Bahía Blanca | Miércoles, 08 de mayo

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El sueño del pibe Millán: “Llegar a la Primera del Rojo, jugar en la Selección y cantar el himno”

Lautaro, bahiense de 18 años, la “rompe” en la Reserva de Independiente y los hinchas le piden a Carlos Tevez que lo convoque al plantel profesional. Mientras tanto, la “joyita”, que se inició en Vista Alegre y se formó en La Armonía, fue convocado por Javier Mascherano al Sub 20 argentino.

Fotos: Instagram y Facebook Lautaro Millán

Instagram: @sergiopeysse

Twitter: @elpeche1973

(Nota ampliada de la edición impresa)

El nene creció de golpe. Aquel flaquito de rodillas raspadas, melena color tierra y cara resquebrajada por el sol, que desafiaba a los más grandes en los relámpagos de Villa Nocito y que no se imaginaba que el destino le iba a abrir una puerta grande hacia un sueño que solo es placer de unos pocos, hoy es un jugador hecho, formado y con una mentalidad inherente a desafiar lo que se le presente por delante con tal de llegar al fin deseado.

Lucha por lo que quiere y, me hago cargo con la apreciación, en cualquier momento pega el gran salto para debutar en la Primera de Independiente.

Por si no me creen, el sitio oficial del Rojo de Avellaneda anunció con bombos y platillos: “Lautaro Millán, la promesa de la Reserva y el futuro del club espera el llamado de Carlos Tevez (DT del plantel profesional del ´Diablo')”.

“Lauti”, bahiense, 18 años y crack. Lo vengo siguiendo de chiquito y todo lo que va logrando es en base a esfuerzo, voluntad y regularidad: el pasado 21 de febrero firmó contrato laboral con el Rey de Copas --hasta diciembre de 2026-- y en los primeros días de marzo fue citado por Javier Mascherano para entrenar con la Selección Argentina sub 20 en el predio de Ezeiza.

“Cada vez que iba a practicar con el seleccionado pensaba: ´¿cuándo llegará el día que me ponga la camiseta oficial y me toque cantar el himno?´ Si ese día el corazón me aguanta, y si la vida me da hijos y nietos, les voy a poder decir ´yo estuve ahí´. No pido un Mundial, me conformo con un torneo cualquiera, un amistoso, lo que sea...”, declaró el volante revulsivo que aguantó patadas de todo tipo cuando se empezó a mezclar con categorías más grandes siendo infantil de Vista Alegre.

“Ahí empecé, y como era corajudo me ponían en equipos de dos, tres y hasta cuatro divisiones más grandes que la mía. Jugábamos en canchas durísimas, de arcilla pura, pero en Vista Alegre me enseñaron que al fútbol había que disfrutarlo y que el rival era solo eso, un rival, y no un enemigo”, señaló desde el departamento donde vive, en el centro de Avellaneda, a cinco cuadras del Libertadores de América.

“Te cuento algo, estoy más cerca del estadio de Racing que el de Independiente”, confió quien de Vista Alegre (su historia empezó en esa entidad, cuando tenía 5 años) pasó a La Armonía, donde permaneció hasta sexta división, cuando llegó la famosa prueba en Independiente y el “te quedas” del por entonces “cazador de talentos” Fernando Berón, quien puso los ojos en él cuando lo vio tocar la pelota por primera vez.

“Eso fue después de la pandemia, en 2021. Ese año solo entrenaba con mi categoría, la quinta, y vivía en la pensión. En 2022 me empezaron a convocar a la Reserva y a la temporada siguiente salimos campeones del torneo Proyección, como se lo denomina ahora, ganando 2-1 en cancha de Lanús”, indicó, con pensamientos que surgían al instante, el tercero de cuatro hermanos: Nicolás, Matías, después viene él y el último es el gurrumín Jeremías.

Para el título en Reserva, que todavía dirige el ex defensor del Rojo Pedro Damián Monzón, aportó 8 goles en 23 partidos, siendo el segundo máximo artillero del equipo.

--¿En que puesto estás jugando?

--De doble 5, pero más adelante que el de contención. A veces Pedro me ubica como volante interno por la derecha; la idea siempre es que juegue suelto y tenga fluido contacto con el balón.

--¿Qué es y cómo es el mundo Independiente?

--Los socios y los hinchas bancan a los pibes del club, y es lindo que te reconozcan con una palabra de aliento o que te digan “Lautaro, te quiero ver con la del Rojo en Primera”. Ahora no me reconocen tanto, pero seguidores que no sé quienes son me mandan mensajes o me dan consejos por el WhatsApp o me escriben en las redes sociales.

