Sepo Ginóbili: lo que encontró en Villa Mitre, la sugerencia a la dirigencia, el plantel, la opinión de la gente y más
Leé la nota o mirá el video con el entrenador tricolor. El domingo debutarán de locales en la temporada de Liga Argentina. "Si vos me preguntás si estamos para ascender, no lo sé. Hay 34 equipos y asciende uno solo. Es bastante difícil, pero vamos a hacer el intento", avisó.
"La verdad que estoy contento e ilusionado con este nuevo desafío", aseguró Sebastián Ginóbili, quien pasó por "El Diario Deportivo", que se emite por La Nueva Play, de lunes a viernes, de 14 a 15.
El entrenador de Villa Mitre en la Liga Argentina, mantuvo una charla distendida, en la cual habló de diferentes temas relacionados a este desafío en nuestra ciudad, donde se encontró con un club "diferente" al que conocía.
Sepo también se refirió a su forma de trabajo, al motivo que lo llevó a tomar la decisión de aceptar la propuesta, al plantel que conformaron, al salto que espera de los jóvenes para empujar a los experimentados, el argumento que le dieron los dirigentes para poner a la misma altura el torneo local que la Liga Argentina y el disfrute del día a día, por encima del partido.
-Sepo, ¿con qué club te encontraste?
-Fue raro, porque yo estaba acostumbrado a entrar por Caseros a la cancha de básquet, el resto prácticamente no lo conocía y me encontré con una institución que ha crecido muchísimo. No creo que haya muchos clubes en Bahía que tengan ese tamaño y movimiento de gente. Me encontré con un club social muy grande y con ganas de crecer deportivamente, más allá de las obras. Es un club muy popular, de un barrio muy apasionado, así que me entusiasma ser parte de eso.
-Y que prácticamente no lo sufriste como rival siendo jugador...
-Bueno, fue mi retiro contra Villa Mitre, en las semifinales de 2012, recibiendo algún insulto que otro, natural, parte el folclore deportivo. Y el torneo que ganamos con Bahiense, en mis inicios, en el '89.
-Claro, que un partido lo dirigió tu Viejo.
-Claro, porque Oveja (Hernández) se había ido a Cañada de Gómez.
-¿Qué expectativas tenés y cuánta ilusión puede generarse la gente de Bahía, más allá del propio hincha de Villa Mitre?
-A veces suena a casete lo que decimos los entrenadores, pero siempre digo que el básquet es lógico y para ganar partidos tenés que jugar bien. A veces uno pone el resultado por encima del recorrido, ¿no?. Lo que estoy buscando es una identificación con una idea de juego, un compromiso, porque dependemos de una institución que te lo hace ver permanentemente el compromiso y la identificación...
-Perdón, ¿se siente cuando está la presión, entre comillas, más cercana a la línea? Por ejemplo, comparando con Formosa, donde es todo lo contrario a lo que genera Villa Mitre.
-No sé si presión, es diferente. Llegaba al estadio de Formosa y no me cruzaba con nadie, sólo con la gente que trabajaba y de limpieza.
-Otro día en la oficina.
-Claro. Acá entro y me cruzo a 150 personas que están preguntando cómo estamos para el domingo, y los chicos del club que juegan y están encima. Es una vida mucho más social, que hace rato no tenía.
-¿Cambia algo para tu laburo?
-No, pero se disfruta más. Acá entrenan conmigo muchos chicos del club, te cruzás con los de escuelita, el minibásquet, los entrenadores... Hay una comunidad muy linda que no tenía y me entusiasma.
-El otro día Emi Menéndez nos dijo que me mudé y vivo a dos cuadras del club. Si no sos de Villa Mitre, te hacen. Algo tricolor tenés, como Bahiense del Norte, je.
-Yo no me mudé a Villa Mitre todavía, je, pero está bueno ser parte de una estructura donde hay fútbol profesional, básquet profesional, hay muchísimos deportes populares... Mi hijo va a la pileta desde antes de haber terminado en esta situación y disfruta de eso. Es una vida muy social y ves crecer al club todos los días.
