Diario de viaje, día 5: crónica del oro olímpico y del himno que apareció 2904 días después

Mauro Gustavo Giovannini

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Periodista. En La Nueva desde 2013. Especializado en el movimiento olímpico. Asistió a los Juegos Olímpicos de Río 2016, a los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018, a los Juegos Suramericanos de la Juventud Rosario 2022, a los Juegos Suramericanos Asunción 2022, a los Juegos Panamericanos Santiago 2023 y a los Juegos Olímpicos París 2024, entre otros eventos internacionales.

A los argentinos les cuesta todo un montón, no descubro nada. Lo deportivo no es una excepción y si hablamos de Juegos Olímpicos, para muchos el premio mayor pasa por participar. No es una frase hecha. No es un consuelo. Es una realidad. Una realidad que con esfuerzo, amor propio y mucha pasión, intentamos (intentan, los que compiten) modificar.

Un claro ejemplo de lo difícil que es obtener una medalla dorada a nivel olímpico es que debemos remontarnos a 2016, más precisamente al 18 de agosto, para encontrar el último antecedente. Esa tarde, en Deodoro, Los Leones le ganaron a Bélgica por 4 a 2 y se quedaron con la gloria en Río. Fue el tercer oro de aquella edición, junto a Paula Pareto y la dupla Santiago Lange-Cecilia Carranza, pero el último cronológicamente.

En el medio pasó Tokio 2020, desarrollado sin público en 2021, con tres medallas pero ningún oro: plata de Las Leonas y bronce de Los Pumas 7s y el vóleibol masculino.

Es decir, transcurrieron 2904 días desde que el himno sonó en tierras brasileras hasta este miércoles 31 de julio, en la plaza de La Concorde.

Recuerdo aquel momento dorado del seleccionado de hockey como si fuera hoy, quiénes me acompañaron al estadio, por dónde entré, los saltos de Retegui y el emotivo último gol de Agustín Mazzilli, que festejó sentado dentro del arco belga. No hay ni habrá Inteligencia Artificial que reemplace la percepción de estar ahí, en el lugar de los hechos.

La historia esta vez fue distinta. El marco es diferente y es otro deporte, pero las sensaciones son parecidas.

Fue un parámetro escuchar el asombro de los franceses ante cada truco del argentino. Al público local, habrán notado, no le simpatiza mucho el celeste y blanco. No obstante, desde el primer vuelo de Maligno, aprobó su actuación y le devolvió carisma. Fue un alivio o, más bien, un mensaje: algo importante podía pasar.

Junto a la colega enviada de la agencia de noticias estadounidense Associated Press nos encargamos de llevar al detalle la actuación de los nueve riders. Y de ir tildando cada uno que pasaba y no lograba superar los 94.82 puntos logrados por Maligno en su primera salida.

Torres pegó de entrada, voló. Le sacó el jugo al máximo a los transfers y marcó el camino porque después se cayeron, al unísono, el local Jeanjean (a la postre bronce), el australiano Martin (campeón en Tokio 2020) y el ohioano Christopher.

Fue tan buena la primera pasada del argentino que le alcanzó para quedarse con el primer puesto y esperar, de pie, el desarrollo de la competencia. Cuando estaba primero y quedaban dos competidores, la satisfacción fue confirmar que ya tenía una medalla asegurada. Cuando quedaba solo uno, nadie le sacaba la de plata. Y cuando acabó el británico Reilly, todo fue alegría: 22° medalla de oro para nuestro país en la historia; 78° en total, sumando las 26 de plata y las 30 de bronce.

De ahí en más todo fue protocolo. El acto oficial estuvo marcado por la presencia del presidente de la FIFA, Gianni Infantino, quien le colocó la medalla al campeón.

Luego, el que para mí es el momento más emotivo: el himno. En los Olímpicos, solo se emite el del país ganador y la versión nacional es algo más completa que la que suele escucharse en los partidos de la selección de fútbol.

Llegó la hora de las entrevistas, en zona mixta. También hubo tiempo para saludar a un grupo de argentinos. Luego, el control antidóping. Y acto seguido, una conferencia de prensa en la sala exclusiva construida en La Concorde.

La jornada terminó (al menos públicamente) con el cordobés regresando a la Villa y las salutaciones de todos los que sueñan con emularlo.

Sueñan porque tienen puesta la camiseta argentina y aunque sea muy difícil, siente que pueden.

Los dejo hasta mañana, en otro repaso de esta aventura olímpica.

Para seguir compartiendo experiencias, los espero aquí mismo, en las redes de La Nueva., en el streaming de La Nueva Play (lunes a viernes a las 14 de Argentina) y en LU2 con informes diarios.