Laura Cors contó lo que está buscando Bahía Basket en Primera
La DT se refirió al particular proceso de reclutamiento. "Sabemos que queremos ganar para permanecer, pero no por eso dejamos de valorar el proceso", dijo.
Ingresó en La Nueva Provincia en 1995. Trabaja en la sección Deportes y fue colaborador en Regionales y Locales de este mismo medio. Se especializa en básquetbol. Formó parte del staff de la revista Encestando y Zona de Básquet durante 10 años. Tuvo experiencia en el programa Radial Contrabásquet, en Radio La Red.
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Bajo el concepto de desarrollo, el común denominador que persiguió desde sus inicios Bahía Basket, los escenarios y realidades fueron cambiando. Es la misma organización, pero diferente, respecto de aquella que fue protagonista de la Liga Nacional, líder en la Liga de Desarrollo y hasta finalista de la Liga Sudamericana y de las Américas.
Hoy la mayor exposición competitiva se les presenta en el torneo de Primera local, donde marchan penúltimos, a siete fechas de finalizar la fase regular, que se reanudará el próximo 2 de marzo.
Laura Cors está al frente del equipo que, en principio y con un armado un tanto híbrido, se conformó para cumplir desde lo reglamentario, y que actualmente, en un período de transición, afronta la competencia eligiendo una modalidad poco tradicional.
“Lo más importante es que estamos haciendo un programa para chicos que se les complica jugar o entrenar en los horarios que habitualmente ofrecen los clubes. El mismo contempla la posibilidad de que ellos puedan seguir estudiando o trabajando y practicar deporte -explicó la entrenadora- sin importar si faltan a entrenar por estudio, o si no pueden jugar por el horario. El espacio lo tienen. Lo más importante es que se hizo un acuerdo entre Bahía Basket y la Universidad del Sur. La intención es que a los chicos se les facilite la posibilidad de jugar y estudiar".
—¿Cómo hacés dentro de este contexto para conformar un equipo con la presencia de Pepe Sánchez, Pipa Gutiérrez, chicos con nivel que tienen aspiraciones de tomar el básquet como carrera y otros que estudian y, cuando se lo permite el tiempo, van a entrenar o jugar?
—No es fácil, pero es un hermoso desafío. Todos los días entro en ese espacio donde hay diferentes inquietudes y trato de contemplar lo que cada uno viene a buscar y encontrar por un bien en común, que es el equipo. Sería más fácil que todos transitáramos el mismo camino, pero es como me pasó todo el tiempo en Bahía Basket: trabajar con dinámicas contraculturales. Hoy estoy en esta dinámica y lo acepto. Las variables, a veces, son completas. Creo que nos nutre.
—¿Cómo conviven con el resultado inmediato que exige la competencia?
—Tratamos siempre de gestionar el resultado. El jugador cuando pisa la cancha lo hace para ganar y nosotros, los entrenadores, también. Entonces, en ese famoso camino no estamos haciendo foco todo el tiempo en el resultado como fin, porque de esa manera si no ganamos vamos a frustrarnos y pareciera que todo lo que hacemos no sirve de nada. Hacemos foco en un montón de otras cosas, como hábitos deportivos; somos vectores de salud, entonces, que un chico pueda alimentarse bien, descansar bien y venir a entrenar todos los días, ya es el primer paso para decir que estamos ganando. Al margen de eso, en la segunda ronda, de los últimos cuatro partidos dos jugamos muy bien y perdimos y otros dos ganamos.
—¿Cuánto miran la tabla de posiciones?
—Los chicos y nosotros la miramos y sabemos dónde estamos. Pero no nos volvemos locos por la tabla. Sabemos que queremos ganar para permanecer, pero no por eso dejamos de valorar el proceso. Yo voy a seguir resaltando muchos aspectos de este proceso, por encima de ese resultado, aunque nos toque caer en la tabla. Sabemos cómo iniciamos este camino: no teníamos una Ferrari, entonces, si logramos mejorar ese auto, es para resaltar.
—Tener un par de jugadores como Pepe Sánchez y Pipa Gutiérrez, ¿los ilusiona en cuanto a conseguir triunfos necesarios para zafar?