-¿Cuánto influyó para hoy estar dirigiendo Villa Mitre, que se trate de tu ciudad, juegue Liga Agentina, estar cerca de tu familia...?
-Un poco de todo. La vida de entrenador es medio rara en ese sentido e inestable y mi familia los últimos años me acompañó, a veces medio año, un año, un año y medio, cuatro meses cuando fui al extranjero y no es fácil. La última vez me fui solo y me costó mucho la última etapa. Tengo un hijo de cuatro años y cuesta. Estar afincado en tu ciudad y estabilizarte un poco es bueno y el hecho de que Villa Mitre hacía un par de años que tenía cierto interés y hayamos mantenido conversaciones hizo todo más sencillo. Por eso, cuando se presentó la posibilidad no lo dudé, porque me parece que era el momento. Y es un desafío, porque es una competencia que no conozco. Venía de muchos años de la Liga A. Jugadores que no conocía realmente.
-¿Qué Liga Argentina estás viendo?
-Muy similar a la A en cuanto a la paridad. Exigente, donde jugás muchos partidos, a veces en días consecutivos, y me parece que la clave es encontrar la manera de competir todas las noches. Me parece que el jugador, a veces, inconscientemente elige, sobre todo en días consecutivos o en una gira de tres partidos. Estamos en una situación de conocimiento mutuo y el desafío más grande que tengo como entrenador es cómo hacer que cada noche sea como una final para nosotros.
-¿Cómo hacés para ensamblar un equipo con algunos jugadores grandes y la juventud de otros, para poder desarrollar tu línea, que es más bien la del desarrollo del jugador?
-El hecho de tener veteranos en el equipo, muchos de ellos identificados con el club y con la competencia, es parte de encontrar ese líder natural, de mostrar con el ejemplo lo que buscamos. No creo que hoy pueda enseñarle cosas determinadas a Sahdi o Pennacchiotti, sí sabemos lo que tienen y podemos mostrar una idea de juego, pero mi foco está siempre en el grupo más joven, porque hoy es el patrimonio de Villa Mitre y a lo que tenemos que apuntar. Sabemos lo que nos van a dar los veteranos y los jóvenes nos van a empujar.
-¿Entendés que ese paso adelante que pueden dar adelante los más jóvenes puede ser clave para las aspiraciones y al mismo tiempo están en el momento indicado?
-Sin dudas. Creo que ellos van a marcar la diferencia en una Liga exigente, donde necesitás un equipo largo con jugadores que tomen decisiones y sean importantes. No quiero que sean el relleno de los veteranos. Tenemos un calendario complicado y necesito que den un paso adelante en ese sentido. Sobre todo en la responsabilidad y el compromiso que tienen que tener para jugar. No quiero que sean acompañantes o que le pasen a Pennacchiotti la pelota todo el tiempo.
-Los últimos años Villa Mitre giró entorno a lo que podía producir Pennacchiotti, con números extraordinarios. ¿Cuánto habrá de eso y en qué puede ser diferente Villa Mitre?
-Estuve estudiando mucho los números de él y promedió 32 minutos por juego, en una Liga de muchos partidos y hasta jugando dos torneos de acá a fin de año. En un mes y monedas van a ser más de 20 partidos, entonces, es un tema que lo hablé del minuto uno con él. Más allá que la Liga Argentina se juega con un ritmo menos que la A, si jugás 32 minutos por partido en algún lugar estás regulando. Después, la categoría va a mostrar al equipo en los momentos definitivos y quiénes van a tomar las decisiones. Pero quiero que no se dependa de él todo el tiempo. Y darle más protagonismo a Julián (Lorca), que la verdad es un jugador con una intensidad diferente, opuesto a lo que es Franco y la idea es que entienda que tiene que ir por ese lugar.
