Bahía Blanca | Jueves, 18 de abril

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Ella fue perdiendo audición y hoy enseña Lengua de Señas para ayudar

Miriam Liliana Uribe tiene hipoacusia bilateral y da clases con un arancel mínimo para cubrir el costo de los materiales. Fue docente de Música, se recuperó de un ACV y usa audífonos.

Miriam Liliana Uribe transformó una experiencia dolorosa en solidaridad e inclusión. Fotos Pablo Presti-La Nueva.

Miriam Liliana Uribe nació oyente pero en febrero de 2021 comenzó a perder audición por factores genéticos (su padre y su abuela materna usaron audífonos) y hoy, con una sordera de más del 50% en ambos oídos (hipoacusia bilateral), decidió no quedarse de brazos cruzados y convertir su experiencia de vida en un aporte fundamental para la comunidad sorda. Por ello, está enseñando Lengua de Señas en su casa, cobrando un arancel mínimo, solo para cubrir los gastos de los materiales que utiliza en cada clase.

"Comencé a aprender Lengua de Señas Argentina hace aproximadamente 15 años mediante talleres de diferente duración aunque no siempre podía rendir y obtener los certificados por un tema de costos", contó quien gran parte de su vida trabajó como profesora de Música.

"Es muy importante que todos sepamos Lengua de Señas Argentina porque promueve la inclusión y genera empatía. Nos permite, a los que no escuchamos, no aislarnos y que nos hagan partícipes de la sociedad", destacó.

El pasado 13 de abril el Senado de la Nación aprobó y convirtió en Ley un proyecto que reconoce a la Lengua de Señas Argentina como un lenguaje natural y originario en todo el territorio nacional y destaca la importancia de su preservación y difusión, como parte del patrimonio lingüístico y cultural.

En este contexto Miriam aporta su grano de arena y ya cuenta con un grupo heterodoxo conformado por una maestra jubilada, empleadas de una pastelería local, una enfermera y una estudiante de abogacía, entre otras alumnas.

"Todavía no se oficializó la enseñanza en las escuelas ni en las carreras de docentes pero la obligatoriedad seré el próximo paso", destacó.

Con colegas de su paso por la docencia.

Con una gran sonrisa y mucha esperanza de mejorar la calidad de vida de más personas, Miriam abre las puertas de su hogar y de su corazón porque una luchadora jamás baja los brazos, por el contrario, convierte el dolor en oportunidades y solidaridad.

Su historia de vida: pasó por otras duras situaciones antes de perder audición

Hace casi 13 años, (el 13 de diciembre de 2010) Miriam sufrió un ACV (accidente cerebro vascular isquémico) y logró superarlo por su fuerza de voluntad ("lo puse todo") con la guía de su neurólogo Juan José Rayer y con el apoyo de su familia.

Lleva 42 años de casada con Alberto Jorge Hermida con quien tuvo dos hijos, Alejandro quien vive en Berlín (Alemania) y es profesor de tango y Anabella, quien vive en Bahía Blanca y tiene 2 hijas, Micaela, de 25 años y Camila, de 21.

Con sus hijos Anabella y Alejandro y su esposo Alberto.

En aquel momento crítico, cuando no tenía movimiento en sus brazos ni piernas y estaba sin habla, conoció a María López Osornio, su actual profesora de yoga.

"Ella fue mi motor de movimiento nuevamente", contó.

El 10 de febrero del 2011 su neurólogo le indicó que era momento de volver a trabajar y aún con movimientos reducidos y el habla lenta regresó a la escuela para dar clases de Música.

Cumplirán 43 años de casados en agosto.

"Cuando me di cuenta estaba nuevamente hablando y moviéndome de a poco en forma natural", comentó.

Su historia como profesora de Música comenzó cuando sus hijos tenían 7 y 8 años. Inició a dar clases en la Escuela N° 7 y luego en el Jardín Nº 940 (Barrio Maldonado) y en los jardines Picapiedras, Payasito Bailarín y Cenicienta.

Mientras  trabajaba en esta institución, entre 1993-1996, retomó y finalizó sus estudios secundarios y luego estudió Maestra Jardinera tres años en el Colegio del Solar.

Ejerció en Cenicienta hasta 2001 cuando esta institución cerró por la crisis económica y estuve desocupado. No obstante no se quedó quieta: hizo cursos de depiladora, reflexología y panadería.

En 2006 estudió Profesorado en Escuela Primaria EGB 1 y 2 en el Juan XXIII y se recibió en 2009. Allí ejerció en primaria hasta que se jubiló en 2017.

Antes de ser docente Miriam tuvo otros empleos: en su adolescencia trabajó en comercios, librería y heladerías, entre otros.

Hoy sigue muy activa. Está estudiando para obtener el Certificado de ASAM (Asociación  Sordos Ayuda Mutua) aunque ya tiene certificado avalado por el Consejo Escolar y Dirección General de Cultura y Educación.

También está estudiando de forma virtual desde hace tres años con Mónica Rosviar, de la ciudad de Córdoba, quien es Intérprete de Lengua de Señas y en la Municipalidad de Escobar.