Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Por faltantes, cupos y restricciones, se aviva el fuego de la inflación local

Productos como el café subieron más del 100% en menos de un año, según el CREEBBA.

Francisco Rinaldi / frinaldi@lanueva.com

   La incertidumbre generalizada, la discontinuidad en la entrega de algunos productos y las restricciones a las importaciones, aunque consecuencia y no causa del actual escenario inflacionario que vive nuestro país, exacerban la impresionante suba de los alimentos básicos, que en la ciudad acumulan un alza promedio del 4,3 por ciento en la tercera semana del corriente con relación a julio, de acuerdo con el CREEBBA.

   Para el mes pasado, último dato difundido por el centro de estudios bahiense, la inflación local en el capítulo Alimentos y Bebidas del Índice de Precios al Consumidor (IPC-CREEBBA) se incrementó nada menos que un 73,7 por ciento interanual (julio de 2022 versus julio de 2021), porcentaje que estuvo doce puntos porcentuales por encima del Nivel General del IPC-CREEBBA, que subió un 61,7%.

   Con respecto a agosto, parece que tampoco habrá buenas noticias. Es que el CREEBBA ya detectó, entre la tercer y la segunda semana de agosto, nuevas alzas de magnitud en los alimentos básicos.

   “De los trece Grupos que se relevan, once registraron variaciones positivas, uno se mantuvo sin cambios -el de Alimentos preparados y listos para consumir- y apenas dos -Verduras y legumbres y Alimentos semipreparados- resultaron con bajas entre el 1% y 2%”, explicó a La Nueva. el economista jefe del CREEBBA, Gonzalo Semilla.

   Agregó que los de mayor variación intersemanal fueron Bebidas alcohólicas (+5,2%), Frutas (+4,8%) y Leche, productos lácteos y huevos (+3,3%).

   Vale aclarar que en la confección del IPC local se utilizan promedios de precios que se relevan en comercios minoristas de nuestra ciudad, los que se ordenan siguiendo una estructura de ponderaciones, replicando la metodología del INDEC. Las ponderaciones no son otra cosa que el "peso" de cada producto consumido dentro del presupuesto hogareño, y surgen de las Encuestas Nacionales de Gastos de los Hogares, siendo la última la de 2017-2018.

   De esta forma, las subas en los alimentos básicos inciden más fuertemente en el aumento del IPC-CREEBBA porque ocupan la mayor fracción del gasto períodico de los hogares argentinos. En términos de lo arriba descripto, son parte del Capítulo Alimentos y Bebidas, el de mayor ponderación dentro del indicador.

   La estructura del IPC-CREEBBA está conformada por Capítulo, Grupo, Clase, Producto y Variedad, y, a  medida que se va desagregando, comienzan a aparecer los precios promedio en góndola (la Variedad), de forma que se acerca más a la percepción de los consumidores, quienes suelen guiarse por el aumento de unos pocos artículos como referencia.

   A modo de ejemplo, la Variedad Facturas se ubica dentro del Producto Facturas y Churros, que, a su vez, se ubica en el Grupo Alimentos, Capítulo Alimentos y Bebidas.

Café y azúcar, por las nubes

   Desagregando por Variedades de alimentos, algunas variaciones interanuales son para el infarto. Tal es el caso del azúcar, que subió su precio al público en un 128,4% en las góndolas locales, el café (+118,3%), la harina común de trigo (+112,1%), la de maíz (+106,3%) y el aceite de maíz (+103,2%), según el CREEBBA.

   Para el caso concreto del azúcar, una de las marcas (Dominó) adhirió al acuerdo Precios Cuidado, aunque la entrega es irregular. Del lado de la harina, el gobierno armó un fideicomiso para subsidiar su valor al público, aunque la existencia de cupos para la entrega, así como las dudas sobre su continuidad, hacen que tampoco se cumpla en todos los casos, según explicó una alta fuente del supermercadismo local.

   En el caso puntual del café, las restricciones a las importaciones son las responsables del fuerte incremento de precios al público, que se disparó por encima del 100% desde comienzos de 2022 al mes pasado, exhibiendo valores promedio cercanos a los 900 pesos por presentación de medio kilo.

   “En este momento los precios los fijan los proveedores y como además hay mayor demanda que oferta en varias categorías, si no aceptamos los aumentos directamente no entregan”, digo el informante, que optó por el anonimato.

   Paralelamente, los plazos de pago que otorgan los proveedores de la industria alimentaria a sus clientes (supermercados) se acortaron desde la salida del ministro de Economía de Martín Guzmán, situación que se vive con más fuerza en estos días, con las subas de las tasas de interés de referencia y el consiguiente incremento del costo financiero para estas empresas.

   Precisamente, la suba de tasas de interés es una de las medidas antiinflacionarias que eligió el Gobierno, con miras a evitar una profundización de la corrida cambiaria vivida hace pocos días atrás, la que sería aún más nociva en términos de inflación.