Bahía Blanca | Martes, 30 de abril

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El futuro llegó: cuando la máquina del tiempo pasó por Bahía Blanca

Durante cuatro días de enero de 2012, el legendario automóvil DMC DeLorean de la película "Volver al futuro" estuvo estacionado en pleno centro de la ciudad. Y ésta es la historia.

Archivo La Nueva.

Son casi las tres de la tarde del miércoles 18 de enero de 2012, y las calles del centro están prácticamente vacías, en buena medida por la temperatura, que alcanza los 35 grados, sin considerar la sensación térmica.

Pese al agobio que impone el calor en el ritmo de la ciudad, unas 500 personas se amontonan alrededor de un automóvil plateado que se exhibe dentro de un comercio en la primera cuadra de O´Higgins.

Se trata de una cupé de acero inoxidable con dos puertas alas de gaviota. Un diseño inequívocamente surgido desde un tablero de dibujo de los años 80.

La mayoría le toma fotos con sus celulares desde todos los ángulos posibles, buscando conseguir imágenes que presumiblemente estarán publicadas pocas horas después en sus redes sociales.

Otros tocan la carrocería con respeto, casi con veneración, como si quisieran comprobar que se trata de un objeto real, y algunos, más suspicaces, prefieren asomarse lo más posible a su interior, intentando repasar cada uno de los detalles de la cabina.

No es para menos el interés.

El objeto al que todos rodean es un DMC DeLorean de 1982 que fue modificado para convertirse en una réplica exacta del vehículo-máquina del tiempo que conducen Marty McFly (personificado por Michael J. Fox) y el científico Emett Brown (Christopher Lloyd) en Volver al futuro, la mítica saga cinematográfica dirigida por Robert Zemeckis, en la cual los personajes transitan múltiples aventuras a lo largo de 1885, 1955 y 2015.

Ahí están, tal como se los recuerda, el "condensador de flujo", un generador de energía que permite realizar los viajes temporales, el velocímetro que indica las 88 millas por hora (141,6 km/h) necesarias para iniciar la travesía, el programador de fechas para elegir la época de destino, e incluso el antiguo reloj dorado que los protagonistas deben utilizar en la primera película como repuesto improvisado.

A un costado del auto, sonriente, se encuentra el escultor norteamericano Oliver Holler, el dueño de la "criatura", como le gusta llamar a su auto.

"Vi la película en el cine, poco después del estreno en 1985. Y fue amor a primera vista. Recuerdo que salí de la sala y tuve la certeza, como muchos, de que quería tener mi propio DeLorean para viajar a través del tiempo. La diferencia con el resto es que el entusiasmo me duró ¡Y entonces armé una réplica exacta!", exclama con una carcajada amplia, satisfecha, como la que tienen todos aquellos que lograron completar un desafío personal.

"Lo buscamos con mi esposa Terry durante mucho tiempo para comprarlo y, cuando finalmente lo conseguimos en 2001, empezamos de inmediato a convertirlo en la máquina del tiempo. Fabricamos todos los componentes nosotros mismos, basándonos en las imágenes de la película. Quisimos hacer realidad el sueño y lo logramos", detalla Oliver, quien también realiza tours guiados por los lugares embrujados de Carolina del Sur.

Fue tan notable el trabajo de recreación artesanal que realizó sobre cada parte del auto que Universal Studios -dueña de dos de los tres DeLorean de la trilogía que aún existen- lo avaló para presentarse en ferias, convenciones y publicidades por todo el mundo como vehículo oficial de las películas.

Y en medio de un tour promocional por todo el país, el auto de Volver al futuro llegó a Bahía Blanca.

"Al principio, sólo conocimos Buenos Aires, que es una ciudad realmente muy linda. Pero ahora, gracias a esta gira, tenemos la posibilidad de experimentar cómo son otras partes del país, y la verdad es que todo lo que estamos conociendo nos gusta mucho. En especial cómo es la gente. Muy amigable, apasionada y con muchos conocimientos sobre las películas", remarca.

Oliver invita a mirar de cerca el interior del De Lorean, que se mantiene con todas las luces del tablero encendidas, como si estuviera listo para que Marty y el Doc Brown lleguen corriendo al local, dispuestos a emprender otro viaje en el tiempo.

Si cualquier fanático tuviera que hacer una rápida selección de los vehículos más emblemáticos de la historia del cine y la televisión, el auto de Volver al futuro estaría en primerísima fila, junto al Batimóvil de los 60, el "General Lee" de Los Dukes de Hazzard, el "Mach 5" de Meteoro y "KITT" de El auto fantástico.

Una verdadera celebridad que, por cuatro días, estuvo estacionada en pleno centro bahiense.