Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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Avisos, noticias y curiosidades del primer mes de existencia del diario

1 de agosto de 1898. Un lunes de frío, viento y tierra. Un día de Bahía, según se acostumbraba calificar a ese tipo de jornada, pero algo diferente veía la luz.

Bahía Blanca en 1898, vista de la esquina de Moreno y Estomba, donde hoy está en banco Nación.

Por Mario Minervino / mminervino@lanueva.com

   Era el lunes primero de agosto de 1898 y los canillitas de Bahía Blanca tenían un nuevo diario para vocear: estaba en las calles el primer ejemplar de La Nueva Provincia.

   Un periódico fundado y dirigido por Enrique Julio, de profesión maestro, nacido en Catamarca, y que luego de un paso por el diario El Deber, también editado en nuestra ciudad, lograba, a sus 26 años de edad, tener su propio periódico.

   Enrique Julio no justificaba la aparición de un nuevo diario, “en un país donde las publicaciones nacionales e internacionales eran tan numerosas como ilustradas”, si el mismo no representaba “la encarnación de una nueva idea”.

   Y este medio venía a llenar un vacío, a satisfacer una necesidad notada desde hacía tiempo: la de agrupar a los partidos del sur bonaerense en un nuevo territorio, independiente del manejo metropolitano.

   Por eso, su primer lema fue servir como un “órgano de los intereses del sur” liderando la idea, todavía vigente, de ser Bahía Blanca capital de una nueva provincia.

   Lo que sigue es un breve repaso de las páginas de aquel primer mes de vida, a través de algunos de sus anunciantes, las primeras noticias deportivas y policiales y una opinión editorial que planteaba la importancia de considerar a Bahía Blanca como capital de una nueva provincia.

Comercios, profesionales, consignatarios

   Una interesante cantidad de avisos acompañaron al diario desde su aparición, con una gran diversidad de servicios.

   Es el caso de “La flor cubana”, cigarrería, con casa matriz en O’Higgins 36; la Droguería Inglesa (“Al lado del baratillo de Galli”) en San Martín 284 y la Tienda, almacén y ferretería de Duprat Hnos, en la esquina de Chiclana y Donado, concesionario de la cerveza Palermo y del específico Frescoral, material que evitaba el calentamiento de las chapas y vidrios. 

   Moore & Brunel acompañaban con un aviso de su casa de consignaciones de San Martín y Lavalle (Teléfono 19); English Tailors, sastrería inglesa en Chiclana 87; el Restaurant Veneto –Café y Billares, Moreno 28, con un “servicio esmerado para banquetes y casamientos, además de funcionar como pensión con “precios módicos”.

   Otros anunciantes eran la fábrica de sombreros y tintorería de Ernesto Cordet, en San Martín 90, que tenía stock de sombreros Johnson, de Londres. “Todo sombrero que sale de esta casa es planchado gratuitamente a gusto del cliente”, detallaba el aviso.

   También tenían su espacio la Estancia San Ramón, de Ramón López Lecube, ofreciendo carneros Lincoln, padrillos de carrera y toros Durham. La mensajería “La Argentina del Sud”, de Marcos Mora, con su oferta de “diez viajes redondos” mensuales a Patagones y Viedma.

   Finalmente, dos profesionales promocionaban sus servicios: el médico Tomás Varsi, con consultorio en Chiclana 83, y Eliseo Casanova, escribano, con escritorio en Chiclana, “frente a la plaza Rivadavia”.

Las primeras noticias

   El martes 2 de agosto de 1898 se daba cuenta que “el amigo Juan Holm” había presentado su ante el Concejo Deliberante su propuesta de construir “un elegante kiosco” en la plaza Rivadavia, “un nido de flores y de perfumes, de follaje y alegría, donde la créme dorée pueda disfrutar de hermosas piezas musicales, gustar un excelente chopp o un aromático sorbete”.

   El deporte tuvo su debut con el título “partido de foot-ball”, dando cuenta del “muy animado” encuentro entre “campeones de la ciudad y de la campaña”. “Tan reñido fue el partido que al darse por terminado se declaró empatado en dos goals”.

   Mención al margen, el cronista detalló que “numerosas señoritas hermoseaban la fiesta con su simpática presencia”.

   Otro tema fundacional fue el del clima. La primera referencia fue una nota corta titulada “En la Siberia”. Decía: “Llevamos tres días verdaderamente fríos, se parecen más bien a los reinan en Siberia. Por tal causa no nos extraña ver desiertas nuestras calles, pues se precisa fuerza de voluntad para atreverse a salir.

   La noticia tenía un remate de maravilla: “Si tal temperatura continúa, los habitantes de esta ciudad vamos a quedar en estado de sorbete”.

   También era noticia que la Pinturería de París, de Pedro Forgue y Cía, en O’Higgins y Brown, contaba con teléfono, pudiendo hacer pedidos marcando el 107.

De todo un poco

   La gran novedad del mes fue que el Politeama Luis D’Abreu, moderno teatro de calle O’Higgins 70, inauguró “el primer avance de la fuerza eléctrica convertida en luz. 

   “El ensayo de alumbrado eléctrico hecho por primera vez en Bahía Blanca ha dado un resultado espléndido”, mencionó este diario. Una luz “para, potente y argentada” con máquinas generadoras a cargo de un ingeniero de la casa Schiffner.

   Esta nota aportaba además un toque de humor. Atendiendo que el electricista a cargo se llamaba Juan Segura, se apuntaba que Segura era “una garantía “segura” de que siempre tendremos en el d’Abreu buena y continua luz”.

   El 23 de agosto salió la noticia de un suicidio. Se trataba de Francisco Guerra, quien trabajaba con una tropa de carros de su propiedad.

   “Guerra eligió de teatro para su desesperado plan el camino que conduce al cementerio, un poco más allá del puente sobre el Napostá”.

   Otra noticia de tinte policial llevaba el título de “abusos del machete”, dando cuenta sobre la conducta del vigilante León Prado, “que parece un hombre de pocas pulgas”, quien se permitió abusar de su autoridad dando algunos golpes de machete a Alberto Sardelli, quien habría cometido una infracción en una casa pública.

   Por el abuso, Prado fue llevado al calabozo y puesto a disposición del juez. “Felicitamos al comisario por la represión de la falta cometida y esperamos que el castigo que se aplique a Prado sea ejemplar”. 

  La biblioteca Rivadavia, que cumplía 16 años de vida, anunciaba su intención de ampliar el local que ocupaba en Moreno 80, dotándolo de dos piezas más, para que pueda vivir el bibliotecario y cuidar así, de manera permanente, los intereses de la institución.

   Se informaban además “notables mejoras” para “la más benemérita institución de caridad”: el hospital municipal, que se transformaría “completamente” con una inversión de 2 mil pesos.

   La Nueva Provincia, avisos, noticias, novedades, crónicas y algo más del primer mes de existencia del diario del sur argentino, 124 años después.