¡Villa Mitre es finalista de la Conferencia Sur de la Liga Argentina!
El tricolor dejó en el camino a Lanús, tras ganarle 109 a 97 y sellar la serie 3 a 1.
Ingresó en La Nueva Provincia en 1995. Trabaja en la sección Deportes y fue colaborador en Regionales y Locales de este mismo medio. Se especializa en básquetbol. Formó parte del staff de la revista Encestando y Zona de Básquet durante 10 años. Tuvo experiencia en el programa Radial Contrabásquet, en Radio La Red.
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El equipo se acercó a la hinchada, todos saltaban, cantaban, el José Martínez definitivamente temblaba. En mitad de cancha, al mismo tiempo, el cuerpo técnico se unía en la intimidad de un abrazo cargado de desahogo y a Gastón Fernández se le escapaban las lágrimas. ¡Sí señores, Villa Mitre está en la final de Conferencia Sur de la Liga Argentina! Es motivo de festejo del pueblo tricolor y del básquetbol bahiense.
¿Por qué? Porque Villa Mitre cruzará con Racing (Chivilcoy) en una serie al mejor de cinco (a partir del domingo 26) y el ganador de la misma enfrentará por el único ascenso a la Liga Nacional a Sportivo Suardí (Santa Fe) o Atenas (Córdoba), los dos finalistas de la Conferencia Norte. Es decir, como desde la temporada 2020-21 que no estaba tan cerca de subir.
Lo cierto es que el tricolor finalmente bajó al mejor equipo de la fase regular, volviendo a ganarle en el José Martínez, por 109 a 97, y selló la serie 3-1.
El público que colmó el estadio tricolor le dio un marco de fiesta a una noche redonda, la que dejó a todos muy ilusionados con lo que se viene, porque esta vez, al margen de las individuales que siempre lo sacaron adelante, el equipo mostró un mejor juego colectivo.
De movida el tricolor se mostró derecho, con un triple de Chervo, un doble de Harina y otro de Jano de contra.
La visita, sin peso interior, no la metió a distancia y, sumado a la firme defensa local con los perimetrales, se vio complicada.
Además, Pennacchiotti soltaba a su jugador y barría en la pintura cuando alguno iba hacia adentro. El plan parecía perfecto.
De hecho, los primeros puntos el granate recién los anotó Capponi, en 3m07, desde la línea de libres.
Con el segundo triple de Chervo, el local estiró la ventaja a 12-4.
La visita siguió con su sistema, con circulación por el perímetro.
Patterson entró y clavó un triple. El resto, poco a poco fue encontrando sus espacios y ventajas en el 1x1.
La intensidad defensiva del local fue disminuyendo y Lanús empezó a tutearse con el juego, metiendo un parcial de 13-4 para pasar al frente 17 a 16.
Ya era otro el partido. La visita empezaba a demostrar por qué había sido número 1 de la fase regular.
Llegó a sacar 5 con parcial de 23-10, cerrando el primer cuarto 27-25 arriba, porque Jano metió un triple sobre la bocina.
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Controlando el juego con convicción, abriendo la cancha, corriendo y en el 5x5 generando espacios a partir de la circulación y amenaza constante, Lanús metió un parcial de 20-5 en 3m40 del segundo cuarto y sacó la máxima: 42-30. Sumamente preocupante.
Villa Mitre adelante fueron más bien arrestos individuales, respondiendo con Chervo (2 triples) y atrás recién se afianzó con el ingreso del entusiasta Romero.
El equipo, lejos de caerse, se sobrepuso al momento más adverso y estampó un parcial de 15-3 (45-45). Y en este juego de rachas, la Villa cerró el primer cuarto con dos triples de Romero (el segundo casi camino a vestuarios), ganando 52 a 48 y sellando la remontada con un parcial de 22-6 después de verse 12 abajo.
El regreso del descanso largo era toda una incógnita. Porque hasta acá los dos habían tenido sus momentos dentro de un trámite sumamente intenso, de mucho goleo, cargado de adrenalina.
Villa Mitre salió más fuerte atrás, Jano recuperó dos pelotas, el equipo corrió y, encima, después de una ofensiva algo sucia, recibió en la punta Pennacchiotti y clavó un triple, escapando 58 a 48 en apenas 1m45 del complemento.
Lanús perdió la línea y Patterson abusó del juego individual, contra un tricolor que tuvo más aplomo, acaso, producto de la diferencia,
A partir de ahí consumió más segundos en las ofensivas, un triple oportunísimo de Harina dio un poco de aire y después el equipo buscó a Pennacchiotti quien, con su variedad de recursos, eligió cuándo jugar 1x1 y en qué momento descargar.
Definitivamente resultó el mejor momento del local, porque todos se potenciaron, el caso más notorio el de Javier Bollo, quien, destrabado mentalmente, fue determinante en la pintura.
Por trámite y actitud de ambos lados parecía el final del juego cuando el marcador indicaba 82-67, la máxima de luz. Aunque restaban 10 minutos.
Aunque, claro, los 15 se hicieron 17 de ventaja en los primeros 25 segundos del último cuarto. Parecía demasiado para desperdiciar.
Era cuestión de saber jugar con la diferencia, sin dejar de hacer lo que hasta ahí lo había llevado a Villa Mitre. Y trasladarle toda la presión a la visita, que jugaba contra el reloj también.
Jano desde la conducción hizo una pausa, Pennacchiotti supo jugar con 4 faltas un rato más (salió restando 4m10), Harina siempre fue una amenaza, Bollo mantuvo su nivel y Lanús se fue desinflando. La diferencia se extendió a 18 y el objetivo de Villa Mitre se fue cumpliendo a medida que pasaron los minutos hasta la bocina final y terminar metiendo 109 puntos. ¿Qué más se podía pedir...?