Bahía Blanca | Jueves, 11 de diciembre

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Bahía Blanca | Jueves, 11 de diciembre

Calle Donado, la agencia Ford, el mercado tan querido, la esquina de las mejores masas

"La historia escrita en piedra". Esa otra particularidad de la arquitectura, por eso descubrirla es arte más vivencias. Caminar la ciudad es adentrarse tambi´ñen en sus detalles y curiosidades, la manera de descubrirla una vez más.

"La arquitectura es el testigo insobornable de la historia, porque no se puede hablar de un gran edificio sin reconocer en él el testigo de una época, su cultura, su sociedad, sus intenciones" . Octavio Paz

Caminar unas pocas cuadras de Donado es una invitación a esperar detalles significativos, considerando que es una calle del centro, donde aparecen las primeras construcciones de la ciudad y que a su vez tuvo siempre un fuerte carácter comercial.

Donado que es mucho más que una calle, fue un hombre: Agustín José Donado (1767-1831), poco conocido a pesar de haber sido uno de los principales promotores del movimiento independentista que desembocó en la Revolución de mayo de 1810 y uno de los creadores de la escarapela.

Agustín Donado, recreación IA

Donado es árida, caliente. No tiene árboles ni veredas anchas. Hay viviendas de atractiva arquitectura en pésimo estado y cuadras cargadas de historia, donde supo funcionar, por caso, la “República nocturna” que fue el Marcado de Abasto y trabaja una panadería centenaria. Ahí está entonces la arquitectura, materializada la historia a través de su presencia y también, muchas veces, a partir de su ausencia.

Casas que maravillan

“Hablo de la ciudad, pastora de siglos, madre que nos engendra y nos devora, nos inventa y nos olvida”. Octavio Paz

En las décadas del 20 y del 30 comenzó la ciudad a modificar su fisonomía, con viviendas de estética historicista, inspiradas en estilos del pasado, aires italianos y franceses, molduras, cornisas, ornamentos. Obras de mano de obra calificada, con trabajos de herrería y carpintería que  maravillan. Frentes para recorrer con la mirada, detalle a detalle.

La casa radical

La imagen superior, además de su estilo y buen estado, es la sede del partido Radical. Fue inaugurada en 1955, con la presencia de Ricardo Balbín, uno de los grandes referentes del partido. Una foto de 1966 ilustra sobre los avatares que atravesó la casa, en este caso el lugar intervenido en 1966, cuando un golpe militar derrocó al presidente Arturo Illia.

Militares en la puerta, junio de 1966

 

Hay también, como en toda la ciudad, las llamadas casas barco, un legado del art decó tardío, náutico, con sus balcones curvos, sus barandas metálicas y ventanas propias de una embarcación. Algunas suman una pequeña terraza con una pérgola destinada a sostener una enredadera que nunca se colocó. Hay que prestar atención a la planta alta, que es donde el estilo sucede.

El detalle bien náutico, el voladizo de hormigón de poco espesor, volúmenes netos y una red que podría ser para la pesca pero que en el ambiente urbano se coloca para evitar que ingresen las palomas, plaga agresiva si las hay.

Esta vivienda simétrica es parte del edificio que ocupa desde 1926 la panadería La Nueva Sirena, con fecha de fundación en 1891, primero ubicada en la primera cuadra de calles Las Heras. Un aviso de 1896 destacaba algunos de sus productos: galleta de primera y pan “de superior clase”.

El comercio en 1944

La esquina malherida

Una esquina impactante, que sería bien patrimonial sino fuera que su calamitoso estado hace que no tenga demasiado sentido esa designación. Una resolución curva en ochava, con la planta alta de tres ventanas y un balcón que acompaña la forma.

Luego cornisas, molduras, escudos, balcones cerrados. Uso comercial en su esquina, viviendas de renta en la planta alta, con varios accesos. Abandonada, en venta, descuidada, con cierto riesgo para el caminante, la propiedad está en espera. Es difícil que alguien piense en reciclarla, es más factible que se la vea como un terreno en el cual se ubique un redituable edificio en altura.

Una de las puertas, sobre Donado, muestra el cartel de venta. A través de su vidrio se puede ver la escalera, revestida con mármol de Carrara y, en las paredes, cerámica vidriada, verde, única.

Un par de apuntes al margen, por un lado una foto de época, con un comercio ocupando de manera aedcuada la esquina. Por otro, la IA permite imaginar el edificio recuperado, puesta en valor y en uso, una utopía.

La vivienda en sus primeros años, 1938
Lo que puede ser y no será

Las masas de Los Vascos, los frascos de Felipe Fort

No pretende ser publicidad. Pero Bahía Blanca y Los Vascos tienen una gran afinidad. Las masas de Los Vascos se venden desde 1919, primero con el local en Donado 180, desde 1940 en Saavedra y Donado. Es negocio y casa familiar en altos.