“Con la Reserva venimos jugando seguido en el predio de Villa Domínico, pero el año pasado lo hicimos mucho en el estadio, en la previa del partido de Primera, y es mágico el contacto que surge con el hincha, ya sea por el aliento o por el aplauso en jugadas bien armadas que hace el equipo o en acciones intrascendentes. Muchos van dos horas antes para vernos a nosotros, y eso, al menos a mi, me llena de orgullo”.

--Sos un “diablito” más.

--No me hice hincha, pero le tengo un gran cariño. Estudio en el Instituto CAI (5° año, turno tarde, Sociales), que pertenece a la institución, en la pensión me orientaron para tener una vida ordenada y acorde a un futbolista profesional y los dirigentes del Fútbol menor y los entrenadores que tuve me piden que no afloje, así que con Independiente, que es el que moldeó lo que soy hoy, agradecido de por vida.

“Vista Alegre fue el principio, en La Armonía formé mi carácter y fue donde decidí a apostar por esta profesión, mientras que a Olimpo (estuvo un año, 2019) le deseo lo mejor siempre. Ojalá ascienda porque tengo amigos que lo siguen con una gran ilusión”.

--¿2019?, el último año del aurinegro en las menores de AFA.

--Sí, pero fui en la etapa donde ya había dejado de participar en los torneos de AFA, en el segundo semestre. No me gustó. En el plantel había cuatro centrodelanteros, me hacían rotar con ellos, por lo que jugaba un partido por mes y algunos minutos cuando decidían ponerme en algún otro. Había muchos pibes, no podían ver a todos, y como no conseguía continuidad me volví a La Armonía.

Admirador del español Xabi, cuenta que “Mi estilo de juego es hacer jugar, y de mitad de cancha para adelante me gusta cambiar de ritmo. Trato de asistir a los delanteros para que anoten”.

 

Contrato garantido

“No sé a que tipo de arreglo se llegó con La Armonía por mi pase, ese tema lo maneja mi representante (Fernando López), pero lo que más quiero es que al club que me dio todo, a mi velezano querido, le ingrese dinero, no sé si ahora o por una futura venta. Sería un orgullo que 'Larmo´ pueda hacer algo, en la sede o en el predio, con plata que entró por una transferencia mía”, sentenció el “carasucia” egresado de la primaria N° 24 del barrio Maldonado.

Sobre la parte contractual, el presidente de La Armonía, Daniel Nóbile, aclaró: “Como Millan firmó contrato con Independiente, nosotros también sellamos un acuerdo con el representante del jugador: recibir un 15 por ciento de una futura venta. Será solo por única vez y al destino que sea, en nuestro país o al exterior, es indistinto, aunque en cada contrato que cierre a futuro vamos a cobrar, siempre, el 5% por los derechos de formación”.

Además, el máximo dirigente de la V azulada detalló: “el pase de Lautaro se hizo en forma definitiva, sin cargo, solo con el compromiso de que cobraremos el porcentaje que figura en el convenio, siempre y cuando Independiente lo venda a otro equipo”.

--Lautaro, ¿con qué te ilusionás?

--Con llegar a Primera. Considero que no estoy lejos en lo que respecta al juego y a la preparación mental, aunque por ahí todavía me falta acostumbrarme al roce y a la intensidad con la que se juega en el fútbol mayor. En Primera, un error tuyo genera una situación propicia de gol para el adversario, por eso hay que estar atento y conseguir un grado de concentración altísimo”.

“Voy atrás de una gran ilusión, pero el que más ganas tiene de que yo de el salto es mi papá (Pascual). Está todo el día preguntando como me fue, se emociona cuando me habla por teléfono y dice que espera ansioso el 'gran´ día. La vuelve loca a mi mamá (Natalia Miranda), pero bueno, me dicen que son felices por el momento que me toca vivir y eso me deja tranquilo a la distancia”.

Considerado la “joyita” por el aficionado del Rojo, cada vez que se presenta en el verde césped del Libertadores de América es ovacionado y se multiplican los pedidos para que sea convocado al plantel profesional.

“Ahora con la Reserva (en el actual certamen, donde Independiente acaba de perder el clásico ante Racing 3-2 y marcha en la cuarta ubicación, Lautaro acumula 7 presencias y no marcó goles) jugamos casi siempre entre semana, pero cuando vamos al estadio, te puedo asegurar que se mueve, los hinchas alientan a morir y te brindan una motivación extra”.

En Independiente hablan de su inspiración a la hora de llevar y dominar el balón con ambos pies y que tiene todo como para triunfar, pero el pibe con alma de grande prefiere ser cauto: “Lo hablo bastante seguido con el psicólogo del club. Creo que a mi, como a muchos chicos con proyección, nos van llevando de a poco; si te apurás, lo que pretendés puede salir mal. Que la chance llegue cuando tenga que llegar”.

