Bahía Blanca | Viernes, 17 de mayo

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El aeropuerto local recupera pasajeros, pero sigue lejos de sus mejores momentos

Entre los meses de enero y diciembre últimos por la terminal bahiense pasó un total de 253.000 pasajeros, un 30 % más que a lo largo del año 2022.

La Aeroestación Civil se ubica en el puesto número 20 a nivel nacional. / Fotos: Pablo Presti-La Nueva.
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Audionota: Juan Ignacio Zelaya

Una expresión acorde para titular esta nota podría haber sido: “El aeropuerto bahiense comienza a levantar vuelo”.

Será la manera de dar cuenta del interesante incremento en la cantidad de pasajeros que experimentó en 2023 la aeroestación civil Comandante Espora en relación a 2022 y cuyo número quintuplica los valores que —pandemia por el COVID-19 mediante— marcaron el piso del lugar durante 2020 y 2021.

Sin embargo, los valores actuales no terminan de convencer a los administradores de la terminal aérea, ya que siguen lejos —un 50 % por debajo— de los registrados anteriores a la mencionada crisis sanitaria.

De acuerdo a los datos publicados por la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), entre enero y diciembre de 2023 pasó por la terminal bahiense un total de 253 mil pasajeros, un 30 % más que a lo largo de 2022.

Esta cantidad la ubica en el puesto número 20 a nivel nacional, en un listado donde la más concurrida es Aeroparque (AEP), con 12 millones de pasajeros anuales, seguida por Ezeiza con 3,1 millones.

En los siguientes puestos se ubican aeropuertos ubicados en ciudades de gran oferta turística y de carácter internacional, como lo son Bariloche (2,4 millones de pasajeros en 2023); Córdoba (2,4 millones) y Mendoza (1,9 millones).

La situación local

El aeropuerto bahiense fue concesionado —en 2008— a la empresa Aeropuertos Bahía Blanca SA (ABBSA) por un plazo de 25 años. Hasta entonces, y desde 1979, era operado por la Municipalidad.

Aquel primer año en manos privadas el movimiento era de apenas 82.000 pasajeros anuales, con la particularidad de tener una única ruta: Bahía Blanca-Aeroparque.

Cuando ABBSA inauguró las nuevas instalaciones del lugar, en junio de 2009, participó del acto la presidenta de la Nación Cristina Fernández de Kirchner, quien se sorprendió al tomar conocimiento que, desde hacía tiempo, no había más vuelos desde nuestra ciudad hacia la Patagonia.

En diez años el funcionamiento del lugar se modificó de manera sustancial, al punto que sumó ocho nuevos destinos —entre ellos Bariloche, Córdoba y Mar del Plata— y llevó la cantidad de pasajeros, en 2018, a 457.000. Ese número es, precisamente, el que provoca que los actuales 253.000 usuarios no alcancen a colmar las expectativas del concesionario.

Actualmente, se producen entre 5 y 7 operaciones diarias de vuelos de línea comercial (sin considerar los privados). En los mejores momentos, se llegó a un promedio de 12 vuelos por día.

Dos compañías operan en la actualidad: Aerolíneas Argentinas y Líneas Aéreas del Estado (LADE). Y los destinos disponibles son Buenos Aires, Mar del Plata, Trelew, Comodoro Rivadavia y Bariloche, entre otros.

De acuerdo a fuentes del ANAC consultadas, las posibilidades de sumar más destinos y vuelos siguen siendo compleja, ya que no se trata de una ciudad, Bahía Blanca, donde el aspecto turístico no conforma un atractivo. “Es una ciudad de negocios”, detallan.

El vuelo nocturno cambió la dinámica en Espora.

La realidad es que la única ruta reconocida como importante por la ANAC es la de Bahía Blanca-Aeroparque (AEP), con 206 vuelos anuales y un 86 % de promedio de ocupación.

Su uso se ha incrementado —en parte— por los precios de los pasajes, los cuales con promociones, planes de pago o compra con antelación los colocan muy cerca de los que maneja el transporte terrestre.