El comercio en su nuevo edificio, 1940

Es confitería porque vendía confites y su interior conserva parte del equipamiento original. Los frascos de dulces fueron entregados en su momento por Felipe Fort y conforman una verdadera joya del rubro.

Los frascos de Felipe Fort

La agencia Ford

Un frente que supo ser un pórtico griego, con cuatro columnas de fuste liso y capitel jónico sobre la línea municipal, retiradas las vidrieras de la que fuera la agencia Ford. En cada extremo del frente, una puerta rematada por un frontis.

El edificio fue inaugurado en 1928, por entonces con la representación de la marca en manos de Juan Antonio Canessa, que ese mismo año deshizo la sociedad, adquirida de inmediato por Pedro Amado Cattáneo. Además de la venta de vehículos, en el lugar funcionaba un taller mecánico y en la vereda se ubicaba un surtidor para la venta de combustible.

La agencia original, de Canessa y Cattáneo

Hoy el edificio continúa en el rubro mecánico, representando a BMW. Un revestimiento blanco de chapa esconde el diseño original.

Decisiones incorrectas

Es habitual en la ciudad encontrar destratos hacia inmuebles reconvertidos para usos comerciales. Suele ser agresiva la cartelería, no se considera como afecta la intervención al conjunto y hasta se llega a la inentendible decisión de pintar apenas una parte de la fachada, generando una estética deplorable y que perjudica a todo el entorno.

Un ejemplo es esta vivienda de estilo Tudor, diseño caracterizado por la mezcla de elementos góticos y renacentistas, una fachadas con entramados de madera oscura y paredes blancas, chimeneas y ventanas estrechas con pequeños paneles de vidrio. Hay varios modelos en la ciudad, en su mayoría en buen estado, manteniendo los materiales originales. No es este caso, intervenido de manera penosa y dañina, pintado de verde una parte de su frente.

Otros ejemplos de intervenciones cuestionables. Una casa partida en dos, mitad diseño original, mitad la nada. Otro frente de clara simetría –se advierte en su planta alta—maltratada su parte baja, con colores e intervenciones carentes de armonía. La Inteligencia Artifical permite imaginar otras formas.

Miti-miti
La IA imagina otro paisaje.

El Mercado y el silencio

Es en rigor un edificio de cocheras. Eso trasmite además su estética brutalista, de hormigón y chapa. La referencia es al edificio del Mercado Municipal, construido entre 1968 y 1971, proyecto ganador de un concurso nacional cuya planta baja y subsuelo se destinó al mercado.

Para realizar la obra se demolió el viejo Mercado de Abasto, edificio de fines del siglo XIX, cuyo frente de una planta ocupaba la cuadra y se extrendía hasta O’Higgins, donde estaba el otro acceso.

El Mercado de Abasto, demolido en 1967

En octubre de 2022 la municipalidad decidió el cierre del mercado, debido –se dijo-- al mal estado de sus instalaciones. Hace un año se concursó un nuevo proyecto para poner en valor el edificio y adecuar la plaza Ricardo Lavalle. Es lo último que se sabe sobre el tema.

En esa vereda se puede rescatar una escena llamativa, de color. Allí se ubicaba un surtidor destinado a la venta de kerosene, combustible por excelencia de la época. La gente haciendo cola en 1945, cada persona con su bidón, lata o botella ilustra otros modos y otros tiempos.

Final y yapa

“Novedad de hoy y ruina de pasado mañana, enterrada y resucitada cada día, convivida en calles, plazas, autobuses, taxis, cines, teatros, bares, hoteles, palomares, catacumbas, la ciudad enorme que cabe en un cuarto de tres metros cuadrados inacabable como una galaxia”. Octavio Paz

Un recorrido que parece centrarse más en las historias que en la arquitectura. Sin embargo siempre hay material para mirar y disfrutar. Las puertas, las rejas de los balcones, los herrajes, los ornamentos, lo escondido. La ciudad que habla y se expresa a través del arte. Las calles que recorremos cada día sin mirar, un libro abierto que pocos leen.

Las puertas tienen mucho por decir.

Las firmas

Propio de la época rubricar el frente de las viviendas, en calidad de proyectista o en condición de constructor.

Segundo Fernández Long y Guillermo Martín, integrantes de la firma Marseillán. Martín es autor del diseño del edificio Cisneros, de Zeballos y Portugal.

Santiago Teddi, otro peso pesado. Constructor de la Escuela Nº 2 de Vieytes 51 y del ex banco Hipotecario de avenida Colón y Vicente López.

Émile Hugé, arquitecto formado en Francia. Diseñó en nuestra ciudad la sede del banco Francés, Chiclana 63, y dejó en Buenos Aires varias obras de valor patrimonial.