Bahía Blanca | Jueves, 23 de octubre

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A lo Edgar Davids, pero en Sporting: “Juego con lentes desde los 9 años y me acostumbré a que me griten de todo”

Velentín Aversano es montehermoseño, se sumó al rojinegro puntaltense al inicio de esta temporada y contó cómo es la experiencia de usar anteojos en un partido de fútbol.

Fotos: Emilia Maineri-La Nueva. y Prensa Sporting

“Me gritan ciego, cuatro ojos y un montón de barbaridades más, pero trato de no dar bolilla ni prestar atención para estar concentrado en el partido”.

Valentín Aversano es el único jugador, al menos en el fútbol de la Liga del Sur, que juega con anteojos (al mejor estilo Edgar Davids, neerlandés que jugaba con gafas especiales en el Milán, la Juventus y la selección de su país).

“Desde los 9 años (tiene 24) que los lentes son indispensables en mi vida, desde que me diagnosticaron estrabismo, miopía y astigmatismo en los dos ojos. Es lo único que no me puedo olvidar cada vez que salgo de casa”, describió el volante o mediapunta montehermoseño que viene levantando su nivel en el primer equipo de Sporting.

Lo que padece “Valen” son defectos en la visión (no enfermedades) que pueden ser intervenidos quirúrgicamente, aunque el talentoso futbolista surgido en Atlético Monte Hermoso no conoce ni se informó, por el momento, de los riesgos que pueden originar esas cirugías.

“Me quiero operar, sería lo mejor, pero nunca pregunté ni me interesé. Me tengo que poner en campaña”, declaró quien lleva 11 encuentros y un gol en el rojinegro (el que le marcó a Villa Mitre en la fecha pasada del Clausura de la A liguista, 1-1 en el Enrique Mendizábal).

--¿De qué material son los anteojos?

--Las “lentes”, que normalmente son de vidrio, en mi caso son de policarbonato, mientras que el armazón es de silicona. Es lo que permite el reglamento.

--¿Alguna vez te prohibieron jugar con estas gafas especiales?

--Cuando estaba en las menores de Olimpo de AFA fuimos a jugar contra Los Andes y el árbitro me pidió que me saque los lentes si quería jugar, porque era peligroso para mi y para los adversarios. Le expliqué que no eran de vidrio, que no podía lastimar a nadie por más que se me salgan, pero no hubo caso, no me dejó firmar planilla.

“A partir de ese momento empecé a usar lentes de contacto, hasta que me pegaron una patada y se me produjo un derrame que me dejó fuera de las canchas por seis meses. Cuando me los volví a colocar me sentía incómodo, así que retomé los anteojos comunes, con una cinta que pasa por atrás de mi cabeza y traba a la altura de la nuca”.

--Es decir que no se te caen, como que no te das cuenta de que los tenés.

--A veces, con la fricción, se me desacomodan, y hasta se me han caído después de un choque, pero solo eso. Son parte de mi cuerpo, estoy acostumbrado.

“En cada lente tengo un aumento de 3,5 por ciento (se mide en dioptrías) y si me los saco no veo nada”.

“Me detectaron esta afección a los 9 años, cuando mis padres (su mamá es Paula Ramello, y tiene una hermana, Camila) me llevaron al oftalmólogo porque veían que con el paso de los días me acercaba cada vez más al televisor para mirar de cerca”.

--¿Qué más te han gritado en las distintas canchas donde jugaste?

--Hace poco, en la de Libertad, un hincha de ellos apoyado en el alambrado me gritó “¡Harry Potter”, y cuando lo miré, me respondió “¿Qué querés?, sos parecido…”.

“En Dorrego, los paisanos son muy ingeniosos, pero nunca me han ofendido, nada que traspase los límites del folklore futbolístico”.

Empezó a correr atrás de la pelota a los 6 años, en la Escuelita de Atlético Monte Hermoso, hasta los 14, cuando pasó a las menores de Olimpo en AFA. En el aurinegro permaneció hasta los 19, cuando volvió a su club para jugar durante las temporadas 2021 y 2022 (fue campeón).

En 2023 incursionó en Independiente de Coronel Dorrego y en 2024 retornó a Atlético para ser campeón en el 70° aniversario de la entidad albirroja.

Y de ahí a Sporting.

“Llegué a principio de año, por un contacto de un amigo de mi papá (Ricardo). El primer objetivo fue ganarme un lugar en el plantel, ser considerado, y después tratar de progresar futbolísticamente en una Liga categorizada y de nivel casi profesional como en la que estamos”, señaló quien comparte vivienda, en nuestra ciudad, con su compañero y amigo Iván Tello.

--A principio de año no tuviste continuidad, ¿por qué?

--Sebastián Polla (DT en ese momento) no me tenía en cuenta, me llevó una sola vez al banco y no entré. Cuando asumió Beto (Mardones) todo cambió, juego bastante y estoy con todas las pilas puestas en beneficio del equipo.

“Mi idea es ganar algo con Sporting, que lleva cuatro años sin poder clasificar a una semifinal”.

--No siendo del club y con apenas unos meses en el plantel, ¿cómo convivís con la famosa frase “Cero descenso” que repiten los hinchas y que debés escuchar todos los días?

--Esa frase no hace más que representar a la historia grande del club, que nunca bajó de categoría en la Liga del Sur. Sporting merece respeto y compromiso, pero estoy tranquilo, es una linda presión.