahí arriba, algo que nos representa, un ícono de Puan”, contó tiempo atrás a La Nueva. quien lideró la comisión Pro-Millennium, la vecina puanense Lucy Savizky.

   Millennium contó con mucha colaboración: camioneros, empresas, pobladores, una cantera de Pigüé, aportes y herramientas del Municipio.

   “Entre todos se fue llevando adelante, no con grandes empresas constructoras sino con albañiles de Puan y un cementista italiano, que había levantado los silos de Maltería”, contó la vecina.

   “Con pocas cosas, con un tractorcito y elementos rudimentarios fue creciendo, se fue levantando”, señaló.

   La Comisión Pro Millennium, por decisión del padre Di Saverio, era abierta y permanente: podía entrar y salir quien quisiera.

   “Si entraban 10 pesos, se transformaban en 40. Rifamos por el canal de Puan hasta un auto 0km y organizamos espectáculos durante un mes todas las semanas”, recordó en su momento Savizky.

   Los intendentes que se sucedieron en los 12 años que duró la obra fueron declarados presidentes honorarios de la Comisión.

   Para la inauguración estuvo presente Monseñor Adriano Bernardini quien en ese momento era el Nuncio Apostólico, el representante del Papa en la Argentina.

   Dos días antes de la inauguración se terminó el camino de asfalto de unos 400 metros hacia el templo, por gestión del entonces intendente Horacio López.

¿Cómo es el templo-mirador?

   Los planos y la dirección de obra los donaron muy gentilmente el  ingeniero Armando Nervi y el agrimensor Héctor Conter.

   Sus esenciales líneas arquitectónicas reflejan las construcciones mesopotámicas, mesoamericanas, incaicas y de fortines circulares que caracterizaron a esta zona en la época de la Conquista del Desierto.

   Se trata de una obra única en su concepción arquitectónica. El exterior se revistió piedra por piedra, tomadas del propio cerro. Para el interior del templo, dedicado a la Santísima Trinidad, se utilizaron ladrillos a la vista. Mide 20 metros de alto por 24 de diámetro.

   Posee dos rampas, una ascendente y otra descendente, tipo caracol, que permiten el acceso al mirador aún para aquellas personas con dificultades motrices dada la ausencia de escalones.

   Este modelo de obra está inspirado en el Pozo de San Patricio que se hizo en Italia en 1520. El Millennium imita esa construcción pero en forma invertida, hacia arriba.

   Desde las alturas se pueden apreciar las vistas de la localidad: por un lado, las sierras, cerros, isla y laguna de Puan, y la forestación de la zona; y por otro, el ejido urbano e industrial.

   La cruz se recorta contra el cielo en lo más alto de la plataforma de la obra. Su base es un reloj de arena que simboliza el tiempo y el significado de Jesucristo.

   Se llega hasta el Millennium tomando la ruta provincial 76, desde el acceso a Puan, trayecto conocido como El Camino de Pichihuinca.