Récord y expansión en Puerto Rosales para apuntalar a Vaca Muerta
Al amarre del buque de mayor porte que haya operado en la terminal se sumará la ampliación del nuevo muelle y playa de tanques.
La escena ocurrió de noche y condensó en pocas horas un cambio de escala. A las 21.36 del lunes 20 de octubre, asistido por prácticos y remolcadores, el buque de mayor porte que haya operado en la terminal Rosa Negra hizo firme su amarre en Puerto Rosales.
Tras la comprobación de líneas y el chequeo de seguridad, comenzó la conexión de mangueras y el bombeo de crudo neuquino hacia sus tanques. Poco más de treinta y nueve horas después, a las 13.05 del miércoles 22 de octubre, la maniobra de zarpada cerró una operación sin demoras climáticas ni contingencias técnicas.
El destino, confirmado por fuentes del sector, fue China, señal de que Vaca Muerta ya no abastece solo al mercado interno o a compradores regionales, sino que participa de rutas energéticas de escala global.
La terminal, concesionada a OTAMERICA, fue concebida para este tipo de desafíos. El muelle offshore, los sistemas de control, la integración con tanques de almacenamiento y la conexión directa a los oleoductos que traen el petróleo desde la cuenca neuquina permiten operar buques de gran calado en ventanas de tiempo cada vez más competitivas. Al mismo tiempo, se realizan batimetrías periódicas para asegurar profundidades seguras, lo que da previsibilidad a las maniobras y reduce riesgos en condiciones de estuario.
La operación del Daquing Knutsen, un tanquero Suezmax de 279 metros de eslora, No fue una excepción, sino la confirmación de un ciclo que viene madurando: Puerto Rosales dejó de ser un eslabón de apoyo para convertirse en un portal de salida del crudo argentino.
Cada nueva escala muestra mejoras de coordinación, menores tiempos ociosos y una curva de aprendizaje que involucra a toda la comunidad portuaria. La sincronía entre el arribo del buque, la disponibilidad de producto en tanques, el bombeo a caudales altos y el despacho final consolida un estándar operativo que hace dos años parecía lejano.
Desde agencia marítima FSC Maritime, una de las empresas que intervino en la operación, destacaron el sentido colectivo del logro.
“Para nosotros, en FSC Maritime, no es solo un récord: es el reflejo del trabajo en equipo, la planificación y la confianza que nuestros clientes (en este caso LBH Argentina) depositan en nosotros. Estamos muy felices de haber formado parte de esta operatoria y de acompañar a nuestros clientes en cada desafío que nos presentan”, señalaron.
La declaración resume un clima de época: el puerto crece porque se integran capacidades públicas y privadas, y porque la cadena logística encontró una manera de estabilizar procesos en un entorno exigente.
El destino chino agrega una capa estratégica. Implica cumplir con ventanas de programación exigentes, asegurar calidad de producto y sostener una ecuación logística que compita con terminales consolidadas del Atlántico.
La posibilidad de llenar buques de la categoría Suezmax con crudo de Vaca Muerta, sin trasbordos intermedios, confirma que la infraestructura instalada en Rosales llegó a un punto de madurez que habilita un salto comercial.
Qué ampliación viene y cómo se financiará
Para sostener ese ritmo y abrir capacidad a mayor escala, OTAMERICA lanzó la licitación de la Obligación Negociable Clase V, denominada en dólar MEP, por hasta 30 millones de dólares ampliables a 50 millones, con vencimiento a doce meses, tasa fija a licitar, interés semestral, amortización bullet, precio a la par y calificación AAA.ar de Moody’s Local.
El monto mínimo de suscripción es de cien dólares, un rasgo que abre la puerta a la participación de inversores minoristas junto con colocadores institucionales.
De acuerdo con el plan, los fondos apuntan a acelerar una ampliación de infraestructura que ya cuenta con ingeniería y cronograma.
El paquete de obras contempla la construcción de un nuevo frente de atraque con una tercera posición operativa (formando una T) para grandes buques, la incorporación de seis tanques adicionales del orden de 50.000 metros cúbicos cada uno, la instalación de una subestación eléctrica de cinco megavatios para sostener el incremento de consumo industrial y la puesta en servicio de una estación de bombeo con cuatro equipos capaces de impulsar alrededor de 2.500 metros cúbicos por hora por unidad.
En conjunto, la terminal ampliará su capacidad de almacenamiento y su capacidad de transferencia, dos cuellos de botella decisivos cuando crece la frecuencia de escalas y se diversifican los destinos.
La lógica es simple y contundente. Para exportar más, no alcanza con tener buques más grandes o con que el oleoducto llegue con caudal. Hace falta que el muelle pueda atender más posiciones en paralelo, que los tanques absorban picos de oferta y que la energía eléctrica no sea un límite operativo.
Con ese enfoque, la inversión prevista aumenta la resiliencia del sistema y atenúa dependencias de ventanas climáticas o congestiones internas.
A mayor número de posiciones, más elasticidad frente a cambios de programación y mayor capacidad para aprovechar oportunidades spot en el mercado internacional.
Nuevo posicionamiento
Puerto Rosales fue, durante años, una infraestructura subutilizada en el mapa bonaerense. La integración con Vaca Muerta lo reposicionó. La nueva terminal le dio identidad y especialización.
El envío a China es más que un dato de color. Revela que Argentina puede colocar crudo neuquino en una de las plazas más exigentes del mundo, con tiempos y calidades que cierran la ecuación del comprador.
Esa puerta abierta requiere constancia y previsibilidad. La ampliación del muelle y de los sistemas de bombeo y almacenamiento busca exactamente eso: transformar la excepción en rutina y la noticia extraordinaria en estándar.
En síntesis, el amarre y la partida registrados entre el 20 y el 22 de octubre confirman que Puerto Rosales ya es parte del mapa grande del petróleo.
Próximamente, con más muelle, más tanques, más energía y más bombeo, la terminal Rosa Negra tendrá con qué sostener la ambición de convertir al sur bonaerense en una puerta estable del crudo argentino hacia Asia.
Si 2025 fue el año del récord, 2026 puede ser el del salto de escala. Soñar no cuesta nada, y en este caso hay con qué.