Bahía Blanca | Miércoles, 08 de mayo

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Sobre la "generación diezmada"

Basta de seguir escondiendo las muertes de lesa humanidad provocadas por la hoy llamada “generación diezmada”.

   En lugar de festejarse el 25 de mayo de 1810, esta vez se llenó la plaza con otro fin: recordarnos que pertenecer a la runfla de guerrilleros que ponían bombas y mataban civiles ya no es haber sido un terrorista, sino formar parte de “la generación diezmada”. Mirada bizca. Ese día hubo graves omisiones: la lista de miles de inocentes muertos por parte de terroristas en plena época del gobierno democrático, a los que Victoria Villarruel identifica en su libro “Los otros muertos”. 

   Aquí hubo una guerra. Perón no podía darles el gusto de declararlos combatientes. Por eso, los declaró delincuentes comunes, que querían un asentamiento territorial en Tucumán para constituir un gobierno en el exilio. Los expulsó de Plaza de Mayo y jurídicamente los escrachó como irregulares. Podían ser ejecutados donde se los encontrara. Por eso, al morir el presidente Perón, el Operativo Independencia en Tucumán, ordenado por María Estela Martínez de Perón. Por eso se oculta que fue la primera mujer presidente del mundo. 

   Figurar en la ex ESMA como desparecido cuando se fue muerto en combate contra el Ejército en operaciones legitimadas por un Gobierno Constitucional es una falsedad histórica. Basta de seguir escondiendo las muertes de lesa humanidad provocadas por la hoy llamada “generación diezmada”, so pretexto de que combatían contra una dictadura. Lo hicieron contra el gobierno constitucional de “Perón-Perón”, y puedo decir sin eufemismos que ellos son los que allanaron el camino al golpe del 24 de marzo del 76. 

   Basta de mentir y encubrir como jóvenes idealistas a los que directamente fueron asesinos de José Rucci (CGT). Más muestras de esta esquizofrénica óptica: Pancho Olivera que, junto a su esposa Nora -hija de una novia de Bernardo Neustadt- murieron combatiendo en San Juan. Hay casos como el de 3 “desaparecidos” -según la lista de la CONADEP- por los que el brigadier Graffigna fue enjuiciado y preso de por vida por la supuesta desaparición de Patricia Julia Roisenblit. Se la puede buscar y hallar en el padrón electoral y se encontrará que tiene actual domicilio en San Juan 3383–CABA.

   Pero también “resucitaron” los padres “desaparecidos” del diputado Juan Cabandié. Tengo bien en claro que a Videla y su dictadura la trajeron los Firmenich, quien, al igual que Galimberti, se reunía con Massera en París para preparar el golpe que derrocaría a Isabel Perón. Montoneros expulsados de Plaza de Mayo por el Presidente Perón, el ERP con su Jefe Gorriarán Merlo, son los que con sus ataques asesinos trajeron la excusa del derrocamiento de Isabel y abrieron la noche aciaga para el festín de sangre y muerte del Operativo Cóndor, que tiraba argentinos desde el aire al mar. 

   ¿Generación diezmada? Hubo miles de civiles, incluyendo mujeres y niños, que en plena democracia fueron asesinados por esta horda amnistiada por Cámpora en 1973. Visión esquizofrénica que ha dejado huérfanos de todo reconocimiento a los soldaditos que defendieron la toma del Cuartel de Formosa, o las inocentes esposas de militares asesinados, o torturados en cárceles del pueblo como el coronel Larrabure de Azul; o crímenes cometidos por la madre del precandidato, que asesinó a Paula Lambruschini, o a la niña Maria C. Viola, de tres años, muerta junto a su padre, el capitán Viola, en Tucumán el 1-12-74; o docentes como el profesor Carlos Sacheri a la salida de Misa en 1974. O la del Padre Mujica -asesinado por Montoneros según testimonio de Cafiero padre-: valientes de Dios y de la Patria.