Con ustedes, Miss Bahía Blanca 1938: la belleza bahiense en todo su esplendor
Con un gran entusiasmo en la sociedad, se procedió a la elección de Miss Bahía Blanca 1938, buscando quien representara la belleza de la mujer bahiense
Es periodista, ingeniero civil y docente de la Universidad Nacional del Sud en materias relacionadas con el Patrimonio arquitectónico y el planeamiento urbano. Ha publicado notas en revistas Vivienda, Todo es Historia, Obras & Protagonistas y Summa +. Participa en varios micros radiales referidos a la historia de Bahía Blanca. En dos ocasiones recibió primera mención por parte de ADEPA en el rubro Cultura e Historia.
En épocas en que los concursos de belleza no eran cuestionados ni considerados discriminatorios, en los cuales el jurado valoraba una variedad de cualidades de las concursantes, en nuestra ciudad se realizó la elección de Miss Bahía Blanca 1938, buscando una representante en una futura competencia internacional.
El entusiasmo generado por este acontecimiento fue extraordinario, con la inscripción de 102 aspirantes, la mayoría jóvenes pertenecientes a conocidas familias locales, en una época donde no estaba tan establecido un modelo físico femenino específico --delgadez, altura, rasgos occidentales--, sino que se buscaba una expresión de belleza variable, complementada con dotes de encanto, simpatía e inteligencia.
Eran fines de la década del 30 y la moda estaba en un momento de transición, con la elegancia del período pero ya con indicios de un estilo más funcional que dominaría la década de 1940.
Algunas de las 102 participantes en el concurso
Predominaba la figura refinada, la cintura bien marcada y los hombros ligeramente estructurados. Las faldas hasta la mitad de la pantorrilla, o un poco más largas, sin demasiado vuelo.
El estilo Art Déco, adoptado por ciudades como París, Miami, Nueva York y Hollywood, era protagonista en el diseño, signo de una mujer moderna, fuerte, refinada y segura, que manejaba automóviles, fumaba y trabajaba. En ese ámbito se buscó nuestra Miss.
Las rondas
La elección tenía trazado un largo camino, con varias preselecciones hasta llegar a tener diez aspirantes al cetro, las cuales serían parte de la gran final.
Las mujeres anotadas debían dar cuenta de mucho más que una belleza física y elegancia ante un jurado que las evaluaba desde diferentes puntos de vista. El mismo estaba integrado por Francisco de Luca, inspector general de la municipalidad, los arquitectos Enrique Cabré Moré y Manuel Mayer Méndez, el pintor Saverio Caló, la señora Elena Van Hees de Folgueras y los vecinos Luis Salvá y Néstor Pérez Bustos.
El jurado en plena labor, Salón Blanco municipal
La primera preselección tuvo lugar en el Salón Blanco del palacio comunal, desbordado por un público que acompañó con aplausos el desfile y premió la labor de los jurados.
Hubo además una votación de los presentes que, combinada con el acta del jurado, dejó un primer listado de favoritas, entre ellas las señoritas Zelfita Barrionuevo, Erina Serodino, Silvia Toranzos Torino, Celestina Zilio y Adelina Rossomando.
Una segunda ronda estableció el listado final de finalistas, de las cuales se evaluaron al menos siete cualidades, dando puntaje a cada una para tener un número final.
Celestina Zilio, Elsa Capparella, Celia Spinelli, Rosa Cunningham Gleen y Olga Muriga, finalistas
“Las diez señoritas votadas, cada una dentro de su exquisito tipo de belleza, señalan la gracia plena de nuestras mujeres, significando la belleza de sus líneas y el encantador conjunto de sus rasgos, el esplendor de sus juventudes radiantes dignas, cualquiera de ellas, de representar la hermosura de la mujer bahiense”, se dijo.
Carmen Jorquera, Erina Serodino, Betty Penta, María Villarreal y Chola Pascual, finalistas
Definidas las finalistas, el jurado se instaló en la pileta del club Argentino, donde las candidatas los deleitaron con un desfile en malla, último paso previo a la final que tendría lugar en el Palacio del Cines –Chiclana 174—cuyas 2.000 butacas ya estaban totalmente venidas para el evento.
Carmen Jorquera, Celestina Zilio, Erina Serodino, María Villarreal y Rosa Cunningham en la pileta del club Argentino
La final
Con el escenario especialmente ataviado, la elección de la reina fue parte de un espectáculo que incluyó algunos cortos de cine, la actuación de artistas locales y una filmación del cameraman Hilario Bazzana mostrando las instancias previas a la final.
Hubo un desfile de las candidatas, aplausos, ovaciones y palabras de aliento y, finalmente, la decisión definitiva se puso en manos del público, donde cada asistente fue dejando su voto en las urnas dispuestas en la sala.
La sala del Palacio del Cine a pleno
Terminado el sufragio, hubo un intervalo amenizado por la orquesta de LU2 radio Bahía Blanca esperando el recuento para el veredicto final.
Y hubo una ganadora: la señorita Carmen Jorquera, decisión acompañada por una prolongada ovación, premiando, según se indicó, “un final justo y merecido”.
“Miss Bahía Blanca, delicada y hermosa figura de mujer de admirables líneas y bello rostro, llevará con dignidad y en triunfal apogeo su belleza, descontándose su éxito en la participación de Miss América del Sur 1938”, señaló este diario.
Carmen Jorquera, la elegida
Minutos después la calle Chiclana se veía desbordada de gente con la salida de los asistentes, entre ellos integrantes de las familias Bertorini, Colapinto, Berardi, Pagano, Salvat, Vitalini, Tagliabué, Pedemonte, Bagur, Spinelli, Marseillán, Larribité, Cantarelli, Saffores, De la Sota, González Martínez, Serodino, Antonietti, Ganuza Lizarraga, López Camelo, Podestá y Márquez Garabano, entre otras.
La fiesta había terminado, la ciudad tenía su Reina.