Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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La belleza de una mansión, el encanto de lo moderno: dos obras clásicas al alcance de la mano

En un mercado inmobiliario complejo y caótico como el actual, dos singulares viviendas de la ciudad se encuentran en venta. Una casona señorial y un segundo piso en un edificio de diseño. Dos estilos, dos propuestas distintas, el encanto como denominador común.

Podría ser una suerte de contrapunto. Una compulsa entre dos maneras de habitar.

Desde hace un tiempo están a la venta dos viviendas significativas de la ciudad. Una de ellas, una mansión señorial de aires franceses, construida en 1928 por Gabriel Ganuza Lizarraga en Güemes y Gorriti. La otra, un piso en el primer edificio de la ciudad y de de los más valorados por su arquitectura, en Portugal y Zeballos, “detrás del teatro Municipal”.

Dos propuestas arquitectónicas diferentes, una vivienda barrial, una propiedad horizontal. Cuestión de gusto, de costumbres, de formas. 

Una casona que maravilla

"Los patios y su antigua certidumbre,/los patios cimentados/en la tierra y el cielo./Las ventanas con reja/desde la cual la calle/se vuelve familiar como una lámpara". Cercanía. Jorge Luis Borges

“Distinguida propiedad, con una impronta única. Detalles de época que le imprimen al inmueble una distinguida belleza”. Precisa y gráfica la publicación que promociona la venta de la casona construida en 1928 por Gabriel Ganuza Lizarraga, en un terreno de esquina, de diez metros sobre Gorriti y otros diez sobre Güemes.

Ocupa 221 m2, organizados en dos plantas. Está retirada de la línea municipal sobre Gorriti, con un jardín al frente, un par de jarrones marcando el acceso con tres escalones revestidos en mármol de Carrara. Conducen a una doble puerta de madera y vidrio y una enredadera que cubre el muro de la planta baja.

Un hall distribuye al salón, al living, baño, comedor y cocina. A eso se suma un pequeño y cálido patio. En la planta alta los dormitorios, sanitarios, un escritorio y un jardín de invierno. Los interiores son señoriales, con la calidez de los pisos de madera y las baldosas de diseño. Algunas de las paredes empapeladas, los ambientes se adivinan amplios.

Una belleza verla desde la calle y una oportunidad de recorrerla a partir de su publicación en un portal inmobiliario. Una obra que jerarquiza el paisaje, una belleza sin tiempo.

El primero de todos, racional y art decó

“La arquitectura da vida a los materiales inertes al relacionarlo con el ser humano. Concebida así, su creación es un acto de amor”. Arquitecto Walter Gropius, Fundador y primer director de la escuela Bauhaus

La otra oferta se refiere a un departamento de 150 m2, segundo piso ascensor “en el emblemático edificio “Dr. Carlos E. Cisneros de Zeballos y Portugal”, un lote en esquina de ajustadas dimensiones en uno de los sitios más hermosos de la ciudad, frente a la plazoleta Payró, “detrás del teatro Municipal”, según se describe.

Es el primer edificio en altura local con la estética de esa tipología edilicia. Fue construido en 1936 según un proyecto del ingeniero Guillermo Martín, del estudio del ingeniero Marseillán.

Su diseño de líneas modernas, carente de toda moldura y ornamento, de paredes blancas y lisas, es propio del espíritu de la escuela alemana Bauhaus. Una propuesta innovadora, a través de un estilo que buscaba ser el reflejo de los nuevos tiempos, de la época de la máquina. Pero además era pura modernidad: garajes individuales, conexión para radio, incinerador, heladera en cada unidad, un ascensor Otis que es una maravilla y un jardín en la esquina, en sintonía con la plazoleta y con el incipiente barrio jardín que se buscaba generar.

El departamento tiene un balcón resuelto con líneas art decó, con barandas de aluminio y una terminación curva, propia de estilo náutico. Un interior con pisos de pinotea, ambientes amplios, abundante luz, dos dormitorios. Tanto el acceso desde la calle, con dos puertas de madera y vidrio, como los espacios comunes hacen del lugar un sitio para disfrutar en su totalidad.

Buena madera

Los inmuebles –cuyos precios oscilan entre 140 mil y 220 mil dólares— llevan un tiempo en venta. No son tiempos fáciles para las transacciones inmobiliarias en general. Pero esta nota no pretende promocionarlos, sino aprovechar esta circunstancia para conocerlos un poco más. Porque en ellos la arquitectura se expresa de buena manera y son obras que muchos disfrutarían vivir. En un maravilloso prólogo, Jorge Luis Borges expresó: “Ojalá seas el lector que este libro aguardaba”. Posiblemente estas dos obras también soporten con debida paciencia la llegada de su justo morador.

Posdata: Los hacedores

El edificio de Zeballos y Portugal fue un emprendimiento de Carlos Eusebio Cisneros, en tiempos en que no existía la Ley de Propiedad Horizontal con lo cual se podían alquilar las unidades pero no venderlas, es decir que existía un único propietario.

Cisneros nació en Dolores, Buenos Aires, en 1896. Abogado, se dedicó también a la docencia y a la política, siendo concejal, diputado nacional e intendente municipal. Falleció el 3 de junio de 1970.

La mansión de calle Gorriti fue construida por Gabriel Ganuza Lizarraga, nacido en Chacabuco, Buenos Aires, en 1886 y radicado en nuestra ciudad en 1903.

Era contador público y procurador nacional, además de un reconocido periodista, corresponsal de los diarios La Prensa y La Nación y fundador del diario local El Siglo, de Villa del Mar, en Punta Alta y de un prestigioso estudio jurídico. Falleció el 24 de spetiembre de 1972, a los 83 años de edad.