Queti: entre la felicidad, la no felicidad y el premio para un equipo que hizo historia

Mikel Iñurrategui

minurrategui@lanueva.com

Unos minutos antes del final y ya con Napostá disfrutando de manera anticipada del título, el entrenador de San Lorenzo, Claudio Queti, mandó a la cancha a Nahuel Diez, antes había hecho lo propio con Alejo Agulló, Luciano Fortelli y Esteban Benedetti, quienes se sumaron a Franco Ferrari.

A Alejo, que jugó hace ya tiempo con un dolor en su mano derecha y haciendo un gran esfuerzo para poder estar en cancha, le pidió que lo disfrute. Al Pana y a Lucho, casi como un guiño, los mandó juntos, como andan en la vida. 

Después, una vez consumada la derrota, recibió las felicitaciones y el agradecimiento de sus jugadores, hinchas, allegados, dirigentes y también de su familia. Nahuel, en tanto, con algunas lágrimas en los ojos le señaló y agradeció por lo que habían alcanzado, aunque no se les dio en la final.

Es que pese a que el final no fue el soñado, el camino de San Lorenzo fue maravilloso: desde segunda división a subcampeón de Primera. Y eso también se valora.

"Los mandé a ellos a la cancha porque fue el equipo que ascendió y fueron los mismos que llegaron hoy a esta final. Merecían terminar adentro de la cancha y quería dárselo como un premio", contó Claudio, mientras el Antonio Palma se preparaba para premiar a los mejores de la temporada.

"Les dije a los chicos que sigan -agregó-, que sigan marcando y cierren como todo el año, que hicimos un torneo excelente. Aunque ya estábamos vencidos y nos ganaron muy bien. Estoy feliz de la campaña que hicimos y no tan feliz por no haber podido llegar al cuarto partido", reconoció el DT.

Cuando pasen los días y el espíritu ganador le de paso a la razón, Claudio y todo San Lorenzo terminarán de caer y empezarán a disfrutar de haber llevado al club a un lugar en el que nunca había estado en sus 95 años de historia. Con un equipo con muchísimo sentido de pertenencia y que escribió una de las páginas más importantes del club y, por eso, se ganó el reconocimiento y el respeto de propios y extraños.

"Es verdad, con el correr de los días iremos disfrutando de lo que se consiguió. Igual en las finales querés venir a ganar pero enfrente había un gran equipo, que no podías fallar en nada porque te lo hacían pagar. Hicimos un gran primer tiempo y ya después nos costó bastante. El segundo tiempo ellos jugaron mejor, más fuertes, y nosotros no estuvimos tan bien ahí. Después donde tecleas un poquito contra ellos, perdés", admitió Claudio.

Y se fue tranquilo... No podía ser de otra manera después del inolvidable año que tuvieron.