Con respecto a una futura citación para el sub 20, aventuró: “se puede dar después de los Juegos Olímpicos (de París), porque el técnico del sub 23 argentino que participará en esa competencia también es Mascherano. Además, en enero de 2025 se va a disputar el Sudamericano de la categoría en Perú (con sede en la ciudad de Arequipa, la segunda más poblada del país andino) y hay que prepararse en la segunda parte de este año”.

--Ojalá puedas estar.

--Uhhh... (en ese momento se escuchó, lejos del teléfono celular, a su hermano Nicolás, quien se encuentra viviendo con él en Buenos Aires: “va estar, dalo por hecho”). Capaz que sea la oportunidad de ponerme la albiceleste y de cantar el himno... ¡Qué lindo sería!

Millán y Jonathan De Irastorza, bahienses y de Selección.

En la pasada convocatoria, Lautaro compartió la práctica con su compañero de Independiente, también bahiense y de la misma divisional: Jonathan De Irastorza. "Zamba", como lo apodan. Llegó al Rojo –en 2018-- desde Tiro Federal, aunque en el ámbito liguista también jugó en Libertad, Carasucias y Olimpo. Se desempeña como lateral izquierdo y también es parte de la Reserva que dirige Pedro Monzón.

--Además de la de Independiente, ¿en que otra cancha del fútbol argentino te gusta jugar?

--En la de Lanús me fue siempre bien. Ahí, el año pasado salimos campeones. Fue un día con lluvia, una final intensa, ganamos 2-1 y me eligieron jugador del partido.

--¿Tuviste la posibilidad de hablar mano a mano con Mascherano?

--No, aunque cuando hicimos fútbol en las prácticas me dio muchas indicaciones y algún consejo sobre el puesto que él conoce a la perfección. Después de un entrenamiento me dijo: “vos tenés que jugar, hacer lo mismo que hacés en tu equipo, que en definitiva fue lo que te trajo a la Selección. Lo que no sabés, no lo intentes, enfocate en lo que más confianza te da”. Un capo.

 

Un “baile” infernal

Cuando “Lauta” tenía 14 años, sufrí una humillación futbolística que todavía hoy me cuesta olvidar. Y cuando le pregunté, el también se acordaba. No recuerdo el día, pero fue a fines de 2019, yo dirigiendo (junto a mi amigo Agustín Idiart) a Ferro Expreso Pampeano en la Liga Comercial y él jugando para Ca.Na.Pi, equipo que hoy ya no es parte de los torneos amateur.

El Ferro estaba perfilado para ser campeón a cuatro fechas del final, pero fue derrota 3-0 con baile incluido, de este pibito, que en ese entonces iba a la “Comercial” cuando no le programaban partidos los sábados con las menores de La Armonía.

“Creo que hice los tres goles”, se largó a decir.

--Sí, no te podían parar, incluso en un gol gambeteaste hasta el arquero y te metiste con pelota y todo dentro del arco.

--Solo me acuerdo que les c... el título, porque los equiparó Carnicería La Tradición, que después salió campeón.

--No me hagas acordar.

--A los 13 años, cuando terminaba de jugar con La Armonía, me sumaba al equipo de mi papá en los Relámpagos de la “villa”, con la camiseta de Arica (la cancha estaba en Manuel Molina y Santa Cruz). Los torneos siempre los peleábamos con “El Bahiense”, un club de barrio emplazado en el corazón de Nocito.

“Y en Vista Alegre, cuando tenía 8 me ponían a jugar con los de 14. El técnico era el 'Cabeza´ (Fabián Vera), quien le había pedido permiso a mi papá para que yo pueda ser parte de la categoría ´99, que tenía buen equipo. Y como me adapté enseguida me quedé jugando con ellos”.

--Supongamos lo siguiente: llegás a Primera y cobrás el primer sueldo, ¿cuál sería el destino del dinero?

--Se lo voy a dar a mis padres para que empiecen con la reforma de la casa donde viven y también para que saquen a pasear y a comer a mi hermanito más chico (Jeremías, de 10 años) y a mi sobrino (Bautista, de 9, hijo de Nico), quien vive con mi mamá y mi papá.

“Y si llego a firmar contrato con alguna marca deportiva, los primeros botines que me den, más algunos que pueda comprar, se los voy a mandar a los chicos de Vista Alegre que no pueden entrenar porque ni zapatillas tienen. Nunca me voy a olvidar de donde salí, esta historia, linda por cierta, empezó en la Escuelita de Vista Alegre, cuando yo tenía 5 años”.