—La única verdad es la realidad y sabemos que vamos a jugar por la permanencia. Me ilusiona el trabajo diario de los jugadores, me ilusiona que no falten a entrenar, la energía que le ponen, lo que mejoran semanalmente, ese es el fin. Acá la ecuación es sencilla: traes dos jugadores de renombre y te cambia el panorama, lo más difícil es hacer el trabajo de hormiga. El jugador también se ilusiona, y como pudieron verlo reflejado en el resultado, es doblemente satisfactorio esto que nos sucede. Venimos entrenando muy bien, el equipo se va poniendo a tono y tenemos ilusiones, pero nosotros tratamos de bajar las expectativas, porque después el golpe puede ser fuerte. Somos muy cautos y medidos en eso.
—Ya incorporaste la filosofía que te propuso Bahía Basket. ¿Esto significa que para estar en otro equipo tendrían que ofrecerte un método similar, o bien podrías amoldarte a lo tradicional?
—Qué buena pregunta, porque también me la hago... Siempre trabajé en formativas y esto que sucede en Bahía Basket, de apuntar al desarrollo, debería ser para todos así.
—Pero habitualmente no sucede...
—Es verdad. Y lo dice todo el mundo, en cada rincón y estamento; y se hace muy poco para revertirlo.
—El discurso existe, después hay que llevarlo a cabo, lo más difícil.
—Una pena, porque me parece que todo lo que es inmediato es efímero. Y es una realidad que no se trabaja en el desarrollo, sino en la inmediatez. Encontrar un lugar que, con un equipo de Primera se trabaja en el desarrollo, es casi como descubrir una aguja en un pajar. Y yo estoy en ese lugar. Si mañana me toca ir a trabajar a otro lado, ¡Uy, cómo me va a costar...!
—En las diferentes categorías que fueron participando y en este reinventarse de Bahía Basket, ¿cambiaron la metodología de trabajo?
—Cambio la cantidad del personal, porque antes éramos un montón y cada uno estaba abocado a un rol, eso hoy no se puede implementar, entonces, en mi caso me ocupo de más actividades, como filmar los partidos o scoutear yo sola... Es decir, más funciones de las que desarrollaba antes, pero que las hacés en cualquier club. Hay un poco más de autogestión en lo que es el gimnasio, pero tenemos ayuda de preparadores físicos dentro del Dow Center. Respecto del entrenamiento no cambió mucho, sí el personal. Nos costó muchísimo la parte de la cantidad de jugadores, porque hubo muchos entrenamientos con cuatro o cinco.
—¿Cuánto te enseña Pepe Sánchez en el día a día adentro de la cancha y cuánto te le animás a indicarle y corregirlo?
—En la cancha soy yo, si después tiene que decirme algo, me lo dice. Yo trato de no pensar que está Pepe, aunque es casi inevitable. Si me surge frenar y corregir, lo hago. Hay algo que es clave: si mis jugadores el día que no está Pepe ven a una Laura trabajar de una manera y de otra cuando está él no sería auténtica y perdería credibilidad. Necesito ser siempre yo. De todos modos, obviamente que cuando Pepe dice algo me lo guardo en el bolsillo, porque es un lujo tener una palabra de él, que siempre es constructiva y con detalles de calidad.
—La realidad es un poco contradictoria en cuanto a lo que se busca, algo integral y la carencia de jugadores. Entiendo que es momentáneo, lo que dure el proceso de transición entre lo que fue el profesionalismo y lo actual.
—Nosotros refundamos un club. Hubiese estado bueno partir de otro lugar, pero nos tocó competir en Primera, lo cual no era lo que más se quería; inclusive, en un partido no pudimos presentarnos. Hoy nuestro primer objetivo es tener cantidad, por eso se abrió la posibilidad a todos los que quieran participar de los entrenamientos. En Bahía Basket hoy está el espacio para los chicos que no tienen lugar, ya sea porque no ingresaron entre los 12, porque estudian o trabajan y no le dan los horarios...
—Se entiende... Ahora bien, hablando de la propia competencia en la que participan, al igual que otros 11 equipos: ¿Cómo van a hacer para intentar mantener la categoría?
—Para mantener la categoría hay que ganar, no queda otra. Pero en nuestro caso, en medio hay muchas variables. No vamos a frustrarnos si no ganamos. Sí vamos a entrenar mucho para ser mejores cada día y si en la cuenta final el resultado es positivo, estaremos todos más que contentos.
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