Bahía Blanca | Domingo, 09 de noviembre

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Pausa para los dispositivos y las redes sociales

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Si hay una palabra que se viene utilizando en el último tiempo es el vocablo “tóxico”. En este sentido se habla de parejas, amistades, trabajos… tóxicos; obviamente la lista puede ser más amplia. Esta forma de adjetivar lleva a que también cobre relevancia el concepto “détox”.

Détox no solo aplica a los días posteriores a las fiestas en los que se come y se bebe de forma descontrolada, hoy el término se emplea también para el uso de dispositivos y especialmente de redes sociales, máxime si el contenido es negativo. 

Las investigaciones que aportan datos sobre el efecto negativo que tiene el “doomscrolling” en las emociones, van en aumento. Motivo por el cual empezar a hacer una pausa o un détox aporta beneficios a nivel cognitivo, físico y emocional, pues en efecto la salud mental está en jaque y la tecnología tiene relación con esto. 

Un estudio publicado en National Library of Medicine, llevado a cabo por Paige Coyne y Sarah J. Woodruff y titulado “Tomando un descanso: los efectos de participar en una desintoxicación digital de redes sociales de dos semanas en el uso problemático de teléfonos inteligentes y redes sociales, y otros resultados relacionados con la salud entre adultos jóvenes”, arroja interesante resultados.

El objetivo fue crear un “détox de redes sociales” y tras esta pausa, analizar cuán efectivo es para abordar el tema de la adicción al celular y a las redes sociales. También evaluar las consecuencias que podría tener esta pausa en la salud mental y por último analizar la percepción de los participantes del estudio respecto de este “détox” digital.

Quienes participaron de la investigación tuvieron que reducir a 30 minutos diarios el uso de los dispositivos durante dos semanas. 

Se pudo comprobar que el “détox” mejora la calidad del sueño, disminuye el estrés y hay un aumento de la satisfacción de vida. Muchos de los participantes expresaron sentir alivio y una menor presión de mantenerse activos en las redes sociales. El tiempo promedio de conexión se redujo en un 77.7% y no hubo secuelas negativas.

También se reportó que usar menos tiempo el celular no tuvo impacto en hábitos de vida saludable, puesto que los niveles de sedentarismo se mantuvieron constantes y no se modificaron las pautas alimentarias.

Como aspectos “negativos” los participantes sintieron que se sentían desconectados de sus familiares y amigos. No obstante, destacaron que 30 minutos al día era un tiempo suficiente para mantenerse informado y conectado con los otros. 

Cabe destacar que, finalizado el estudio, muchos se dieron un “atracón” de dispositivos, pero al cabo de unos días disminuyó. 

Considero que todavía no hay real conciencia del impacto de las redes sociales en niños y adolescentes. A mayor uso, mayor es la posibilidad de padecer ansiedad, depresión u otros problemas de salud mental.  Sin dudas es un tema del cual los adultos deben responsabilizarse, solo que con qué autoridad pueden poner límites si son ellos los que pasan horas con la mirada fija en una pantalla.