-¿Hoy ves un Villa Mitre más defensivo u ofensivo?
-Creo que busco un equilibrio. Hay jugadores que son muy ofensivos y no lo van a cambiar. Lo único que quiero es que se comprometan con una idea, que respeten las reglas defensivas. Después sé que Franco no va a ser Marquitos Fernández (ex Bahiense, jugando en Barrio Hospital), je, ¿me entendés?. Fede (Harina) es un anotador, tampoco es defensor. Sí necesitamos fortalecer las reglas de grupo y ellos, a partir de su experiencia, entiendan lo que buscamos.
-¿En esa rotación y dependiendo de qué jugador esté en cancha habrá diferentes formas de juego?
-Seguramente habrá diferentes intensidades. No es lo mismo Alejo (Blanco) que Fabián o Manu Iglesias que Fede Harina. Sobre todo que cambien la estructura defensiva, trayendo energía desde el banco. Ofensivamente no creo que cambiemos mucho. Sí tenemos que planificar, sobre todo, el tema de los minutos, por las finales que se están por venir, los playoffs y el club le da mucha importancia.
-Entiendo que era algo que sabías, ¿cómo lo llevás?
-Fue raro, porque mi opinión fue diferente de entrada. Pero bueno, entiendo que soy empleado del club.
-¿Cómo fue esa charla con la dirigencia?
-Casualmente fue en el vestuario, porque estaban las oficinas ocupadas.
-Bueno ahí mandás vos, je.
-Sí, en el vestuario mando yo, pero con los jugadores nada más, je. No, en realidad, les di mi opinión, me parece que Villa Mitre tiene que apuntar a otra cosa en cuanto al desarrollo de sus jugadores jóvenes y encontrar la manera de que cada vez haya más jugadores potenciando el equipo de Liga Nacional. Pero cuando me respondieron lo que me respondieron...
-¿Qué te respondieron?
-"Para nosotros el torneo local es muy importante".
-Ya habías arreglado ahí, ¿no? je.
-Sí, sí, sí, je. Son las cosas con las que te encontrás en todos lados y lo que van pretendiendo. Hasta hace unos años el entrenador era amo y señor, y hoy no considero que sea así. Hay un club, ideas, un camino, y vos sos parte de eso, tratando de guiar de ese lado. Tuve la posibilidad de estar en las finales y vi lo que mueven. Hay movilidad de gente y económica importante para el club, y no podemos omitir eso.
-¿Te parece que a futuro esto sí puede ir modificándose en Villa Mitre, buscando el desarrollo, algo que van intentando, con prueba y error, naturalmente?
-Está la idea, me lo hicieron ver. Después aplicarlo es otra cosa. Hoy creo que Villa Mitre tiene que tener siete u ocho jugadores jóvenes más. Mi idea es que usen el torneo local como lo que es la Liga de Desarrollo para la Liga Nacional. Porque el torneo local es exigente, te prueban todas las fechas desde el último hasta el primero y te da una posibilidad de tomar decisiones que, por ahí, en el equipo principal no tenés. Entonces, te permite desarrollar, mostrar y, a partir de ahí, ganarte tu lugar en el equipo superior. Era la idea que tenía cuando tenía la Liga de Desarrollo. Esto es algo similar, aunque la exigencia de resultado lo hace un poco más complicado.
-¿Qué hablaste puntualmente con la dirigencia respecto del futuro?
-El calendario de Liga es totalmente diferente al local, pero un poco regular el tema con los entrenadores y encontrar una idea conjunta de trabajo.
-¿Estás a la cabeza?
-Hablé con los entrenadores, es más, los tres de divisiones inferiores son mis asistentes y hablamos mucho en el día a día. Está terminando la competencia, por lo que es muy difícil cambiar, pero la idea es que a partir de la próxima temporada haya un trabajo más coordinado. Es un lugar piola. Me encontré con un grupo de entrenadores muy jóvenes que desde el momento que los cité me dijeron que querían estar, más allá de lo económico. Eso entusiasma mucho, porque hoy la vocación y las ganas están un poco reprimidas, en todos los ámbitos. Tener ese acompañamiento hace que uno pueda disfrutar más.
