Urquiza en el bronce
El busto reemplazó a la estatua de mármol de Carrara colocada en 1953
Es periodista, ingeniero civil y docente de la Universidad Nacional del Sud en materias relacionadas con el Patrimonio arquitectónico y el planeamiento urbano. Ha publicado notas en revistas Vivienda, Todo es Historia, Obras & Protagonistas y Summa +. Participa en varios micros radiales referidos a la historia de Bahía Blanca. En dos ocasiones recibió primera mención por parte de ADEPA en el rubro Cultura e Historia.
Hace 47 años, en noviembre de 1978, quedó inaugurado el monumento a Justo José de Urquiza (1808-1870), presentado entonces como “el gran patriota” que venció la primera tiranía.
En 1851, desde Entre Ríos, Urquiza desconoció la autoridad de Juan Manuel de Rosas, acto que llevaría a la Batalla de Caseros (1852), donde lo derrotó, convocando al Acuerdo de San Nicolás que dio lugar a la Constitución de 1853.
El revisionismo histórico ha generado nuevas miradas sobre la historia oficial, pero en nuestra ciudad existía un marcado reconocimiento a Urquiza.
En 1956, siendo comisionado municipal el capitán de Fragata Guillermo Castellanos Solá, se cambió el nombre de la Avenida Centenario, que corría siguiendo el curso del Napostá, por el de avenida Urquiza. En realidad esa calle había resignado su designación original en 1952, rebautizada como Avenida Colón, atento a que esa calle había sido llamada como Eva Perón.
En esa ocasión la novel Universidad Nacional del Sur adhirió al hecho, reconociendo a Urquiza como el hombre que ordenó al país “y terminó con un largo tiempo de tiranía”.
El siguiente reconocimiento es de 1978, año del Sesquicentenario de la ciudad, cuando se aceptó un busto de Urquiza donado por el gobierno de Entre Ríos, por gestión de la Asociación local de residentes entrerrianos. La ubicación elegida fue la isleta de Urquiza y Córdoba, para lo cual se desplazó a la estatua allí existente, una figura de mármol de Carrara llamada Pulcritud, donada en los 50 por Miguel López Francés, ministro de Hacienda del gobernador Domingo Mercante.
“Este bronce (el busto es de material) quedará aquí para marcar en forma definitiva la paz entre los argentinos”, se dijo.
Pulcritud, por su parte, se recolocó a pocos metros del monumento que la desplazó, donde manos anónimas la robaron en 2005.