También ha ayudado la recuperación del denominado vuelo nocturno, que sale de Aeroparque a última hora del día y permite a muchos usuarios desarrollar una jornada de trabajo en Buenos Aires y regresar el mismo día, evitando gastos de estadía.

Cielos abiertos

El nuevo decreto de necesidad y urgencia presentado por el presidente de la Nación, Javier Milei, incluye modificaciones a la actual política de vuelos.

Por un lado, permitir que empresas extranjeras realicen vuelos de cabotaje, siempre y cuando el país de origen de la compañía permita lo propio a líneas aéreas argentinas.

La norma elimina, además, la política de precios mínimos que permitía al Estado establecer un piso para el valor de los pasajes.

Esto podría derivar —según algunos especialistas— en una baja de los precios.

También se eliminó la obligación de otorgar a Aerolíneas Argentinas, al menos, el 50 % de las rutas de cabotaje y se habilitó la cesión de la empresa estatal a sus trabajadores.

Denominada política de cielos abiertos, la idea del presidente Milei es modificar la ley que regula la actividad y que a su criterio “imponía muchas prohibiciones para volar y le daba a Aerolíneas Argentinas un lugar central como ejecutora de la política aerocomercial”.

Una de las modificaciones dispone que “las tarifas son libremente dispuestas por las empresas y sin ninguna restricción”, lo cual elimina los precios mínimos que imponían límites a los pasajes ofrecidos por las líneas denominadas low cost.

De acuerdo a algunos entendidos consultados, la posibilidad de contar con mayor oferta de vuelos dependerá igualmente de que el mercado sea atractivo y que mejore la actividad económica.

Por otro lado, los corredores que no sean rentables podrían ser licitados y subsidiados para garantizar un piso mínimo de prestación.

Para comparar: ¿cuáles son los valores?

Tiempo y dinero son dos de los componentes vitales que se consideran al momento de definir un viaje.

Hoy, trasladarse desde Bahía Blanca a Buenos Aires en ómnibus supone un costo (pasaje de ida) de entre $ 44.150 y $ 58.700 (semicama o suite), para un viaje directo de 8 horas.

El pasaje en avión —que varía de acuerdo al día y a la anticipación con el que se adquiere— oscila entre $ 97.714 y $ 115.637, para un recorrido de poco más de una hora.

Realizar el viaje en automóvil, a una velocidad adecuada que permita un consumo medio de 10 litros cada 100 kilómetros, supone un gasto de $ 58.000 en combustible.

Finalmente, la alternativa por lejos más económica está cerca de cumplir un año fuera de servicio.

La referencia es al tren, cuya prestación fue cancelada en marzo de 2023, luego de producirse el descarrilamiento de una formación de pasajeros a la altura de Olavarría, sin que desde entonces se tenga indicio alguno de su rehabilitación.

Al momento de su cancelación el pasaje era de $ 3.890 en primera y de $ 11.350 en camarote. Tomando el valor del dólar de ese momento ($ 393) y el actual ($ 1.050), se podría referir que los pasajes costarían hoy $ 9.900 y $ 11.350 respectivamente, para un viaje estimado de 19 horas con diez paradas intermedias.

Detalles en el preembarque

El aeropuerto de Bahía Blanca fue el primero del país en ofrecer vuelos de cabotaje.

Fue inaugurado en noviembre de 1929 en terrenos ubicados en Villa Harding Green por la empresa de capitales franceses que tomó el nombre de Aeroposta Argentina SA.

La denominada Ruta Patagónica tenía a Bahía Blanca como punto de partida y llegaba a Comodoro Rivadavia, con escalas en San Antonio Oeste y en Trelew.

En el año 1971 la terminal se mudó a su actual ubicación y, en 1979, la Provincia la traspasó a la administración municipal.

El predio que ocupa comprende 1.082 hectáreas, dentro del cual también se encuentra la Base Aeronaval Comandante Espora.

Posee tres pistas, una pasarela telescópica, una plataforma comercial e instalaciones de uso civil y militar fuera de la concesión.