-¿Disfrutás más ser entrenador que director técnico?
-Me cuesta mucho el día de partido, porque disfruto mucho el día a día, la preparación, el entrenamiento, la planificación, la charla pre y post cada práctica, el estar en contacto con los más jóvenes, que son quienes te transmiten un poco más de energía y te contagian. El día de partido ya hiciste te trabajo. La decisión pasa por los jugadores. Entra otro nerviosismo, porque ya no está en tus manos.
-¿Todo este contexto te está generando algo en particular?
-No. Trato de vivir y compartir mis experiencias. Voy aprendiendo de lo que hago medianamente bien y mal. El trabajo del entrenador, más allá de tener una idea y una forma, está en la experiencia que va viviendo.
-Si bien tu perfil es más bien de formador, ¿qué te da la competencia para hacerte cerrar el círculo?
-Y... la adrenalina. El mostrar en la cancha lo que venís trabajando y la prueba. Ahí no es solamente lo que entrenaste, sino también tu cabeza, la ansiedad, el nerviosismo, hoy no sé muy bien cómo lo viven los jugadores.
-¿Vos cómo lo vivís?
-Yo lo vivo bien; trato de estar tranquilo; no soy de ponerme muy ansioso. Pero cuando empieza el partido lo vivo intensamente.
-¿Sos consciente que detrás de la confirmación de Sebastián Ginóbili como entrenador de Villa Mitre, por encima del peso de tu apellido, se generó una expectativa diferente?
-La verdad que no sé. Recibo muestras de cariño en el club y, la verdad, no era del lugar. Es un club muy afectuoso y lo disfruto ese trato. En cuanto a las expectativas, no soy de estar encima de lo que opina la gente, nunca me interesó. Sé que Villa Mitre es un club al que le gusta ganar y viene de una temporada no muy buena. Así que seguramente esa ansiedad y ganas las van a transmitir. Me gusta ese desafío. No es lo mismo ganar o perder en ningún aspecto de la vida. Y la vida del deportista, sobre cuando empieza la competencia, es subirte y darle. Pero es imposible conformar a todos. No podés estar pendiente de todo alrededor, porque te volvés loco.
-¿Considerás que tener un plantel con ADN puede generar un ambiente especial?
-Creo que sí para con el club. El hecho de tener a Franco (Pennacchiotti), Fede (Harina), Nacho (Alem), Manu (Iglesias), Alejo (Blanco), vienen de muchos años, son jugadores identificados con el club, Fabián (Sahdi) es de la ciudad y no le va a costar absolutamente nada, por eso, ellos son los que marcan el camino, inclusive conmigo, que recién estoy conociendo el ambiente.
-¿Dentro de lo que hablaron con la dirigencia hay alguna urgencia de resultados, plazos...?
-Ellos quieren ganar... Pero hay que tener una estructura, un equipo también que de esa idea y bueno, vamos a tratar de buscarla. Si vos me preguntás si estamos para ascender, no lo sé. Hay 34 equipos y asciende uno solo. Es bastante difícil, pero vamos a hacer el intento.
A modo de cierre, Sepo dejó su mensaje.
"Soy un nacido de los tres equipos de Liga Nacional en Bahía; me parece que fue un impulso muy grande para mi desarrollo querer ser jugador", recordó con algo de nostalgia.
Y agregó: "Y ver a Villa Mitre en la Liga Argentina, otra competencia, hace que se encienda esa llamita y querer estar en esa posición. Es como tener el dulce adelante. Sigue siendo la segunda división, pero es una competencia muy entretenida y potencial disparador de crecimiento. Hay muchísimos jugadores de Liga Nacional que empezaron en Liga Argentina. El deseo y las ganas de ser parte, es un gran movilizador".
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