La Sociedad Sportiva estrena canchas
Las canchas de tenis se habilitaron antes que el edificio social pensando en su mejor cuidado.
Es periodista, ingeniero civil y docente de la Universidad Nacional del Sud en materias relacionadas con el Patrimonio arquitectónico y el planeamiento urbano. Ha publicado notas en revistas Vivienda, Todo es Historia, Obras & Protagonistas y Summa +. Participa en varios micros radiales referidos a la historia de Bahía Blanca. En dos ocasiones recibió primera mención por parte de ADEPA en el rubro Cultura e Historia.
Hace 100 años, en octubre de 1924, la Sociedad Sportiva realizó la habilitación parcial de sus instalaciones de la avenida Alem y San Juan.
Apenas un año antes, un grupo de vecinos decidió crear un club que “ofreciera confort y espacio a los amantes del tenis”, para lo cual se reunieron, entre otros, Florentino Ayestarán, Francisco Cervini, Norman Geddes y Modesto González Martínez. Descartada la alternativa de mejorar alguno de los clubes existentes –como el Verein Teutonia, el Bahía Blanca Lawn Tennis o el Círculo Lawn Tennis-, se impuso la idea de construir una sede propia.
Se realizó una suscripción y se compró una quinta de 22 mil m2 en avenida Alem y San Juan. Allí, el ingeniero Adalberto Pagano proyectó un atractivo chalet.
En octubre de 1924 se informó a los socios que a mediados de mes quedarían libradas al uso las canchas de tenis, anticipándose a la terminación del edificio social ya que una huelga de albañiles venía demorando su construcción. Por eso se decidió habilitar las seis canchas disponibles “para su mejor conservación”. De todos modos se aclaró que no se debía tomar esa apertura como una inauguración. También se anticipó la pronta habilitación de dos canchas de básquet.
Aquella primera jornada hubo varios partidos, muy animados, seguidos con interés por la concurrencia, en un día primaveral que dio brillo a la presencia de distinguidas familias.
Finalmente el club habilitó su sede en junio de 1925. “Tenemos nuestro local -dijo el presidente de la institución, Dr. Ayestarán- para ejercitar nuestras aficiones deportivas. Es necesario, pues, empezar a vivir”.
La Sociedad Sportiva ocupó ese lugar hasta 1949, cuando sus dependencias le fueron expropiadas por la provincia para ser parte del Instituto Tecnológico del Sur. Ese mismo año la entidad adquirió el palacete Bañuelos, en Florida y Witcomb.