Fiesta en Rancho Grande
Primero fue Palacete Bañuelos, luego Rancho Grande, hoy sede de Sociedad Sportiva
Es periodista, ingeniero civil y docente de la Universidad Nacional del Sud en materias relacionadas con el Patrimonio arquitectónico y el planeamiento urbano. Ha publicado notas en revistas Vivienda, Todo es Historia, Obras & Protagonistas y Summa +. Participa en varios micros radiales referidos a la historia de Bahía Blanca. En dos ocasiones recibió primera mención por parte de ADEPA en el rubro Cultura e Historia.
Hace 88 años, en noviembre de 1935, el vecino Camilo Bertorini y su mujer, Delia Parodi, ofreció una simpática fiesta en honor de su hija Rene en su vivienda familiar de Wiltcomb y Florida, conocida hasta unos años antes como el Palacete Bañuelos.
Radicado en nuestra ciudad en 1918, a sus 30 años de edad, Bertorini se consolidó como comerciante cerealero y rápidamente fue sumando otras actividades. A fines del 20 asumió como administrador de La Nueva Provincia y en 1932 adquirió la onda de LU2 radio Bahía Blanca.
Fue en esa época que compró el conocido como Palacete Bañuelos, atractiva casona construida en 1912 por Apolinar Bañuelos, según un diseño del arquitecto Joaquín Saurí, ocupando un amplio terreno en Villa Floresta.
Bertorini lo bautizó “Rancho Grande” y el lugar se convirtió en repetido sitio de encuentros y reuniones sociales.
Precisamente en 1935 se realizó una de las primeras fiestas, en honor de un núcleo de amistades de Rene. “Primó en todo momento un ambiente de cordialidad y comunicativa alegría, en la cual la juventud, invitada a gustar de esas horas de expansión, encontró la exquisita amabilidad de los dueños de casa”, se indicó en la página Social de este diario.
Entre los presentes estuvieron Chola Méndez, Ñata Zabala, Chiquita Larribité, Nelly Campaña, Chicha Ghione, Alicia Lejarraga, Pirucha Muñíz, Dardo Biocca, Carlos Baylac, Gastón y Pocholo Claverie, Pichón Pérez Bustos y Otto Pedemonte.
Bertorini fue propietario de la vivienda hasta mediados de los 40, cuando se radicó con su familia en la Capital Federal. Fue adquirida entonces por Jaime Yankelevich, quien también compró la emisora radial de Bertorini. En 1949 finalmente pasó a manos de la Sociedad Sportiva, entidad social y deportiva que la ocupa hasta el presente.